Europa, agobiada por la crisis y el neoliberalismo

crisis-financieraSi comparamos la situación económica europea con los fenómenos climáticos, puede decirse que hace rato que Europa está bajo una furiosa tormenta, que esporádicamente va generando tornados en distintas partes: Irlanda, Grecia, Portugal, y ahora se está acercando a España.

Difícil es definir qué fuerzas impulsan estos tornados, suele citarse que son resultado de una combinación de asfixia económica causada por virulentos ajustes en el gasto público y recortes en los ingresos salariales y jubilatorios, elevado desempleo, déficits fiscales que no pueden reducirse al ritmo esperado, vertiginoso aumento de la deuda pública y un descontento social cada vez más palpable.

Sin duda, España está concentrando varias de estas características. Luego de las elecciones autonómicas en Andalucía y Asturias, y un día después del masivo paro decretado por las organizaciones de trabajadores, el presidente Mariano Rajoy anunció el recorte de gastos más grande desde que volvió la democracia, son 27.300 millones de euros, más 12.300 millones de euros de aumento en impuestos. Sumados, ambos efectos se acercan al 3,2% del PBI, la reducción del déficit necesaria para llegar al 5,3% exigido por la Unión Europea (UE).

Se recortan un 17% los gastos de los ministerios y se congelan los salarios de los empleados públicos. Esta reforma es presentada por el gobierno de Rajoy como necesaria para aumentar el empleo, pero irónicamente uno de los gastos que se reducen en un 20% es el de fomento al empleo, en 1500 millones de euros.

En un marco de desocupación récord del 10,7% para toda la zona del euro, España es la economía que posee el índice más elevado, con el 23,3%, que se incrementa al 50 para los menores de 25 años. El año pasado se alcanzó un récord en desalojos de más de 58 mil viviendas, un 20% superior al año anterior.

En la semana que pasó, el gobierno español se financió a ocho años a una tasa del 5,338% anual, y el riesgo país llegó a los 400 puntos básicos, un nivel que lo ubica muy cerca de pedir rescate a la troika (Unión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo).

Pero el caso español no es más que un botón de muestra de la crisis que afecta a toda Europa. Según un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las tres principales economías del Euro (Alemania, Francia e Italia) entrarían en recesión en este primer trimestre de 2012, al igual que el Reino Unido. Ya se encuentran en recesión Grecia, Portugal, Bélgica, Holanda, Eslovenia e Irlanda, y muchos de ellos han aplicado severos planes de ajuste.

Tornado especulativo
Se han venido analizando las distintas causas por las que España está en el ojo de la tormenta, pero estas son comunes a muchos otros países de la Comunidad Europea. En realidad, las fuerzas que llevan el rumbo del tornado hacia España son fundamentalmente especulativas.

No están solos en el negocio, la maquinaria europea los apaña. A fines de febrero el Banco Central Europeo inyectó 530 mil millones de euros a una tasa del 1% y por un plazo de tres años, la segunda emisión de este tipo luego de que en diciembre se otorgara un monto de 489 mil millones de euros. El destino de estos préstamos es la recompra de deuda pública de los países de la zona euro, y romper el congelamiento crediticio que frena las economías, a través del financiamiento a los hogares y a las pymes. Sin embargo, la mayor parte de los fondos se han utilizado para comprar deuda soberana, y por lo tanto la fantástica emisión monetaria ha tenido muy poco efecto en dinamizar la alicaída economía real.

En el mismo sentido se inscribe la decisión de los ministros de Finanzas de la Eurozona de aplicar 500 mil millones de euros nuevos al Fondo de Rescate Europeo, que se suman a los 300 mil millones ya comprometidos para el salvataje de Grecia, Portugal e Irlanda. La idea es que este dinero actúe como “muro de contención” para países como España o Italia, que desde hace meses están bajo presión de los mercados. En realidad, este muro financiero intenta contener la especulación desmedida y el contagio a economías grandes, para evitar la solución griega de quita de deuda, lo cual tendría un costo inabordable para los bancos y los organismos comunitarios.

Tornado neoliberal
Todas las acciones tomadas por los gobiernos europeos y los organismos comunitarios e internacionales parten de la misma idea: las prioridades de las políticas económicas no están determinadas por el aumento de la desocupación o la caída en la producción, sino por las indicaciones de los mercados financieros, a través de las tasas cobradas o de las rebajas de calificaciones a países soberanos.

Una breve muestra de este “pensamiento único” que ronda el espíritu de los líderes europeos se despliega a continuación: “Tiene que ver con las dudas del crecimiento económico en Europa. Si no hay crecimiento económico, los mercados empiezan a dudar”, ha dicho el ministro Luis de Guindos en referencia a la evolución de la prima de riesgo española, ratificando que “la receta está clara: continuar con la agenda de consolidación fiscal y la agenda de las reformas que, como la laboral o la del sector financiero sentarán las bases del crecimiento futuro”. (El País, 05.04.12)

Preguntado acerca de las nuevas cuentas españolas, Gerry Rice, portavoz del FMI, calificó de “severos” los retos a los que se enfrenta España. Rice hizo referencia al sentimiento de volatilidad que reina en el mercado. Volvió a repetir que se deben cumplir los objetivos de déficit tanto a nivel nacional como regional, y señaló que esa incertidumbre en los mercados es un llamamiento a mantener el esfuerzo realizado. (El País, 05.04.12)

Para el ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schaeuble, ningún “cortafuegos” puede ser lo suficientemente convincente para los mercados, sólo con reformas estructurales se puede avanzar. (Ámbito Financiero, 02.04.12)

Lo peor de la crisis ya pasó, enfatizó Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo. “La situación se estabilizó. Los inversores recuperaron la confianza”, se ufanó. (BAE, 30.03.12)

No obstante, la estabilidad no es funcional a los intereses de los capitales financieros, y sus lobbies llevan a que los distintos funcionarios o estamentos estén continuamente esperando un nuevo salvataje.

Apenas realizado el importante canje de deuda y recibido el segundo salvataje, el primer ministro de Grecia, Lucas Papademos, sostuvo que su país podría necesitar un tercer paquete de rescate si las medidas de austeridad exigidas por los acreedores internacionales no logran estabilizar su complicada economía y recuperar la confianza del mercado. (Ámbito Financiero, 02.04.12)

El vicepresidente del Banco Central Europeo, Vítor Constancio, afirmó que la posibilidad de que Portugal vaya a necesitar un segundo préstamo internacional “tiene que estar siempre en evaluación”. “Todo está siempre bajo análisis y depende de la evolución de situaciones concretas en los mercados financieros”. (BAE, 02.04.12)

Todas estas declaraciones y medidas que priorizan los intereses del capital financiero, que fue el verdadero generador de la profunda crisis de los países desarrollados, lo protegen como un infante recién nacido, mientras que los costos para proveer esta protección son pagados con creces por las economías y las sociedades de los países industrializados, que además extienden estos costos a todo el mundo.

Los costos sociales son cada vez más altos, y sumen en la desesperación a millones de personas; un ejemplo de ello es el lamentable suicidio de un jubilado griego ocurrido esta semana en la plaza Sintagma: ¿Será el nuevo germen de un próximo tornado, en este caso, desde la indignación popular?

Esta nota fue publicada en Tiempo Argentino el día 08.04.2012

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