La semana pasada el Canciller Héctor Timerman participó, en la sede de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), de la Reunión “Latinoamérica y el Grupo de los 20: hacia la construcción de un espacio de diálogo en la región”.
En primer lugar, se refirió a quienes hablan del blindaje argentino frente a la crisis internacional al expresar que sería una tontería pensar que uno puede estar fuera de los riesgos. Bajo esa idea, instó a los países centrales a tomar medidas para mejorar sus economías, ya que, dijo : «confiar en que solamente los países emergentes en general y China en particular puedan compensar con políticas expansivas el ajuste de las otras economías, sería un error de cálculo peligroso en el contexto actual«.
Lo que sí existe, a mi criterio, son mejores condiciones que en otros momentos para enfrentar esa crisis y esas mejores condiciones arrancan fundamentalmente de las políticas contracíclicas que se vienen llevando adelante desde hace bastante tiempo. Estas políticas tienen que ver con la vocación de responder regionalmente, con la creación de un ámbito de los ministros de economía y los presidentes de los bancos centrales de la UNASUR para elaborar propuestas comunes, concretas frente a los riesgos de la crisis. Es decir, creo que estamos en guardia, mejor dispuestos, mejor preparados y con fortalezas que en otros tiempos no tuvimos; con la convicción de que, como pasó en 2008 y 2009, lo que hay que hacer es estar alerta, y ante los primeros síntomas actuar con firmeza aplicando políticas contracíclicas para revertir los efectos de esta crisis.
Respecto a la próxima reunión del G20, Timerman planteó que no alcanza con respuestas generales, sino que hay que dar respuestas concretas y a corto plazo: «hay que seguir avanzando hacia una arquitectura financiera que responda a las necesidades de nuestras sociedades, esto es canalizar los ahorros en sentido productivo y con interés social. En particular requiere más esfuerzos alcanzar el consenso suficiente respecto a cómo corregir la especulación y sobre todo los desafíos que plantean los paraísos fiscales, que tiene entre los miembros del G20 algunos interesados en mantener el statu quo«. Y agregó: «un tercio de la riqueza privada del mundo está resguardada en paraísos fiscales, sin pagar impuestos ni estar sujetos a regulación y supervisión«.
Creo que hay temas bastante gruesos e importantes para tratar en la próxima reunión del G20, pero también creo que a pesar de nuestra inserción pasiva en esta globalización financiera, hoy tenemos primero, una mejor comprensión de la complejidad de los escenarios y segundo, una respuesta activa con la que Argentina se suma a los países de la región y con la que trata de establecer coincidencias con los grandes países emergentes.