La importancia del viaje a China

argentinachinaEl reciente viaje oficial a China fue prácticamente ignorado por los medios concentrados y la información se restringió, casi exclusivamente, a la no apertura de las exportaciones de aceite de soja hacia el país asiático como fruto de esa visita. Un enfoque mezquino, puesto que se pusieron en marcha los mecanismos necesarios para generar una relación comercial madura y compleja, y los objetivos fueron mucho más allá de lo estrictamente comercial, para reforzar una relación política estratégica, destinada a continuar en el futuro. Entre otras cuestiones relevantes, recibimos el apoyo de China a nuestros reclamos soberanos sobre Malvinas, y se les brindó el apoyo del gobierno argentino para que haya una única China.

La Presidenta expresó su seguridad respecto de que se va a afianzar nuestra relación a partir de esa visita, mientras que su homólogo chino, Hu Jintao, calificó a Cristina Kirchner como “una gran amiga nuestra” y destacó que la jefa del Estado “siempre ha apoyado nuestra relación” con la Argentina, por lo que se manifestó seguro de que avanzaremos en nuestro intercambio.

Desde la visión de nuestro país, la visita constituyó el puntapié inicial de una nueva relación entre los dos países, ya que, según la Presidenta, “estamos convencidos de que somos complementarios y podemos hacer una muy buena sinergia” con China. También comentó que “todos han advertido la importancia de la Argentina, no sólo como mercado, sino como una plataforma para toda América Latina y el mundo”.

En efecto, la Argentina es sólo una mínima parte del comercio chino. Por eso, la relación es más estratégica que comercial, dado que no sólo somos una puerta hacia el Mercosur y la Unasur, sino que tenemos la octava geografía cultivable del mundo y un nivel de instrucción de nuestros trabajadores muy alto para la media de los países en desarrollo.

El presidente chino habló de la importancia de “buscar un salto cualitativo de nuestro comercio”; y se refirió a que si bien “es normal que existan controversias, hay que resolverlas en las mesas de negociaciones”. Hu Jintao se refirió a “fortalecer la cooperación económica y comercial, impulsar aún más las relaciones entre ambos países”, y dio su acuerdo con la propuesta argentina de mayor diversificación comercial.

También el diálogo con las autoridades chinas transitó por la necesidad de incentivar lazos culturales, por mantener una posición común en foros multilaterales como el G-20, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y el FMI, donde se pugnará por establecer una mayor regulación del sistema financiero internacional.

En lo económico, se firmaron convenios de relevancia, además de establecer mecanismos de negociación para ir desarrollando un nuevo tipo de relación comercial entre ambos países.
Con respecto a las controversias comerciales, la Argentina acordó con China la creación de una comisión bilateral, que se puso a trabajar inmediatamente con el objeto de analizar y potenciar las relaciones comerciales. Pero esta comisión va mucho más allá, para abordar problemas y tareas que hacen a la totalidad de la relación comercial, incluso, para mejorar el valor agregado de la balanza de nuestras exportaciones. Desde el Ejecutivo argentino se planteó lograr un modelo de exportaciones por el cual el valor agregado esté cerca de la materia prima, y desarrollar una estrategia en la que el transporte y la logística juegan un papel importante para definir el nivel de nuestra competitividad respecto de la economía china. Y, de esa forma, obtener un intercambio más equilibrado, fomentando la exportación de bienes de alto valor agregado y trabajo, planteando una asociación comercial estratégica que contemple el acceso al mercado chino de alimentos y manufacturas.

En el área transporte se firmaron acuerdos y convenios por cerca de 9.500 millones de dólares, lo que brinda una idea de la importancia del viaje realizado.

Resulta importante destacar que los nuevos convenios tendrán financiamiento chino a quince años (que incluyen cuatro de gracia), a una tasa Libor más seis por ciento, una modalidad favorable que no existe hoy en el mundo. El Banco de Desarrollo de China financiará el 85 por ciento y el Estado argentino el quince restante.

Otros proyectos que ya están en ejecución, como, por ejemplo, la provisión de nuevos coches para los subterráneos, tienen financiamiento de la empresa productora, mientras que los coches para la línea General San Martín tienen financiamiento del Eximbank. En definitiva, esto demuestra que la Argentina, por fuera de las calificadoras y sus notas, está consiguiendo financiamiento por montos muy importantes, y a bajas tasas, gracias a estos convenios firmados.

