Todo acontecimiento tiene varios enfoques, por lo que resulta importante analizarlos para no quedar perdido en la marea de conceptos que se enuncian, en especial cuando algunos tienen el objetivo definido de sembrar confusión aún en los temas más simples.
Un ejemplo es la evolución del dólar ilegal, que esta última semana ha mostrado una baja en sus cotizaciones, que, sigo insistiendo, no se sabe cómo se obtienen ni qué es lo que reflejan. En el imaginario de los analistas, en las semanas anteriores el dólar ilegal había superado los diez pesos por la gran demanda existente y la escasa oferta. En la actualidad, según informan, la oferta es aun más escasa por los mayores controles del Estado, lo cual es lógico por tratarse de una actividad no legal, pero sin embargo los valores bajan, violentando la ley de oferta y demanda que suelen citar cuando sube la cotización. Para justificar la baja se alega el miedo a determinado funcionario, o la «intervención amiga» aunque no definen en qué consiste la misma. Todas razones exóticas para evitar reconocer que la cotización a la cual había llegado era exorbitante, fruto de una desenfrenada especulación, un valor que ni los economistas neoliberales se atrevieron a convalidar.
Podemos preguntarnos entonces ¿cuál es la cotización lógica para el dólar ilegal? No la hay, la cotización será la que la especulación dicte en el momento, y lo que algunos quieran que dé.
La anterior aseveración no significa desconocer que el actual tipo de cambio real multilateral no es tan alto como el de 2004 a 2007, aunque aún está un 64% arriba del existente en diciembre de 2001, según datos del Estudio Bein; con este nivel algunos sectores pueden tener dificultades para exportar, que deben solucionarse con políticas fiscales y financieras de fomento. Pero ello no deriva en absoluto en la necesidad de convalidar valores del dólar mayores a los que surgen actualmente en el mercado oficial.
En una reciente reunión en Casa de Gobierno, con la asistencia de la presidenta Cristina Fernández y los representantes gremiales y patronales, se formalizaron los acuerdos de seis importantes gremios: Bancarios, Comercio, Obras Sanitarias, Suterh, UOM y UPCN, que alcanzan a más de dos millones de trabajadores, cerca de la mitad de los que tienen convenio. Una característica de estos seis acuerdos firmados en la semana, más otros cuatro firmados con anterioridad (Ferroviarios, Transporte, Carne y Luz y Fuerza), es que son aumentos salariales que van entre el 22 al 24% anual. En este sentido, muchos medios hablaron del «tope» impuesto por el gobierno o la intención de «disciplinar» los aumentos. Quien analice los convenios verá que cada uno de ellos se adecua a la situación específica de su gremio, con distintas modalidades. El ministro Carlos Tomada expresó enfáticamente que «en las negociaciones no hay ni piso ni techo, tampoco pautas obligatorias».
Esta característica no invalida que puedan forjarse acuerdos entre los tres actores de los convenios colectivos (gremios, empresarios y gobierno) para acordar pautas, de forma tal de dar previsibilidad a la sociedad. Es una forma de mejorar la gestión del gobierno y fortalecer la institucionalidad.
Los variados enfoques también estuvieron presentes en un evento en el que participaron Cristina Fernández y Lula da Silva. En el mismo, se hizo referencia al rol de los medios monopólicos de comunicación y sus intentos de revertir los procesos progresistas que se vienen verificando en la región. Al respecto, la presidenta mencionó que se «podrán tener diez mil titulares, zócalos, pero lo que nunca podrán borrar es la vivencia que cada argentino tuvo en esta década». En lo económico Cristina comentó que «esta es la Argentina que ha crecido junto con el resto de sus hermanos sudamericanos, la de los gobiernos que creen en la igualdad, que creen que todos deben tener la misma oportunidad». Por su parte, Lula sostuvo que «los sectores conservadores no entienden lo que ocurrió en Brasil en la última década, como no entienden lo que pasó en Argentina en los años ’40 y ’50 y lo que está pasando ahora.» Son mensajes importantes, que invitan a no perderse en la coyuntura y a valorar los procesos económicos que hay por detrás de las noticias; una perspectiva que ayuda a analizar tendencias estructurales, y evita arriesgar importantes conquistas conseguidas, no sin esfuerzo, por mayorías que han estado históricamente postergadas.
En el encuentro también se abordó la cuestión de la integración regional, y allí Cristina valoró que se haya derribado el «mito de la rivalidad brasileño-argentina, que impedía que creciéramos juntos y servía a los intereses que estaban en contra de los nuestros».
En el plano de las realizaciones regionales se destacan el acuerdo Venezuela-Brasil para la construcción en aquel país de dos nuevas plantas de coque y urea para su exportación a Brasil, y el apoyo de este para que Venezuela adopte nuevos modelos productivos que redunden en el autoabastecimiento alimentario. En esta línea, se inscriben también los 12 acuerdos bilaterales alcanzados entre Venezuela y Argentina en ocasión de la reciente visita del presidente Maduro a nuestro país. Entre ellos, se estableció una alianza estratégica para el desarrollo de servicios tecnológicos entre organismos públicos de ambos países, el otorgamiento por parte de Venezuela de 10 mil licencias para la importación de vehículos desde la Argentina, acuerdos en materia de pesca, acuicultura y agricultura, y también en el frente de los contenidos audiovisuales. Son avances concretos que refrendan en los hechos el espíritu y la decisión de seguir avanzando por el camino del desarrollo conjunto de los pueblos de la región.
Dictadura de la economía. El Papa Francisco denunció el «desequilibrio promovido por la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera», que lleva a una «dictadura de la economía sin rostro ni objetivo humano». Advirtió que mientras la renta de una minoría crece de manera exponencial, los ingresos de la mayoría se debilitan, concluyendo que: «Este desequilibrio deriva de ideologías que promueven la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera, negando así el derecho de control a los Estados». En este entorno, sostuvo que «hoy el ser humano es considerado él mismo un bien de consumo que se puede usar y tirar». Entre otras cuestiones, abogó también por una reforma financiera «que sea ética y que produzca a su vez una reforma económica saludable para todos» (La Nación 17. May 13).
Semejantes declaraciones ponen a muchos en una situación incómoda. La nota del editor, que remata los artículos principales del diario La Nación sentenció: «El discurso fue simple y directo. Pero su impacto sería realmente contundente si Francisco aplicara la ‘reforma ética’ al propio banco vaticano», restándole valor a la declaración.
Muy probablemente, las definiciones papales causen escozor en ideólogos como Alberto Benegas Lynch (h) presidente del Consejo Honorario del Partido Liberal Libertario, que en un reciente artículo (El Cronista 16. May 13) expresó que los gobiernos han desatado «una avalancha de ataques contra los llamados ‘paraísos fiscales’ en lugar de extenderlos, es decir, lugares en los que los propietarios puedan sufragar cantidades mínimas de impuestos y así salvar sus bienes de las garras insaciables de aparatos estatales siempre voraces por apoderarse del fruto del trabajo ajeno».
Definiciones que postulan las ideas más extremas del capitalismo neoliberal, que no ponen en cuestión los medios por los cuales se obtienen las ganancias, y que censuran toda acción del Estado.
Artículo publicado en el diario Tiempo Argentino el domingo 19 de mayo de 2013.