El Presupuesto Nacional es principalmente un plan de gobierno y su análisis debe partir de las grandes líneas de acción, más que de su estricta evaluación contable partida por partida.
El proyecto del Ejecutivo establece que «las prioridades en las políticas públicas del Gobierno Nacional estarán dirigidas a sostener las líneas macroeconómicas fundamentales que se han desarrollado desde el año 2003» y se propone, entre otras acciones, el sostenimiento de la demanda agregada y el fortalecimiento del mercado interno, la preservación de los puestos de trabajo y de los salarios reales, la inclusión social y la movilidad previsional.
En este presupuesto, «la educación seguirá siendo una prioridad como política de Estado», se aborda al sector industrial formulando las políticas para la promoción y fortalecimiento de las pymes, y en el ámbito del sector agropecuario, se fomenta la incorporación de tecnología, la agregación de valor a la producción; la creación de empleo y el fortalecimiento de las economías regionales está presente en todos los sectores.
El gasto social es el eje principal por sobre el que se estructura el Presupuesto 2013, al igual que los anteriores; mientras el crecimiento del gasto total es del 16,3%, el gasto de la seguridad social sube el 21,2 por ciento. Sin abusar de los números, puede mencionarse que el 75% del total del incremento del gasto se orienta a la finalidad «servicios sociales», donde además de la seguridad social se computa educación y cultura, salud, ciencia y técnica, trabajo, vivienda y agua potable.
Dentro del total adjudicado a la seguridad social se encuentra la Asignación Universal por Hijo, que crece un 18%, un monto importante, aunque creo que podrían mejorarse los montos de esta prestación con un pequeño esfuerzo, habida cuenta, como ya lo reflejamos en anteriores columnas, que posee un impacto altamente positivo sobre la economía y la vida de las personas.
Un gran desafío es lograr el leve superávit presupuestario previsto para 2013 (0,02% del PIB), luego de dos años con déficit financiero rondando el 1,6% del PIB. Este objetivo se plantea lograr con un crecimiento mayor del PIB del 4,4% para 2013, pero fundamentalmente con un aumento en los gastos (16,3%) menor al aumento en los ingresos (24,2 por ciento).
Estas cifras podrían entusiasmar a muchos analistas y políticos que proponen que las políticas del gobierno generan un ajuste de la economía, sin embargo no es esta la descripción que surge de las políticas actuales ni de lo previsto en el Presupuesto 2013. La gran mayoría de los gastos crecen por encima del 20%, a excepción de un rubro importante, las transferencias corrientes que se incrementan sólo el 8,4%; en este rubro lo más destacado es el aumento del 17,5% de las transferencias que van a los hogares, en especial por el incremento de las asignaciones familiares, mientras que las transferencias otorgadas a las empresas privadas, que se dedican a mantener los precios de varios servicios públicos, caen un 11,4%, principalmente por la disminución de los recursos dedicados a la distribuidora eléctrica CAMMESA.
Puede decirse que estos datos reflejan una estrategia ya iniciada en el Presupuesto 2012, que consiste en ir reduciendo el gasto en compensación por tarifas, que venía creciendo aceleradamente. En la medida que se siga avanzando con la reestructuración tarifaria, aplicando sintonía fina para ir eliminando los subsidios a aquellos que no los necesitan, el impacto en la economía será beneficioso.
Como es habitual los últimos años, se integra el Fondo de Desendeudamiento Argentino (Fondea) por 7967 millones de dólares para 2013, importe que incluye el pago del Cupón PIB, de cerca de U$S 3000 millones. Este año el Fondea contiene una novedad, y es que «en caso de resultar un excedente luego de pagar la deuda pública con tenedores privados, el mismo se dedicará a financiar gastos de capital». Es una proposición interesante, y habrá que ver cómo se aplica para evaluar el su alcance. En definitiva, un Presupuesto para continuar el modelo, y que seguramente recibirá la aprobación de la mayoría de los legisladores.
foto: argentina.ar