La semana pasada varios países europeos sufrieron corridas bancarias similares a las que hubo en la Argentina en 2001. Es por ello que la Reserva Federal de los Estados Unidos, el Banco Central europeo, el Banco Central de Inglaterra, el Banco Central de Japón, el Banco Central de Suiza y el Banco Central de Canadá, todos entes públicos, hicieron un fondo común de 180 mil millones de dólares, para ofrecerle liquidez a los bancos privados para que no terminen en un «Corralito». Básicamente están dando una señal de tranquilidad a los depositantes de que si quieren dólares, los tendrán sin problemas.
En el caso puntual de Grecia, los depósitos bancarios cayeron un 20%. Cuando los depósitos en un sistema financiero caen el 20%, el sistema está en serias dificultades porque el dinero está en préstamos y la liquidez que se tiene es ese 20%. Si se va, no hay caja. Si además, hay que descontar los créditos impagos por una economía en recesión más los depósitos que se quieren ir, los problemas se agravan. Sin auxilio, los más seguro es terminar en el corralito.
Más allá del parangón que se pueda hacer entre ésta y la situación vivida aquí en 2001, lo cierto es que cada vez más gente en el mundo dice que si países como Grecia no adoptan una solución como la Argentina, no podrán salir. Y esto no sólo lo digo yo, lo dicen Premios Nobel de Economía, economistas muy destacados, incluso algunos que tienen formación absolutamente ortodoxa: si no hay una quita importante de la deuda, esos países no podrán pagar. Y todos coincidimos en que la ayuda que se ha dado al sistema financiero mundial, no ha sido más que ayuda para los acreedores, cuando lo que hay que hacer es ayudar a los deudores con quitas efectivas.
Un ejemplo claro es la economía de Estados Unidos: siempre ha funcionado sobre la base de la capacidad de endeudamiento de su población que, mientras la cuota le permitía, seguía comprando. Hoy esa economía llegó a la saturación y la gente no se puede endeudar más. El resultado es que no hay forma de reactivar la economía porque no hay consumo. Adicionado a esto tienen el problema de que subió el desempleo y aumentó la pobreza.
En Grecia pasa lo mismo, el producto bruto de Grecia este año va a decrecer 5%. El ajuste, en este caso, lejos de mejorar la situación fiscal la va a terminar empeorando, porque al achicarse la economía habrá menos ingresos fiscales.
Hace mucho que digo que “el límite del ajuste es la capacidad de aguante de los ajustados«. Mientras los griegos, los portugueses, los españoles, los italianos, acepten ajustes, el ajuste no tendrá fin porque desde el punto de vista los acreedores siempre se va a poder ajustar un poquito más.