Ámbito Financiero | Opinión
Distintos indicadores dan cuenta de que la economía argentina se ha recuperado de las dos pandemias: ha alcanzado o superado los niveles que tenía antes del Covid-19. Ello no significa que se esté libre de una nueva amenaza. En el mundo se ha disparado la alerta por la variante Ómicron. Pero estamos mejor preparados que en 2020; contamos con vacunas y con la experiencia de transitar una pandemia sanitaria.
Es evidente que el tipo de crisis que planteó la pandemia es de un orden muy diferente al de la crisis subyacente que venía arrastrando la economía argentina desde el gobierno de Mauricio Macri. La pandemia tuvo un impacto duro, que nos puso en una situación inédita y angustiante. En 2020 nuestro PBI cayó 9,9 puntos. Pero la economía respondió, y en 2021 estaremos cerca de 10 puntos arriba. Se pudo lograr porque en 2020 el gobierno nacional encaró el tema con gran cantidad de medidas de auxilio. Se desplegó un paquete económico de gran alcance y envergadura para sostener la demanda interna y el empleo, llegando a pagar parte de los sueldos de empresas del sector privado, entre otras tantas medidas de ayuda a la producción y también a las familias.Fue tan rápida la recuperación que todos se están viendo obligados a modificar al alza las proyecciones de nuestro crecimiento para 2021. La OCDE acaba de informar que sube (casi medio punto) su estimación a 8%, aproximándose cada vez más a la expectativa oficial. En nivel de actividad, el último dato conocido, septiembre de 2021, está un 2,5% arriba de diciembre de 2018. El indicador de producción de la industria en septiembre evidenció un crecimiento del 14% respecto a igual mes de 2019. La construcción está 2,9% por encima de 2019, con el nivel de permisos más alto en los últimos cinco años. Llevamos 9 meses de aumento consecutivo del empleo registrado que alcanza a 18 de los 25 sectores de la actividad económica. El superávit comercial se estima en cerca de U$S 15.000 millones este año.Muy distinto es el otro desafío, el de la crisis dejada por Macri. Crisis que estuvo necesariamente relegada por las urgencias del Covid. Ahora que la situación está más controlada, emergen esos problemas estructurales generados por el gobierno anterior. El más evidente es la enorme deuda con el FMI, impagable en los términos acordados: no la trajo el Covid, la trajo Macri; y según confesó el expresidente, dichos dólares se usaron para financiar la fuga de capitales. Cabe recordar que, sobre el final de su gobierno, Macri tuvo que recurrir a las intervenciones en el mercado de cambios, contra su voluntad e ideología, después de permitir esa importante fuga de capitales.Hay otras herencias también preocupantes, como el retroceso en materia educativa que se conoció en la prueba internacional de la UNESCO realizada en 2019 y cuyos resultados se conocieron esta semana. Argentina quedó por debajo del promedio regional, retrocediendo 15 años. Ello no se debió a que los chicos perdieron días de clases en medio de una pandemia mundial o que tuvieron problemas con las clases virtuales. La degradación de la educación ocurrió antes, cuando el gobierno de Macri desmanteló la inversión en educación recortando allí más de 1,3 puntos del PBI.En estos días, una medida de regulación por parte del BCRA sobre la posición de moneda extranjera de los bancos —de su propio capital, no sobre los dólares de los depositantes— ha servido para generar falsas noticias sobre el destino de los depósitos en dólares. Estos últimos tienen una liquidez del 80%, con lo cual no hay razones para dudar de que estén los dólares para atender eventuales retiros. Y si bien ha habido retiros luego de la difusión de esta falsa noticia, los mismos no han sido significativos con relación al stock existente de depósitos.
Quienes se quejan de los subsidios deberían haber aplaudido la suspensión del subsidio financiero a los viajes al exterior. Lejos de eso, la medida fue opinada como un castigo a la clase media, cuando en realidad la gran mayoría de la clase media que puede vacacionar ha sido beneficiada con el programa PreViaje, que busca consolidar la recuperación de uno de los sectores más rezagados por la pandemia, el turismo local.
Tras las elecciones de medio término, el gobierno retoma la agenda que tenía al asumir, atento a la situación sanitaria pero dispuesto a sanar la economía de las secuelas y atrofias que dejó el neoliberalismo.
Nota publicada en Ámbito Financiero el 06/12/2021