Ante algunas visiones acerca de un supuesto mal funcionamiento de la economía, basadas exclusivamente en las fluctuaciones del valor del dólar ilegal, cabe citar dos recientes y positivos informes sobre la evolución de la producción, como el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de mayo, que registra un crecimiento interanual del 2,2%, y el Estimador Mensual Industrial (EMI), que reflejó un incremento del 0,9% en junio.
Siempre es importante poner en perspectiva la situación doméstica con la regional. La CEPAL acaba de publicar un informe donde describe la fotografía de América Latina y el Caribe, que este año crecería un 0,5% promedio, por debajo de la tasa registrada en 2014 (1,1%). El organismo de la ONU destaca los factores externos que explican la desaceleración económica, a saber: la menor demanda externa, la baja de los precios de las materias primas y la mayor volatilidad e incertidumbre financiera. Entre los determinantes domésticos destaca la caída de la tasa de inversión y la reducción de la demanda interna en general.
El panorama es por cierto más difícil en América del Sur, que caería un 0,4%, influida por Brasil (-1,5%), en tanto que nuestro país estaría creciendo un 0,7%, mayor al 0% de la proyección de abril.
La cifra adquiere relevancia dado que sólo el PBI de dos países, Argentina y Cuba, fue revisado al alza por la CEPAL, mientras que varios experimentaron bajas en la nueva estimación, entre los que se encuentra Brasil, ya que en abril se esperaba una contracción del 0,9%. El gigante sudamericano, que está siendo castigado por el «vuelo a la calidad» de los inversores –capitales que salen del país para comprar bonos del Tesoro Estadounidense-, ya ha tenido que anunciar la reducción de sus metas fiscales, una muestra del fracaso de la visión que promueve la austeridad, y por cierto una situación nada auspiciosa desde el plano político y social.
Todos estos elementos combinados llevan a destacar la imperiosa necesidad de contar con un Estado activo a través de políticas anticíclicas y regulaciones, y refutan de manera categórica las ideas de aquellos economistas y medios de comunicación que añoran el Estado mínimo y defienden la hipótesis de la inevitabilidad del ajuste, cambiario, monetario y fiscal.
Si bien ha sido ampliamente difundida, no se puede evitar la mención al relato de Federico Sturzenegger sobre lo que le dijo Jaime Duran Barba: «Cuando seas gobierno hacé lo que vos creas, pero no lo digas ahora en medio de un debate.» Esta actitud ratifica la postura que venimos manteniendo desde esta columna, denunciando que las promesas electorales del PRO no están vinculadas con su pensamiento y acción, sino que son puro marketing.
Con el transcurso del tiempo, Sturzenegger ha ido olvidando el consejo, ya que recientemente expresó que hay que «juntar al 50 o 60% de los holdouts para arreglar la cuestión y lograr un blindaje judicial para que los que queden fuera del acuerdo no lo compliquen», (La Nación 15.07.15), un enfoque engañoso, pues si para la justicia de Nueva York no bastó el 92,4% de aceptación del canje, ¿por qué ahora la aceptación de un 60% de los buitres obligaría al resto? En la misma nota aseveró que se puede levantar el cepo «en cuestión de horas». Cualquier persona medianamente informada sabe que tal rapidez sólo podría lograrse luego de una fuerte devaluación. Esos son los verdaderos planes del PRO que su comité de campaña intenta ocultar.
Orientación que se ratifica también con el recientemente conocido video de Broda, Espert y Melconian, quienes «apoyaron todas las políticas liberales que se llevaron adelante en la Argentina, fueron los intelectuales orgánicos del neoliberalismo económico y cargan en sus espaldas tantos pronósticos fracasados como fracasos económicos», como bien expresó Axel Kicillof (Tiempo, 19.04.15).
El video en cuestión pertenece a un almuerzo del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICP) que preside Eduardo Eurnekian, y ya fue comentado en nuestra columna del 19 de abril. Pero la fuerza de la gestualidad de los expositores le otorga a la versión audiovisual una contundencia mucho mayor que las palabras escritas. En la grabación, Carlos Melconian, referente económico del macrismo, expresa que «el líder político (del PRO) dijo «el Cepo se elimina y la inflación se derrumba»». Una contundente frase publicitaria aunque encierra todo un contrasentido económico.
Hay que ver y escuchar a Miguel Ángel Broda preocupado porque «el humor social ha mejorado, la imagen positiva de la presidenta es tres veces la de (Ollanta) Humala y la de Dilma (Rousseff), ha rebotado, por esto es un programa astuto y perverso», frase que habla por sí sola.
En el programa del periodista Roberto Navarro en C5N, en el cual se presentó el video, se escogieron tres tuits de José Luis Espert, que resultan por demás interesantes. Dos de ellos referidos a los buitres; el primero adhiere a la postura del PRO: «Bien por Macri que, hasta ahora, dice que lo único que hay que hacer con la sentencia Griesa es pagar y punto. Todos los demás son K lights en esto», (30.08.14). El segundo, acompañado por una nota que indica que el juez neoyorkino dio vía libre a los holdouts para que bloqueen los pagos del Bonar, expresa: «Gracias Griesa por poner límites a la barbarie populista!» (16.07.15). Parece que Sturzenegger no leyó este tuit.
El tercero indica: «La reforma impositiva que habría que hacer es echar a 2M (dos millones) de empleados públicos y eliminar/bajar impuestos». (12.07.15). Una inquietante exposición de las ideas que tienen muchos de los presentes en el evento del CICP, miembros del mentado «Círculo Rojo».
Ante las inminentes elecciones primarias, resulta esencial desenmascarar a los ajustadores de siempre, quienes ya han confesado que llevan puesta la careta para no asustar al potencial electorado y que nos llevarían de vuelta a una nueva versión de los trágicos noventa.
Sí a la reestructuración soberana
Uno de los temas destacados de la semana fue el acuerdo al que arribó el Comité Ad Hoc de la ONU sobre Procesos de Reestructuración de deuda soberana. Allí se formularon nueve principios básicos para guiar este tipo de procesos, que incluyen la necesidad de que sean sustentables para que los países puedan recuperar un sendero de crecimiento inclusivo, el respeto por la inmunidad soberana, la extensión al 100% de los acreedores cuando exista una mayoría calificada, entre otros. Estos principios no son vinculantes, pero apuntan a generar una base para la creación de un nuevo marco jurídico global para la reestructuración de deudas, en línea con la propuesta realizada por nuestro país. En septiembre será sometido a votación en el pleno del organismo, y ya se anticipa el rechazo de las principales potencias financieras, interesadas en que la discusión no se realice dentro de la órbita de Naciones Unidas, sino en el FMI, espacio natural de los acreedores.
Sobre el tema, Joseph Stiglitz fue contundente y mencionó las inequidades que existen en las finanzas globales, expresadas en la «reciente decisión de la justicia de Estados Unidos en el caso argentino, que favoreció a los fondos buitre por sobre los bonistas que ingresaron a los canjes». También hizo referencia a los seguros contra impagos de deuda, que al gatillar pagos cuando un país ingresa en default generan incentivos a algunos de los acreedores para que «no se llegue nunca a un arreglo». Una crítica que desnuda toda la perversidad con la que se rige el actual sistema financiero global.
Artículo publicado en el diario Tiempo Argentino el domingo 2 de agosto de 2015.