Página/12 | Opinión
En un escenario donde sectores de la oposición intentan instalar un clima antipolítica, la Cámara de Diputados dio media sanción y giró al Senado el proyecto de ley de abordaje integral del VIH, Hepatitis Virales, otras Enfermedades de Transmisión Sexual y Tuberculosis y el proyecto de ley de prórroga del blanqueo de capitales para fomentar la construcción con incentivos impositivos.
También se convirtió en ley el Marco Regulatorio para la inversión pública y privada en la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial.
Se trata de iniciativas con fuerte impacto social y que debilitan las perspectivas de quienes insisten con deslegitimar la política, el Estado y sus medidas de intervención y regulación.
En simultáneo, la oposición propuso el tratamiento de la Boleta Única de Papel pero, al no contar con los dos tercios necesarios para aprobar un proyecto sobre tablas, el tema pasó a las comisiones donde deberá ser tratado en las próximas semanas.
Por otro lado, el Interbloque del Frente de Todos en el Senado presentó un “Plan de Pago de Deuda Previsional” para que personas en edad de jubilarse puedan acceder al beneficio, abonando sus períodos de aportes faltantes. Además, de aprobarse el proyecto, las personas en edad prejubilatoria (mujeres de 50 a 59 años y varones de 55 a 64 años de edad), podrán anticiparse y comenzar a pagar sus períodos faltantes antes de llegar a la edad de jubilarse. En la actualidad, solamente 1 de cada 10 mujeres y 3 de cada 10 varones estarían llegando a la edad de jubilarse con los 30 años de aportes. Se estima que la medida alcanzaría a unas 447 mil mujeres y a 295 mil varones en el primer año de vigencia.
Por supuesto: hay problemas que se mantienen y para los cuales no se encuentran por ahora soluciones de fondo.
La persistencia de la suba de precios no es posible explicarla a través de las variables con las que habitualmente la ortodoxia económica intenta explicarla. Según los datos del primer trimestre, el déficit fiscal está por debajo de lo que se había proyectado y lo mismo sucede con la emisión monetaria.
Medida en términos de producto, la base monetaria actual se asemeja a la que había a inicios de 2020. En la misma línea, los ajustes del tipo de cambio y de las tarifas continúan por detrás del aumento de los precios. Ocurre igual con las paritarias, que actúan recomponiendo lo que los salarios han perdido por el proceso inflacionario.
Entre las variables restantes sobresalen la generación de expectativas (en particular sobre la evolución del tipo de cambio), a las que contribuyen los grandes medios de comunicación y las consultoras, y la puja distributiva, en un escenario de aguda concentración económica. En ese marco, las recomposiciones salariales tienden a ser apropiadas por las grandes corporaciones que integran las cadenas de producción y distribución mediante los aumentos permanentes de los precios de los productos de consumo masivo.
A nivel mundial, los países que alcanzan un 10% de inflación anual toman medidas excepcionales. Por ejemplo, Estados Unidos subió recientemente la tasa de interés porque llegó a 8,5% anual de inflación. Nosotros alcanzamos el 6,7% el mes pasado y este mes seguramente estará bastante por encima del 5%. Aun cuando descienda, la inflación seguirá siendo un problema muy grave: si no se logra frenarla toda política redistributiva queda debilitada.
El jueves, en el contexto de su exposición en la Conferencia Magistral titulada “Estado, Poder y Sociedad: la insatisfacción democrática”, en donde recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad del Chaco Austral, la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, recordando el acto en el Estadio Único de La Plata de diciembre de 2020, afirmó: “antes que hablara yo hizo uso de la palabra el Presidente de la Cámara de Diputados, que anunció que en el 2021 íbamos a tener un gran crecimiento (…) Y me acuerdo que me tocó hablar a mí después y dije: pero ojo, si hay un gran crecimiento, que no tengo ninguna duda que lo va a haber, que no lo aprovechen cuatro vivos. Que tenemos que alinear precios, sobre todo los alimentos, en ese momento la inflación en el 2020 había cerrado, si mal no recuerdo, 35, 37 (…) Hay que alinear precios de los alimentos, servicios, tarifas, salarios, jubilaciones porque si no se lo van a quedar cuatro vivos”.
Sin dudas, es válida la pregunta acerca de si se está haciendo todo lo que se debería hacer con respecto a las políticas redistributivas. Sobre todo porque, si no se logra una reducción pronunciada de los efectos de la puja distributiva, todas las políticas de mejora de los ingresos seguirán siendo insuficientes. En la actualidad se están cerrando paritarias al 60% pero ello no significa que los salarios les ganen a los precios: lo que se intenta, en principio, es que los salarios no se deterioren frente al aumento de la inflación.
El gobierno busca lograr una desaceleración de la espiral inflacionaria que tendría rápidamente una serie de efectos virtuosos. Por ejemplo, si la recaudación impositiva sube, como lo está haciendo, y los salarios se recomponen por encima de la inflación, entonces los montos de las jubilaciones aumentarían. Estos incrementos ya se vienen produciendo pero siempre tomando un trimestre para atrás: como la inflación en esos tres meses sube, los aumentos de los ingresos van corriendo desde atrás a los precios que ya se han incrementado. En la medida que esa curva se invierta, los aumentos de las jubilaciones comenzarán a ganarle a la suba de los precios y, entonces, habrá un verdadero proceso de recomposición de los ingresos de ese sector.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) habían pronosticado que la recuperación de la pandemia en términos de PBI en América Latina iba a demorar hasta 2026. Argentina lo logró en un año: en el 2021 recuperó lo que había perdido en el 2020. También se redujo fuertemente el desempleo, aun cuando los puestos de trabajo generados no sean en su totalidad empleo registrado, con los derechos que esto último trae aparejado; se recuperaron muchísimas empresas; y la inversión registra un nivel elevado, entre otros datos positivos.
En este escenario, el control de la inflación es fundamental para sumarle al proceso de crecimiento una mejora sustancial en la distribución de los beneficios que ese crecimiento produce.
Siempre lo hemos dicho: nuestro proyecto de crecimiento es con la gente adentro.