Luego de escuchar la conferencia de prensa de Macri, ha aumentado mi preocupación al constatar el autismo del jefe de gobierno. Se ha encerrado en un discurso por el que atribuye todo lo que le pasa a supuestas conspiraciones externas, sin asumir ninguna responsabilidad por los actos ilegales que cometió. Macri comete irregularidades y luego se vuelve un autista. El autismo es la posición más cómoda para no dar explicaciones.
Macri tendrá mucho trabajo en las próximas semanas: deberá defenderse ante la justicia en la nueva instancia judicial a la que arribó su caso, deberá defenderse ante la Legislatura porteña, tanto si se decide la conformación de la Comisión Investigadora, el juicio político o su presentación en el recinto. Y, sobre todo, deberá dar explicaciones al electorado de la Ciudad de Buenos Aires.
Con esa nutrida agenda de defensa ante los cargos de ilícitos, el jefe de gobierno debería tomarse licencia a fin de que la ciudad no siga estando a la deriva.
Es necesario el apartamiento transitorio o definitivo de Macri de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad. Un procesado por prácticas ilegales y clandestinas que rememora lo peor de nuestro pasado no debe seguir al frente del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Esta nota fue publicada en Tiempo Argentino el día 20 de julio de 2010.