Tiempo Argentino | Opinión
Por Carlos Heller
La presidenta de la Nación, Cristina Fernández, comentó el jueves en Tucumán: «Este siglo XXI se va a debatir fundamentalmente la recuperación de la soberanía de los pueblos y de los estados, porque va a haber muchos intentos en la región de volver a políticas neoliberales, en donde el Estado desaparezca para permitir que otros hagan sus negocios». Completando esta idea, en otro momento de su exposición aclaró: «Si los argentinos no cuidamos lo logrado ni defendemos lo que hemos construido en estos 12 años, van a intentar volver con políticas neoliberales», una proposición que venimos sosteniendo en esta columna.
En ese entorno, la Convocatoria Económica y Social por la Argentina emitió un documento que reflexiona sobre la independencia de nuestra Patria y su próximo bicentenario, expresando: «Aquella lucha que se dio a lo largo de dos siglos sigue presente: existieron y existen dos modelos de país, uno soberano, justo e independiente, y otro entregado a los designios foráneos y profundamente desigual.» El documento es claro en cuanto sostiene que consolidar la independencia económica es hoy enfrentar a quienes quisieron desestabilizar a la democracia, a través de los fondos buitre, las corridas y los golpes de mercado.
Las definiciones que se han relatado, tanto las de Cristina como las de la Convocatoria Económica y Social, son especialmente interesantes en el marco de la campaña electoral que se está desarrollando. Se han conocido declaraciones de Mauricio Macri, precandidato a la presidencia por el PRO, quien ha realizado comentarios del estilo: «Vamos a ver si me doblegan las corporaciones.» (Infobae 07.06.15), que llevan a la reflexión, en tanto se intenta instalar un discurso engañoso, tal como si el propio Macri estuviera enfrente de las corporaciones, o sus intereses o los de sus políticas colisionaran con las posturas del «Círculo Rojo» que el alcalde siempre tiene presente. Esta es una estrategia habitual que utiliza el candidato, su partido, y otros de la oposición, de ubicarse en el lugar de la «no política» o fuera de los intereses corporativos. En la misma oportunidad, y en varias otras más, se refirió a que gestará una «revolución del empleo», una frase ambigua al no estar sustentada con medidas concretas más allá de la «confianza» que generaría su futura gestión, y que nos recuerda al malogrado «salariazo» que prometió Carlos Menem. De la misma forma, el candidato presidencial del PRO aseguró que es falso que tenga la intención de reprivatizar Aerolíneas Argentinas y devaluar la moneda nacional, una promesa que va en contra de las posturas de sus economistas, de sus anteriores declaraciones, y de la propia lógica política del PRO.
El Círculo Rojo funciona, cada vez son más los presidentes de las grandes corporaciones que aparecen en los medios dando su opinión sobre qué se debe hacer. Cabe citar la columna de Morales Solá en La Nación el 08.07.15, denominada «La oposición, el aliado ideal del kirchnerismo»; en la misma, lanza feroces críticas al próximo balotaje en la Ciudad Autónoma y a las conductas de la oposición, concluyendo que «ninguna sociedad vota el desorden político e intelectual conociéndolo de antemano». Ante semejante definición, a alguien se le podría ocurrir que el citado columnista esté pensando en votar al kirchnerismo, dado el lamentable papel de la oposición que él mismo detalla. Difícilmente sea así, pero evidencia una cierta desesperanza de la derecha luego de los ingentes esfuerzos realizados para tratar de cohesionar a los líderes de la oposición, y evitar que las distintas ofertas electorales que esta produce se asocien a la malograda experiencia de la Alianza en 1999.
A nivel nacional, las distintas propuestas de Cambiemos contrastan radicalmente con la «necesidad de cambio» que fue el eje del discurso del Papa Francisco en Bolivia, en el II Encuentro Mundial de los Movimientos Populares.
La disertación fue muy amplia, y para encuadrar sus ideas con los temas tratados en esta columna resulta interesante destacar la definición de Francisco sobre «el nuevo colonialismo» que adopta diversas fachadas. «A veces, es el poder anónimo del ídolo dinero: corporaciones, prestamistas, algunos tratados denominados «de libre comercio» y la imposición de medidas de «austeridad» que siempre ajustan el cinturón de los trabajadores y los pobres», comenta el Papa. Coincido con esta idea, son todas fachadas que cotidianamente acechan a los distintos países y poblaciones, y que se aplican tanto a las políticas predilectas de muchos candidatos en Argentina, como al actual «acoso» que está soportando Grecia, en una ardua lucha entre la decisión popular expresada en el «no» a los ajustes de la Troika, y las draconianas exigencias de esta para evitar la debacle en el corto plazo. Francisco se refiere también a que «la concentración monopólica de los medios de comunicación social que pretende imponer pautas alienantes de consumo y cierta uniformidad cultural es otra de las formas que adopta el nuevo colonialismo», al que define como «colonialismo ideológico». Huelgan los comentarios.
Por último, rescatar del discurso papal la misión asignada a los movimientos sociales; «es imprescindible que, junto a la reivindicación de sus legítimos derechos, los pueblos y organizaciones sociales construyan una alternativa humana a la globalización excluyente», una frase que resume el apoyo a las nuevas formas de integración latinoamericana, y rescata la fraternidad entre los pueblos de la región.
Estas breves líneas, que recogen varias citas, intentan resumir distintos argumentos que considero esenciales para tener en cuenta, en especial, a escasos días del inicio de la campaña electoral para las PASO presidenciales.
Cal y arena para buitres
El fondo buitre Aurelius es el nuevo accionista mayoritario -con un 40,7% del capital- de NII Holdings, la firma cuyos activos principales son las operaciones de Nextel Brasil y Nextel Argentina. Aurelius llegó a este resultado con la típica estrategia buitre: compró bonos corporativos de la firma a precios de ganga como resultado de su proceso de convocatoria de acreedores, y luego los cambió por acciones según su valor a la par. Otro fondo buitre, Capital Group, posee a través de la misma estrategia, otro 10% de la firma NII.
Esto se suma a otras embestidas buitres contra empresas para quedarse con su control, aprovechando que con la cotización de sus activos en Wall Street quedan expuestas al sistema judicial norteamericano.
Por otro lado, los fondos buitre NML Capital y Aurelius Capital Management fueron acusados por el Deutsche Bank ante Thomas Griesa por intimación y violación de confidencialidad en la causa de la deuda argentina. El Deutsche Bank sostiene que el acoso incluyó demandas abusivas de pruebas y filtraciones a la prensa de material confidencial. La acusación sobre los fondos especulativos abarca no sólo maniobras contra esa entidad, sino también hacia todos los bancos que participan en ofertas de deuda de la Argentina y está vinculada a la prohibición, por parte de Griesa, de pagar el Bonar 24, que es un bono con legislación argentina, y el acoso de los buitres sobre las últimas colocaciones de este título que hizo el gobierno argentino.
Por suerte, cada vez hay más límites a las acciones que pueden hacer los buitres. Si bien habrá que esperar cómo se desarrolla la demanda, podemos considerarla como una buena noticia. «
Artículo publicado en el diario Tiempo Argentino el domingo 12 de Julio de 2015