Considero que para enfrentar este menor crecimiento, se requieren medidas anticíclicas, algunas de las cuales el Gobierno ya ha tomado, y que deberá intensificar para moderar aún más los efectos nocivos de la crisis.
Hay dos condiciones económicas indispensables para transitar con mejores resultados este período. Una de ellas es una rápida aplicación de planes sociales eficientes para sacar a las familias de la pobreza, medida que no sólo garantizará una mayor equidad social, sino que además tendrá un efecto multiplicador muy alto, dado que todo el ingreso que se vuelque a las familias pobres se convertirá rápidamente en consumo, sustentando el mercado doméstico.
La segunda condición es lograr lo antes posible una recomposición del poder de compra salarial, situación que no parece gozar de altas probabilidades hoy en día. Pienso que es la mejor forma de defender el empleo, generando demanda para la producción. Para ello habrá que escapar del corsé ideológico impuesto por aquellos que intentan defender el empleo por la vía del congelamiento de salarios, medida cuyo mayor impacto es proteger las ganancias empresariales.
Una mejor distribución del ingreso sigue siendo la mejor forma de fomentar la producción y el consumo.