Revitalizar lo regional

Tiempo Argentino | Opinión
ANTE EL AVANCE NEOLIBERAL

La necesidad de profundizar los lazos políticos y económicos ante los complejos desafíos que presupone el futuro. La saga buitre, YPF y Ganancias.

Se cumplieron cinco años de la designación de Néstor Kirchner como primer secretario general de la Unasur, una gestión de seis meses intensos, que resultó sumamente fructífera. En el haber aparece, entre otras cuestiones, su rol en la resolución efectiva de conflictos políticos regionales de trascendencia (crisis entre Venezuela y Colombia, apoyo decisivo a Rafael Correa y Evo Morales ante sendos intentos de golpes de Estado, etcétera). En el homenaje que se realizó en la Casa Rosada, la presidenta Cristina Fernández comentó que Néstor y Chávez «no fueron hombres de la comodidad, vinieron a este mundo a incomodar a los poderes establecidos, a desafiar las reglas», todo un reconocimiento al valor y al compromiso con la realidad y el futuro de los pueblos de nuestra región.
Pensando en clave regional, el aniversario también puede ser visto como un punto de partida ineludible para profundizar los lazos políticos y económicos ante los complejos desafíos que presupone el futuro, algo en lo que no parecen interesarse los candidatos de la derecha vernácula. A pesar de ello, no resulta difícil conocer sus intenciones, más que nada a partir de los comentarios de sus segundas líneas, o de los columnistas de los medios monopólicos de comunicación.
Por caso, en una nota titulada «El huracán del transpacífico» (La Nación, 5/5/15), Andrés Oppenheimer afirma que «Brasil, la Argentina, Venezuela y otros, podrían terminar aún más aislados de los mercados más grandes del mundo si se siguen quedando dormidos». Para arribar a semejante conclusión toma como excusa las negociaciones para el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), un megabloque comercial en clave neoliberal que incluiría a 12 países, entre ellos Estados Unidos, Japón, Canadá, México, Taiwán, Singapur, y otras economías como las de Chile y Perú. El autor concluye que «si (Brasil, Argentina y Venezuela) no se integran a algunos de estos bloques se quedarán fuera del juego”, a pesar de que en la misma nota dice que «Chile y Perú no se verían tan beneficiados» con el acuerdo, un enfoque que indica que el sueño de las relaciones carnales sigue latente.
La idea va en la línea de la opinión del FMI, para quien el bajo crecimiento global se debe a la caída del comercio, por lo que es necesario «impulsar propuestas como el TPP». En el rol que mejor conoce, el Fondo mete la cuña neoliberal en temas que exceden lo previsto en su Estatuto Constitutivo, y le abre la puerta a los intereses de la mayor potencia, principal interesada en cerrar esta clase de acuerdos. Al respecto, resultan esclarecedoras las declaraciones del secretario de Estado de EE UU, John Kerry, quien señaló: «los tratados comerciales no pueden separarse de las cuestiones de liderazgo global de Estados Unidos; si nos retiramos en lo relativo al comercio, nuestra influencia en la economía global disminuirá, y si nuestra estatura económica se pone en duda, nuestra capacidad de proporcionar resultados en defensa y en los retos políticos del mundo quedará cuestionada». Una frase contundente, que a nivel local no deja de despertar gran preocupación, más aun teniendo en cuenta el posicionamiento internacional y subordinado que destilan los principales candidatos de la derecha argentina. Es la misma postura que apoyaba la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), extinguido en la recordada Cumbre de las Américas de 2005, en Mar del Plata, cuando Kirchner, Chávez y Lula da Silva se plantaron ante el entonces presidente de EE UU, George W. Bush, en una muestra de absoluto convencimiento y firmeza.

