El presupuesto es una ley como tantas otras, pero de una trascendencia fundamental porque es la ley por la cual se establecen las expectativas de ingresos y de asignación de recursos que el Estado hará durante el año, que además nos permite visualizar hacia donde se apunta con las políticas publicas.
El Grupo A se opone al presupuesto 2011 porque dice que el crecimiento del año que viene está subestimado, situación que el gobierno utilizaría para manejar el excedente a discreción.
Normalmente, cuando el crecimiento es mayor al presupuestado, el Poder Ejecutivo envía un decreto pidiéndole al parlamento que apruebe el uso de ese dinero. Si bien hay un trámite parlamentario, también es cierto que la libertad de acción por parte del Ejecutivo para la asignación de esos recursos es mayor.
Al margen de esta discusión, los números del presupuesto marcan un año en que la Argentina va a tener otra vez crecimiento, con superávit en las cuentas tanto de ingresos fiscales, como de superávit primario y de balanza comercial.
Personalmente creo que la oposición se equivoca al poner trabas en el tratamiento del presupuesto 2011, porque de no aprobarse antes del 30 de noviembre quedaría vigente el del año 2010 y, de acuerdo a las cifras de la economía para el próximo año, la discrecionalidad podría ser aún mayor. Esperemos que en las próximas semanas se pueda avanzar en el tema y que lleguemos a un acuerdo razonable con la oposición.