Creo que no se puede analizar la decisión del Gobierno Nacional- de enviar el proyecto para modificar el Código Electoral y que se vote el 28 de junio- si no se la pone en escena con lo que sucedió antes. Se debe partir de la especulación de Macri, quien adopto una decisión de cálculo electoral en función de su conveniencia electoral, es decir que la Ciudad de Buenos Aires adelante las elecciones, y que hace unas semanas leíamos en los diarios que Macri analizaba con Solá, De Narváez y con Michetti si le convenía hacerlas en octubre o en junio, y que en definitiva resolvió en función de un cálculo de conveniencia electoral para su partido, y consecuentemente eso alteró el escenario electoral argentino.
Estoy absolutamente convencido que si la ciudad no cambiaba las elecciones todo hubiera sido en octubre. Porque la Ciudad de Buenos Aires es un distrito que tiene la trascendencia, desde el punto de vista electoral, es un espejo de la Nación. Es decir, lo que impacta en el conjunto de la ciudadanía a nivel país, un resultado electoral anticipado de la Ciudad de Buenos Aires, tiene repercusión en lo que va a pasar después. Entonces, quien tiene la responsabilidad de gobernar no puede estar desatento a lo que los demás hacen, y mirar para otro lado y dejar que las cosas sigan.
Opino que el Gobierno tiene buenos reflejos. Porque reaccionaron rápidamente y tomaron una decisión inmediata.
Entonces, traer la elección un poco más adelante y unificarlas, pedirle a las provincias que unifiquen y demás, me parece que es un acto saludable.