Entre otras operaciones, se comprarán 279 coches para todas las líneas de subte y se cambiará la totalidad de los coches de la línea A, la más vieja, con la posibilidad de tener aire acondicionado. En el San Martín se proveerán 160 coches y 24 locomotoras.

En el proyecto de rehabilitación del Belgrano Cargas, los chinos proveerán todo lo que se necesite para su puesta en valor: vagones y locomotoras, rieles, durmientes y tareas de las más variadas. Primero se rehabilitará el tramo Timbúes (Santa Fe) hasta Avia Terai (Chaco) y, luego, de Estación Barranqueras (Chaco) a Salta. Un convenio similar se firmó para el ferrocarril San Martín, se intenta recuperar y rehabilitar toda la estructura existente del trayecto Buenos Aires-Mendoza.

Largo Plazo

Al pensar en el largo plazo, estos dos convenios de rehabilitación mejoran el transporte para acercar la producción al Pacífico, una vía de salida de exportaciones hacia China que resulta altamente eficiente.

Otros acuerdos alcanzan a la electrificación del Roca, en el tramo Berazategui -La Plata, y además se prevé la provisión total de medio millón de toneladas de rieles.

Se incluye también la electrificación y modernización del Ferrocarril Belgrano Norte y Sur, y la provisión de veinte formaciones de pasajeros de larga distancia. Estas inversiones constituyen un paso hacia un servicio muy anhelado por grandes sectores de nuestra población, que es poder viajar en tren hacia y desde las provincias, una prestación que fue confinada a la agonía, a partir de la gestión menemista, y que debemos proponernos reconstruir con la mayor premura posible.

Se estudia la posibilidad concreta de construir cuatro líneas de subte en la ciudad de Córdoba, con 29 estaciones. También se acordó avanzar con los empresarios chinos para extender la línea E del subte de Buenos Aires hasta Ezeiza mediante una conexión ferroviaria.

Son convenios realmente amplios que exceden al transporte. Se han firmado acuerdos con dos empresas privadas en materia farmacéutica que permitirán, entre otras actividades, la producción de vacunas contra la gripe A y la producción de anticuerpos monoclonales.

En lo que respecta a minería, se firmaron tres convenios importantes en materia de inversiones entre empresas asiáticas y argentinas, que involucran a las provincias de La Rioja, San Juan y Jujuy. China es el principal productor de oro del mundo y el segundo gran consumidor. Además, se abrió la posibilidad de cooperación científica en materia cartográfica, para hacer dos mapas, metalogenéticos, y geológicos, en La Rioja y Jujuy.

Esta visita comenzó a establecer una relación estratégica con un país que viene creciendo al diez por ciento y, se estima, seguirá en esa tendencia, pero que además está creciendo fundamentalmente por su mercado interno, parecida estrategia con la que está creciendo la Argentina. Esto convierte a China en un potencial mayor demandante de productos y, a través de la comisión de intercambio bilateral creada, se intenta venderle alimentos altamente procesados, en lugar de exportar la materia prima en bruto, como hoy se hace en varios rubros.

Los convenios firmados y la visita se insertan en una visión amplia del futuro, en la cual se ofrecieron productos y servicios en los que la Argentina tiene ventajas comparativas y competitivas. Entre las primeras, aparece la producción agropecuaria, teniendo en cuenta que un tema que estuvo presente en las distintas reuniones que se realizaron fue el de avizorar cuáles serían las grandes discusiones del siglo XXI, y una de las certezas en este tema es que la sustentabilidad alimentaria será uno de los problemas que dominará las preocupaciones. Entre las ventajas competitivas, aparecen la industria alimenticia, la investigación nuclear -un tema que ha sido del interés de los funcionarios chinos y en el cual nuestro país tiene experiencia-, así como el tema de la industria farmacéutica y otras actividades que puedan desarrollarse en el futuro, incluso, quizá, a través de emprendimientos conjuntos.

Un saldo altamente positivo, que afirma una relación comercial y política con un país y una zona en donde se centra el crecimiento de la economía mundial, en el cual China tendrá cada año un mayor protagonismo.

Esta nota fue publicada en la Revista Debate el día domingo 8 de agosto de 2010.

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