“Es una causa nacional que nos tiene que encontrar unidos más allá de las diferencias partidarias. Este proyecto de ley constituye una etapa más dentro de un largo proceso continuado, coherente y de principios dirigido a normalizar la deuda instrumentada en títulos públicos que resultara objeto de cesación de pagos en el año 2001. Quiero resaltar que se trata de una política de Estado que este Congreso Nacional, en uso de las atribuciones otorgadas por el Artículo 75 de la Constitución, fue plasmando en un conjunto de leyes que combinan la afirmación de la soberanía, la defensa del interés nacional y el trato justo y equitativo hacia los acreedores”, destacó esta tarde el diputado Carlos Heller, Presidente del Bloque del Frente Nuevo Encuentro, durante el tratamiento en la cámara baja del proyecto de ley que permite reabrir por tercera vez el canje de deuda.
“La deuda pública externa, todos sabemos, ha constituido un severo condicionante para el desarrollo del país a lo largo de buena parte de su historia. En el año 2001, el colapso del modelo neoliberal condujo a la cesación de pagos por 81,836 millones de dólares, el default más grande de la historia de las finanzas mundiales”, rememoró el miembro informante y en ese contexto recordó el histórico discurso del entonces Presidente Néstor Kirchner, quien en setiembre de 2003 fijó las bases de una estrategia nacional respecto de la deuda externa. “Dijo Kirchner: ´sin medidas que promuevan su crecimiento y desarrollo sustentable, favoreciendo concretamente su acceso a los mercados y el crecimiento de sus exportaciones, el pago de la deuda se torna una verdadera quimera (…) Nunca se supo de nadie que pudiera cobrar deuda alguna a los que están muertos´. Estas ideas sentaron las bases del proceso de normalización de la deuda iniciada con el canje del año 2005. Se trata de principios que no tienen referencia en la historia argentina. La fórmula tradicionalmente utilizada por nuestro país consistía en recurrir a los programas del FMI, a los planes de ajuste y el nuevo endeudamiento en los mercados internacionales. Esta estrategia conducía inexorablemente a la falta de crecimiento, a las penurias sociales, a las grandes ganancias financieras y, finalmente, a un crecimiento insostenible de la deuda”.
En contraposición con las viejas recetas del FMI, Heller elogió la estrategia elegida por el Gobierno Nacional desde el 2003 plasmada en las leyes sancionadas por el Congreso: “Los pagos comprometidos ante los acreedores por el canje 2005 fueron establecidos de manera de hacerlos compatibles con el crecimiento económico y la inclusión social. Nuestro país demostró, implementando esta nueva orientación, que resulta posible –simultáneamente- crecer, crear empleos, mejorar la inclusión social, mejorar la distribución del ingreso y desendeudarse, mientras se cumple puntualmente con los pagos comprometidos a los acreedores”.
Para el legislador, actual candidato a renovar su banca en la lista porteña del Frente Para la Victoria, “el accionar de estos ´fondos buitre´ refleja una profunda anomalía de la actual arquitectura financiera internacional, que posibilita que especuladores financieros, constituidos en guaridas fiscales, se aprovechen de los sistemas judiciales de países centrales para obtener ganancias fabulosas a costa de los países en desarrollo endeudados, restando recursos para mejorar el nivel de vida de sus respectivos pueblos. La solución de fondo de esta deformación del capitalismo financiero global requiere, a nuestro juicio, de un abordaje global dentro de un sistema eficiente y justo de reestructuración de deudas soberanas, que hoy lamentablemente no existe”.
“Nuestro país viene librando una lucha sin cuartel contra estos ´fondos buitres´ y sabemos que no se detendrán ante nada, los guía exclusivamente la codicia sin límite, no tienen moral. Pero el mundo entero está atento a cuál sea el desenlace de esta disputa. Nuestro país, el pueblo argentino, ya ha ganado una batalla con la recuperación de un símbolo patrio, la Fragata Libertad, también en una pelea dura con estos fondos”, recordó Heller.
En ese sentido, cruzó duramente a algunos referentes de la oposición que han “criticado fuertemente y no siempre lealmente la estrategia del Gobierno, que precisamente se sustenta en la política sancionada por este Congreso”. “Hay, por ejemplo, quienes niegan la existencia de los fondos buitres, los califican de un acreedor más que compró bonos en una operación financiera regular y de buena fe. Me parece que no hay mucho para debatir con quienes sustentan una posición de este tipo. Solo merecen nuestra tajante reprobación. Otros culpan al Gobierno argentino de haber provocado los fallos negativos al país por haber dejado clara la posición de que no se le pagaría un peso a los ´fondos buitre´. ¿Qué es lo que tendría que haber dicho el Gobierno?, ¿qué se estaba dispuesto a negociar con los mismos ´fondos buitre´ que habían embargado la Fragata Libertad y para poder hacerlo estaban dispuestos a violar la denominada Ley Cerrojo que este Congreso había aprobado?”, se preguntó Heller y continuó: “Otros niegan que la Argentina haya alcanzado una quita histórica en el canje de deuda porque ofreció a los acreedores el cupón del PBI. Me parece que esto es fácil decirlo con el diario del lunes. Por qué no volvemos al momento en que Argentina se planteó con una posición soberana e innegociable ante los acreedores. ¿Cuántos pronosticaban que el canje iba a tener éxito en aquel momento? Hoy, ocho años después de desempeño exitoso, alguien puede decir que nos podríamos haber ahorrado el cupón del PBI. Sin embargo, el país pagó varios años el cupón del PBI porque tuvimos la década de mayor crecimiento en los últimos 200 años y aun así dos años no se pagó el cupón. Pero tuvimos ese crecimiento, el más alto de los últimos 200 años, entre otras cosas porque renegociamos la deuda con esa quita y eso le dio un desahogo al país como para poder encarar las políticas de crecimiento que se han llevado adelante».
Para el presidente de la comisión de Finanzas de la Cámara baja, la situación argentina no puede abstraerse del contexto internacional: “La mayor parte de los países desarrollados tienen deudas que se acercan o superan su propio Producto Bruto. Esta fragilidad genera incertidumbre sobre las posibilidades de crecimiento y de estabilidad global. Muchos países se han endeudado gracias a las bajísimas tasas de interés internacionales y acá hay muchos que nos recomiendan hacer lo mismo. Pero ya sabemos cómo terminan las burbujas de endeudamiento cuando el ciclo se revierte. Otros países, como Grecia, España, Portugal y Chipre llevan adelante planes de ajuste que retrotraen los logros sociales y los niveles de empleo que habían alcanzado. Ni siquiera tienen autonomía para decidir sus políticas”, explicó.
“Argentina ofrece otro modelo, el de crecimiento, de inclusión social, de desendeudamiento y de pago puntual de su deuda reestructurada. Con la aprobación de este Proyecto, el Congreso de la Nación otorga al Poder Ejecutivo Nacional las herramientas para poder culminar el proceso de normalización de la deuda que entró en cesación de pagos en el año 2001. La mayor parte del camino ya está recorrido. Es poco lo que falta para llegar a la meta y un puñado de especuladores no podrá contra la voluntad de todo nuestro pueblo argentino. Es la culminación de una estrategia exitosa, decidida en forma autónoma, sin la tutela ni los condicionamientos del poder financiero internacional y en este camino tenemos que continuar”, culminó Heller.