Acaba de publicarse el Balance Cambiario del BCRA, que contabiliza todos los pagos y cobros en divisas de la economía y muestra, entre otros datos, una reducción de las Reservas Internacionales (RI) durante 2013, cercana a los 12.700 millones de dólares.
Gran parte de la explicación de este resultado, para la cual se citarán las cifras en dólares estadounidenses, se produce por cambios significativos en el valor de los distintos rubros entre el 2013 y el año anterior.
La variación que más peso tiene es la reducción del superávit comercial cambiario, que pasó de 14.700 millones en 2012 a sólo 1800 millones el año pasado, fruto de una caída en los cobros por exportaciones y un significativo aumento en los pagos por importaciones. Resulta interesante comparar esos 1800 millones de 2013, con el dato que elabora el Indec, el cual recoge el valor de los bienes que ingresan o egresan del país, independientemente de si se pagan o cobran, y que alcanzó un valor cercano a los 9000 millones para idéntico período. La comparación entre estos dos datos detalla rotundamente el efecto que tiene el financiamiento de las operaciones de comercio exterior sobre las RI. Entre las explicaciones puede citarse que el comportamiento especulativo que se produjo en el segundo semestre determinó que se prefinanciaran 2000 millones menos de exportaciones que lo normal, mientras que los pagos por importaciones superaron en unos 2800 millones el valor de las mercancías ingresadas por la Aduana. En definitiva, ingresos por exportaciones retrasados y pagos por importaciones anticipados, con efecto negativo en las RI, a los que deben sumarse los más de 4500 millones «ahorrados» en granos guardados en silos y silobolsas.
Otro ítem que colaboró en la disminución de las RI fueron los mayores egresos netos por servicios; en 2013 se fueron por este concepto 9400 millones, el 93% de este importe debido al saldo neto de turismo, viajes y pasajes.
También el sector público realizó importantes pagos por capital e intereses de deuda por 8000 millones en 2013, en cumplimiento de las previsiones presupuestarias.
En el caso de la Inversión Extranjera Directa (IED), se produjo un ingreso neto de 2400 millones, algo inferior a los 3700 millones del año anterior. Los pagos netos por utilidades y dividendos al exterior, consecuencia de la IED, fueron de 1363 millones en 2013 y de 225 millones en 2012, ambos años bajo regulaciones y acuerdos para la contención de la remisión de utilidades. Estas cifras toman relevancia al recordar que en 2010 y en 2011 se fueron por este concepto más de 4000 millones en cada año.
El resultado de la formación de activos externos del sector privado, rubro usualmente utilizado para medir la fuga de capitales, muestra el éxito de las políticas de administración de las divisas. Mientras que en 2010 y 2011 arrojó salidas de divisas por 11 mil millones y 21 mil millones respectivamente, estas se redujeron a 3400 millones en 2012, para revertir el signo y obtener un superávit de 397 millones en 2013.
Este breve análisis da una idea del impacto de los comportamientos especulativos sobre el mercado cambiario, en especial los del segundo semestre de 2013, y nos orienta sobre los desafíos que enfrenta la economía argentina en su frente externo.
DE BUITRES Y GOLPES DE MERCADO. Con los recaudos necesarios al hablar de una cotización de un dólar ilegal, a mediados de enero esta rondaba los $ 13 y en la última semana llegó a los $ 10.5, evolución que señala, una vez más, el elevado componente especulativo de estas operaciones, así como su desconexión con el resto de las variables económicas.
En este tema conviene también resaltar que todos los medios vienen expresando que es un mercado que ha dejado de tener relevancia, o que las operaciones que se realizan son minúsculas. Estos acontecimientos evidencian que las medidas que se tomaron en materia de política cambiaria lograron contener fuertemente la situación y por lo tanto frenar ese intento de golpe de mercado del que hablaron la presidenta y otros miembros del gobierno, definición que comparto. Ha sido tan evidente, que por ejemplo un economista de cuño ortodoxo como José Luis Espert, entre sus críticas a las políticas en marcha, dijo que «hubo un cambio en el corto plazo, fruto del susto que se pegaron por la corrida de fin de año» (Ámbito 06.03.14), ratificando que hubo golpe de mercado, que él llama corrida, para luego profetizar: «en cuanto se asusten de nuevo vamos a volver a la tensión», pensando en futuras corridas cambiarias, premonición que intenta actuar sobre las expectativas de la población.
