Tiempo Argentino | Opinión
Los anuncios del lunes pasado de la ministra de Economía, Silvina Batakis, confirman que existe una línea de continuidad con lo que ya se venía haciendo, mientras que las distintas medidas que se fueron implementando en la semana imprimen un sello distintivo. La gran diferencia es que esto se da en el marco de un mayor consenso al interior del Frente de Todos, imprescindible para poder avanzar con las políticas que se precisan en un entorno por demás complejo.
En materia fiscal se sigue apuntando a la reducción gradual del déficit y entre los anuncios que la ministra realizó estuvo el de la segmentación de las tarifas de luz y gas, que finalmente comenzó a implementarse el viernes con la habilitación del formulario para mantener el subsidio. Así se conseguirá dar al esquema tarifario una mayor dosis de progresividad, además de un interesante ahorro fiscal que permitirá redireccionar esos recursos hacia el gasto social y el fomento a los sectores productivos.
A su vez, el miércoles se conoció una nueva resolución de la AFIP, mediante la cual se aumentó del 35 al 45% la percepción a cuenta del pago de los impuestos a las Ganancias y sobre Bienes Personales, para los gastos de turismo y consumos en el exterior. La medida no apunta a gravar a la clase media, ni restringe los viajes al exterior, como sostuvieron algunos referentes de la oposición. En primer lugar, porque no es un impuesto, sino un pago a cuenta. Además, tiene el foco puesto en los sectores de elevada capacidad contributiva, que muy probablemente no dejarán de viajar. No está de más explicar que el cambio de la alícuota en nada afecta al turismo interno, beneficiado por el Previaje. Y si bien las críticas se centraron en el turismo, también encarece el pago con tarjetas, desalentando de esa forma parte de las importaciones de bienes y servicios, muchas de ellas de mercancías suntuarias.
También se continuará fortaleciendo al mercado de deuda en moneda local, para no depender del financiamiento monetario del Tesoro, y se seguirán cuidando las reservas para atender de modo prioritario las necesidades de la producción.
Respecto de la deuda pública, el Tesoro Nacional obtuvo en el mercado de capitales $137.900 millones, monto muy superior a los $8.851 millones que vencían en la primera quincena del mes. De los títulos colocados el 92% fue a tasa fija, ofreciéndose una mejora en los rendimientos, y con vencimientos que operan principalmente en el corto plazo. Buenas señales con vistas a continuar obteniendo financiamiento neto positivo como ocurrió en el primer semestre.
El último jueves el BCRA dispuso nuevas medidas para facilitar el acceso a las divisas para la importación. Se dispuso que las empresas del sector energético podrán acceder al mercado de cambios a los 60 días, en lugar de los 180 días actuales, para el pago del incremento de las importaciones con relación al año previo. En el mismo sentido, se aplicaron similares medidas para el caso de los fertilizantes, de los fitosanitarios y de la industria automotriz, ampliando lo ya reglamentado una semana atrás.
En materia cambiaria, a pesar de las presiones que no cesan, se descartó cualquier devaluación brusca que pueda afectar el poder adquisitivo del salario. La ministra afirmó que “el tipo de cambio multilateral (un indicador de la competitividad cambiaria del país) está en una situación de equilibrio”. En verdad, lo que se encuentra en desequilibrio es el valor del dólar ilegal o el de los financieros (como el MEP, o el CCL) que están alejados de lo que ocurre con la economía real.
La especulación y la generación de falsas expectativas de todas formas impactan, y en los últimos días se han estado sintiendo traslados a precios, que se verán reflejados en el índice de precios que se conocerá el mes que viene. Probablemente ello significará un quiebre en la tendencia a la desaceleración que había comenzado a verificarse en los dos meses previos, tras el pico de marzo (6,7%), que estuvo muy influido por la suba de los precios internacionales de las materias primas. El último dato del INDEC mostró que en junio se verificó un alza mensual del 5,3%, dos décimas por encima del valor de mayo (5,1%). Los rubros que más aumentaron fueron Salud (7,4%), Vivienda y otros (6,8%) y Bebidas alcohólicas y tabaco (6,7%), mientras que Alimentos y bebidas aumentó por debajo del nivel general, un 4,6%.
También se anunció la conformación de la Autoridad Nacional de Defensa de la Competencia para arbitrar y controlar los aumentos de precios desmedidos. Al respecto, Batakis señaló que “lo que sucedió esta semana en materia de precios no tiene ninguna explicación técnica, y solamente son especulaciones” y remarcó: “no podemos permitir abusos de precios”.
En un contexto global complejo, uno de los grandes objetivos del gobierno nacional es que la recuperación de la actividad y del empleo no se resienta y que los principales indicadores sigan mostrando mejoras. En la semana el INDEC dio a conocer el uso de la capacidad instalada de la industria para el mes de mayo, con un valor del 68,4%, por encima del 61,5% de un año atrás. No sólo se recuperó lo perdido durante la pandemia sino que también se superaron los máximos registrados para idéntico mes durante el gobierno de Macri (65,8%, en 2017). Es un dato para tener muy en cuenta y que habla a las claras de las grandes diferencias que existen entre los dos modelos, especialmente en los impactos sobre la actividad industrial.
La semana pasada hice alusión a los dichos de Kristalina Georgieva respecto de las “acciones dolorosas” que supuestamente serían necesarias en Argentina para cosechar beneficios más adelante. Si bien es una afirmación sumamente preocupante, hay que situarla dentro de lo que es la esencia y de lo que representa el FMI. En la previa del encuentro de ministros y gobernadores de los bancos centrales del G-20 en Bali, en un blog publicado el 13 de julio, la directora del organismo hizo una recomendación con idéntica terminología para todos los países: “actuar ahora dolerá menos que actuar más tarde”.
Georgieva señaló además que los países con altos niveles de deuda “también tendrán que endurecer su política fiscal, lo que ayudará a reducir la carga de los préstamos cada vez más caros”. No hay que pasar por alto que un día antes, la propia Georgieva había señalado que “la deuda en dólares no es buen lugar donde estar si no se producen dólares”, una reflexión que llega tarde.
Entre tantas presiones que recibe el Gobierno, en estos días quedó en evidencia que el cese de comercialización de granos y hacienda del miércoles pasado que llevó adelante la Mesa de Enlace fue un reclamo de tono político. El titular de un medio de gran llegada ejemplifica esta afirmación con claridad: “Contra el Gobierno. Movilizado en las rutas, el campo hará hoy un cese de comercialización”. No hay que perder de vista que la discusión de fondo es por el modelo, ya que muchas de las demandas han venido siendo resueltas, o están siendo abordadas, como la falta de gasoil, o la provisión de fertilizantes.
Ante ello, la búsqueda de una mayor fortaleza al interior del Frente de Todos es un aspecto a resaltar, también para enfrentar las fuertes presiones de los sectores que no paran de especular y sembrar incertidumbre para que cambie el sentido de las políticas.