Tiempo Argentino | Opinión
Por Carlos Heller
Nuevamente, el valor del dólar llegó a las primeras planas de los periódicos, con aumentos en las cotizaciones fogoneados, desde las expectativas, por los propios medios y algunos candidatos. Un proceso que tiene todas las características de un potencial «golpe de mercado», que no llegó a serlo porque existe un gobierno dinámico que lo está desactivando, ya sea por haber intensificado los controles sobre las denominadas «cuevas», que terminaron reduciendo en forma significativa los flujos ilegales, así como a través de la decisión del BCRA de fomentar el ahorro en pesos subiendo los montos alcanzados y las tasas de interés mínimas para los depósitos minoristas a plazo fijo.
Una prueba importante de que el sistema financiero y cambiario evidencia una gran solidez, más allá de las fluctuaciones especulativas, es que declaraciones explosivas sobre el valor del dólar a futuro no han tenido mayor impacto.
Es el caso de las palabras de Sergio Massa el jueves pasado: «el Gobierno va a devaluar después del 9 de agosto, estoy seguro». Una aseveración irresponsable, especialmente viniendo de alguien que aspira a ser presidente de la Nación, pero que intenta meter miedo en la población.
Como ejemplo de una más de las maniobras que intentan instalar conceptos erróneos, se publicó en El Cronista (23.07.15): «es notable lo que está pasando en la Argentina. Los precios al público que pagan los consumidores en el comercio están ligados al dólar de 15 pesos o más». Una interpretación amañada, puesto que las importaciones se realizan con el dólar oficial, apenas por arriba de los 9 pesos.
Son dos ejemplos de declaraciones que generan incertidumbre en la población y dan pasto a los especuladores. Distintos organismos reguladores del Estado Nacional, que vienen trabajando en forma conjunta, lo cual demuestra una conducta eficiente y responsable, intervinieron en el mercado. Así, han desinflado los valores especulativos, tanto del dólar ilegal (con la dificultad de establecer un «valor de mercado» para una operación ilegal) como del contado con liqui.
Desde el Banco Central, se decidió ampliar los montos de los plazos fijos sujetos a tasa mínima, y pasar de los actuales $ 350 mil al millón de pesos, incorporando, además, a las personas jurídicas que antes no estaban alcanzadas. Según cálculos del BCRA, desde octubre, que se implementó el régimen de tasas de interés mínimas para las personas físicas, se generó una ganancia adicional para los ahorristas de aproximadamente $ 3800 millones, además de haber impulsado el crecimiento de los depósitos a plazo. También se elevarán las tasas entre 1 y 2,1 puntos porcentuales para las personas físicas, de acuerdo al plazo. De esta forma, se fomenta el ahorro en pesos, con una metodología que ya evidenció ser eficiente, que se aplica gracias a la nueva Carta Orgánica del BCRA aprobada en 2012, y que la mayoría de los candidatos opositores prometió derogar (al menos, hasta el momento).
Mas allá de las cuestiones de la coyuntura, resulta interesante citar la reflexión de Alejandro Vanoli sobre los planes de algunos candidatos: «¿liberalizar y dejar que todas las empresas, las multinacionales y los especuladores se lleven el dinero? Eso generaría una crisis», comentó, para luego agregar que «cuando se discute seriamente habría que reflexionar si queremos volver a una política de liberalización financiera que en todo el mundo generó desastres» (Página/12, 17.07.15).
Es la batalla cultural…
Mucho se habló del giro discursivo de Macri, pero puede decirse que no es algo nuevo, hace ya años que Macri amolda su discurso a lo que dictan las encuestas, aunque siempre le cueste sostenerlo. En realidad, está haciendo lo que hizo su mentor ideológico, Menem: dice lo que la gente quiere escuchar. En la actual campaña, ya en febrero dijo: «yo reivindico cien por ciento las banderas del justicialismo, lo que no reivindico es lo que hizo el Partido Justicialista». (AF, 24.02.15), aunque pocos días después comentó que «estatizar los ferrocarriles es insostenible» ante el proyecto en ese sentido que se debatía en el Congreso (El Cronista, 02.03.15).
El lobo con piel de cordero ha sido la imagen electoral que el PRO decidió instalar, seguramente como consecuencia del aumento en los niveles de popularidad de Cristina y del gobierno.
No obstante, lo dicho esta semana por el actual alcalde sobre Aerolíneas, YPF y la AUH, difiere sustancialmente con sus expresiones en ocasiones anteriores, y no responde ni a las votaciones contrarias de sus diputados ni a las políticas sustentadas por el PRO. Macri no resiste el archivo: «al ser consultado sobre su opinión acerca de la estatización de la línea aérea de bandera, el referente del PRO consideró que debería ser «reprivatizada», al igual que, a su juicio, tendría que volver a crearse un sistema de AFJP» (Infobae, 17.06.09). Incluso este viernes volvió a mostrar su verdadero pensamiento: «lo central no es si una empresa es pública o privada, sino que funcione bien» (Infobae, 24.07.15). A «Doña Rosa» le decían más o menos lo mismo en los noventa para justificar las privatizaciones. Incluso desafió al gobierno: «antes de irse tienen que resolver el tema de la deuda», volviendo a insistir con el pago a los fondos buitre.
Desde el comité de campaña del PRO se envió un instructivo a sus dirigentes con diez respuestas a diez preguntas, para tratar de explicar lo inexplicable. Con varias «perlitas». Por un lado, se afirma: «nosotros hemos siempre dicho que no tenemos agenda ideológica» (punto 2). Pero como ello es una proposición insostenible, en el punto 7 se expresa: «lo que decimos cuando expresamos que «no es un partido ideológico» es que no lo es en el sentido clásico de las ideologías cerradas del Siglo XX», un pobre remiendo para reforzar una ideología que sostiene que no lo es.
El instructivo también recibió correcciones; en el punto 10 se dijo explícitamente «el fútbol debería ser gratis», para luego alertar en otro correo: «por favor, desestimar la respuesta sobre Fútbol para Todos» (Página/12, 24.07.14). Era demasiado, los medios hegemónicos no los soportarían
Sucede que se trata de la batalla cultural, y hay cuestiones ganadas en dicha contienda en estos últimos años, como la aprobación hacia las empresas de servicios públicos, o hacia la Asignación Universal por Hijo, incluso el Fútbol para Todos. Pero sostener estas propuestas, aceptar sus efectos positivos, derrumba la contienda cultural de la derecha, o del Círculo Rojo en lenguaje macrista, que lucha por volver a instalar la revolución cultural de los noventa.
En este aspecto, entonces, el mero cálculo electoral de Macri colisiona contra la ideología de sus promotores.
Quien se sumó rápidamente a este «cambio» discursivo fue Ernesto Sanz, al expresar: «sobre YPF y Aerolíneas, Macri dijo lo que los radicales pensamos». No obstante, no hay que olvidar otra poco feliz expresión sobre Fútbol para Todos, cuando Sanz comparó a la gestión kirchnerista con la última dictadura al comentar: «desde el ’78 que no teníamos un gobierno que manipulara el fútbol para acumular poder» (La Nación, 06.12.14). Otra analogía alarmante de otro precandidato a «residente de la Nación, que deja en claro su ideología más profunda.
Propuestas camaleónicas de la oposición que contrastan duramente con la actitud del kirchnerismo, tal como lo expresó Cristina Fernández en Río Gallegos: “vamos a hacer muchas más cosas todavía, porque nunca cambiamos de ideas para que nos voten»
Artículo publicado en el diario Tiempo Argentino el domingo 26 de Julio de 2015