DEFENSA DE LA SOBERANÍA. Actualizando la saga buitre, en la semana se anunció un embargo propiciado por el fondo buitre NML Elliott, desmentido rápidamente por el Ministerio de Economía, que informó que «no se produjo ningún embargo por pedido de algún fiscal o funcionario judicial del Reino de Bélgica», «tampoco se produjo embargo alguno a cuentas de los funcionarios argentinos» y que se trató de una estrategia «que ya ha fracasado en más de una oportunidad» y no ha sido más que un «chaski boom», como indicó Kicillof. Queda claro que la postura de los fondos es contraria a la idea que pretenden instalar, respecto de que «negociarían sin precondiciones», como se afirmó estos días desde el grupo de tareas ATFA.
Por su parte, se cumplieron tres años de la decisión del gobierno nacional de estatizar la empresa YPF, un proyecto aprobado con amplio apoyo en ambas cámaras del Congreso de la Nación, que declaró de «interés público nacional el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos». El balance es muy favorable y los números hablan por sí mismos. Mientras que en 2011 la producción de petróleo crudo había sufrido una caída interanual del 7,5%, desde ese entonces, y hasta fines de 2014, se incrementó un 17 por ciento. Como consecuencia de ello, la participación de YPF en el total de producción nacional pasó del 32 al 41% en el mismo período, mientras que en la producción de gas ocurre algo similar.
Esto se logró no sólo a partir de la reactivación de los yacimientos convencionales sino a través de la puesta en marcha del primer desarrollo masivo de no convencionales fuera de América del Norte. Dada la importante inversión que requiere este tipo de yacimientos, YPF logró asociaciones estratégicas con empresas internacionales del ramo. Sin embargo, siguen escuchándose algunas opiniones que parecen desconocer esta realidad, como la del candidato Mauricio Macri, quien señaló que «jamás hubiera confiscado YPF» pero aclaró: «no vamos a volver atrás porque el daño ya está hecho» (El Cronista, 16/10/14). En tanto, Martín Redrado, uno de los economistas cabecera del candidato a presidente Sergio Massa, manifestó en una entrevista radial pocos días antes de sancionarse la ley, que la expropiación de YPF «es un manoteo de otra caja a corto plazo» (Cadena 3, 27/04/12). El propio Massa anticipó que sacará a Miguel Galuccio de YPF si llegara a ser Presidente y lo remplazaría por Oscar Vicente (Infobae, 28/10/14), un referente en el sector privado petrolero, quien llegó a ser número dos en el directorio de la petrolera de los Pérez Companc, y también se desempeñó como presidente de IDEA, conocida usina del pensamiento neoliberal. Todos comentarios a tener en cuenta en el actual contexto electoral.

CAMBIOS EN GANANCIAS. En la semana se conoció la resolución de la AFIP que instrumenta lo informado el lunes por el ministro de Economía, Axel Kicillof, respecto a la reducción del Impuesto a las Ganancias para los trabajadores que tributan en las escalas más bajas. La resolución de la AFIP establece seis tramos entre los ingresos de $ 15 mil y 25 mil brutos, calculados como la mayor remuneración mensual obtenida en el período comprendido entre enero y agosto de 2013, con mayores deducciones a las ya existentes, y distintos niveles de beneficio que responden a la lógica informada por el ministro: «los que cobran menos sueldo van a tener mayor reducción. De esta manera, será aún más progresivo y equitativo el impuesto», y se beneficiará al 68% de los contribuyentes de la cuarta categoría que hoy tributan el impuesto, que, como sabemos, alcanza solamente al 11,3% del total de los trabajadores. La norma también prevé el mismo esquema, pero con un monto mayor de deducción para los trabajadores domiciliados en la Patagonia. Las nuevas deducciones son retroactivas a enero de este año, por lo cual los importes retenidos en exceso serán devueltos en cinco cuotas iguales y consecutivas. Según informaron las autoridades, esta medida representará un costo fiscal aproximado de $ 6000 millones.
Cabe mencionar que también se mantiene la exención para los trabajadores que ganaban menos de $ 15 mil en el período enero a agosto de 2013 (el 88,7% del total), quienes continuarán excluidos del pago del impuesto, aún cuando estarán obteniendo salarios de hasta $ 25 mil una vez cerradas las paritarias que se están discutiendo, un monto aproximado que depende de los convenios de cada gremio. Con lo cual, con las medidas adoptadas, se ha reducido la carga tributaria de Ganancias sobre los trabajadores de ingresos medios. Aunque, tal como lo expresó el ministro Kicillof, «hay cuestiones del Impuesto a las Ganancias que hay que mejorar. Y vamos a seguir discutiendo», para luego indicar lo difícil que es cambiar la estructura tributaria.
Coincido en que es difícil lograr una reforma impositiva, como también lo es todo cambio que afecta intereses creados y genera resistencias (recordemos los conflictos generados con la Resolución 125); pero hay tareas pendientes, como las modificaciones a la Ley de Entidades Financieras y a la de Inversiones Extranjeras, entre otras. Sin embargo, son todas reformas indispensables para seguir profundizando este proceso político, económico, social y cultural que estamos viviendo desde 2003. –

Artículo publicado en el diario Tiempo Argentino el domingo 10 de Mayo de 2015

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