Relevando las noticias de la semana, el gobierno de Estados Unidos presentó a la Corte Suprema de ese país un «amicus curiae» a favor de Argentina en la causa contra los fondos buitre, donde le pide a ese tribunal que «se abstenga de avanzar judicialmente sobre los derechos de estados soberanos y sus activos dentro del sistema financiero norteamericano». Según el gobierno estadounidense, si la Corte «no revisa el fallo de segunda instancia (en contra de la Argentina), las consecuencias sobre los derechos de inmunidad de los estados que operan en el sistema financiero norteamericano serían irreversibles».
Esta presentación resulta muy positiva y refuerza la estrategia legal que nuestro país lleva a cabo en el litigio comentado.
LA IMPORTANCIA DE PROFUNDIZAR EL MODELO. El discurso de la presidenta ante la Asamblea Legislativa, cuyas líneas principales fueron detalladas en nuestra anterior columna, puede entenderse como una ratificación del modelo económico, político y social implementado desde el 2003. Un eje importante fue la definición de las razones de la disminución de la pobreza; según Cristina, «el mayor elemento para reducir la pobreza en la Argentina no han sido las transferencias que se han hecho desde el sector público, a través de programas sociales o de políticas contracíclicas. El verdadero centro de la disminución de la pobreza ha sido el surgimiento del trabajo en la Argentina, del trabajo legal y registrado.»
Cristina enumeró una serie de datos positivos de los organismos internacionales sobre nuestra economía, un listado que se podría ampliar a partir del Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe (ALC) de la FAO. Por ejemplo, en dicho informe se expresa que «México, Uruguay y Argentina han logrado prácticamente erradicar la extrema pobreza» (pág. 11); al referirse a los esquemas de transferencias, orientadas al adecuado desarrollo y término del embarazo, la lactancia y los controles post natales, se destaca «la asignación por mujer embarazada de la Asignación Universal por Hijo para la Protección Social de Argentina» (pág. 37); al tratar la Promoción del Trabajo Rural Decente en ALC, se menciona la promulgación en nuestro país de «la Ley del Trabajo Agrario, conocida también como Nuevo Estatuto del Peón» (pág. 46). Todas medidas de consolidación del modelo y de mejora de los derechos sociales.
Otro de los ejes del discurso fue la relevancia de la intervención estatal. A la importancia de las compañías como Aerolíneas Argentinas e YPF, y del programa de Precios Cuidados, sumó una amplia gama de datos sobre las mejoras en infraestructura, y cómo muchos de ellos se orientaron principalmente a la mejora de las condiciones sociales, como la ampliación de la red eléctrica a 3,7 millones de hogares y la instalación del servicio de gas natural en 2,1 millones de viviendas.
El discurso de Cristina Fernández permite pensar en todo lo ganado en esta década, así como en los importantes desafíos para consolidar los logros obtenidos, y en la necesidad de continuar profundizando el modelo, cuestión que se expresa, entre otras, en el llamado de la presidenta a los legisladores para sancionar leyes que defiendan a los usuarios y consumidores del abuso de los sectores concentrados y monopólicos. En este sentido, toman gran vigencia las palabras de Néstor Kirchner en su discurso de 2003, citadas por Cristina: «nadie piense que las cosas cambiarán de un día para otro solo porque se declamen. Un cambio que pueda consolidarse necesitará de la sumatoria de hechos cotidianos que en su persistencia derroten cualquier inmovilismo, y un compromiso activo de la sociedad en ese cambio». La organización y participación popular aparecen claramente como una condición indispensable para consolidar la continuidad de este proyecto.
Artículo publicado en el diario Tiempo Argentino el domingo 9 de marzo de 2014.