Tiempo Argentino | Opinión
En un reciente artículo de Fernando Iglesias, «Inconsistencias del ‘relato’, devenido mentira oficial», en La Nación (6/2/2020), queda claro que la posverdad también se puede ejercer desde el lugar de la oposición.
En ese artículo, el autor se embarca en una serie de cálculos, unas veces tomando un período determinado, otras veces otro distinto, lo cual resulta difícil de comprender, y termina armando ese relato de posverdad, tan afín al macrismo.
Se critican los datos del PBI en dólares informados por Máximo Kirchner en el recinto de Diputados (29/1/2020), aunque tales datos no hacen otra cosa que indicar la fuerte caída del PBI en dólares. Revelan la gran depreciación del peso provocada por la gestión de Cambiemos y las promesas de crecimiento incumplidas por Mauricio Macri. Iglesias reconoce que el PBI en estos últimos cuatro años tuvo «una baja cercana al 3%», como si eso fuera poco (en verdad, terminará estando algo por encima del 4%, lo que significa una caída del PBI per cápita de cerca del 9 por ciento).
Los datos de la economía real, la evolución de la industria (19 meses seguidos de crecimiento anual negativo, algo nunca visto), de las ventas de los supermercados, del segmento automotriz o de la construcción, por caso, arrojan una clara idea de la gravedad de la situación. Bien definida, está como «tierra arrasada», un sustrato en el que se asientan los datos de la pobreza cercanos al 40% que dejó el gobierno de Macri.
Respecto a la deuda pública, en el artículo se hace un intento desesperado por minimizar la situación de insostenibilidad de la deuda que dejaron, y tratando de acallar la confesión de irresponsabilidad de Macri cuando expresó que, hablando con sus colaboradores, «siempre les decía a todos, cuidado que los mercados no te dan más plata y nos vamos a la mierda» (Clarín, 25/1/2020).
Se afirma que «en el caso de Cambiemos, 70% de los créditos tomados con bonistas y 90% de los del FMI se usaron para cancelar deuda tomada por gobiernos anteriores». Si así hubiera sido, que el nuevo endeudamiento se utilizó para cancelar otra deuda, el stock total no hubiera crecido. Pero creció mucho, cerca de un 40%. Aunque lo más grave es que el grueso del crecimiento estuvo nominado en dólares. Esta deuda en moneda extranjera creció un 65%, cerca de U$S 100 mil millones más de deuda.
Iglesias toma los datos totales de deuda y los maneja arbitrariamente. Pero veamos cómo fue la composición: en 2015, la deuda estaba compuesta por un 67% en dólares y un 33% en pesos. En 2019 la deuda en dólares subió al 80% del total, y la de pesos bajó al 20 por ciento.
Un dato que no puede pasarse por alto: los intereses netos pagados por el sector público nacional representaron el 6,7% del gasto primario en 2016, el 9,4% en 2017, el 13,2% en 2018, y subieron al 18% en 2019. Mientras el gobierno macrista se ufanaba de ir reduciendo el gasto público primario, aumentaba otro gasto que también debe cubrirse con recursos: los intereses de la deuda pública.
Por fuera de esos números, no deja de ser grave que el diputado del PRO ni siquiera se detiene en lo que significó la deuda con el FMI. Por un lado, en las condicionalidades que generó durante el gobierno de Macri y la fuerte reducción del gasto público aplicada (consistentes con las políticas aplicadas en Argentina desde 2016 a 2019). Cabe citar que a partir de las negociaciones de Alberto Fernández junto a Martín Guzmán se está rediscutiendo con el FMI para que sea el país quien tome sus propias decisiones, así como una reprogramación de los vencimientos de la deuda con el organismo.
Pero, además, el diputado dice que la «escasa sostenibilidad de la deuda no depende de su volumen ni de la secuencia de sus vencimientos». ¿Cómo piensa Iglesias que el país (estuviera quien estuviera a cargo) podría cancelar vencimientos con el FMI por U$S 20 mil millones en 2022 y U$S 23 mil millones en 2023, tal como acordó el gobierno de Macri, pensando en que se iban a recibir todos los desembolsos pactados? Sin duda, un acuerdo para no poder ser cumplido.
El legislador dice sin pudor que Máximo expresó que Néstor Kirchner le pagó al FMI con un 70% de descuento. Una equivocada interpretación de los dichos del presidente de la bancada del Frente de Todos en el recinto. ¿Cómo puede pensar Iglesias que Máximo Kirchner puede desconocer un dato tan importante?
Si nos tomamos el trabajo de escuchar el discurso de Máximo, podemos comprobar qué dijo textualmente: «Tenemos que sacar a la Argentina de este lugar y darle esperanza a nuestra gente. (…) Y con mucha autoridad, porque fuimos los que desendeudamos la Argentina: 2005, 2010, 70% de quita. FMI, U$S 11 mil millones». Muy lejos de lo que sostiene Iglesias.
Otro craso error del diputado del PRO: en su artículo de La Nación comentó que «el problema de insostenibilidad de nuestra deuda es que se necesita pagarla en vez de refinanciarla porque nadie le cree a este gobierno». Un verdadero dislate y desconocimiento de la realidad, pues fue en marzo de 2018 cuando «los mercados» dejaron de confiar en Mauricio Macri y cerraron el financiamiento. El expresidente lo asignó a distintos fenómenos meteorológicos (tormentas, viento en contra), pero en verdad fue una derivación de la elevada deuda tomada por Argentina, el país emergente que más se endeudó entre el 1 de enero de 2016 y el 18 de septiembre de 2017, según Bloomberg, por encima de China, ubicada en segundo lugar (Infobae, 5/10/17).
También compara la fuga de capitales entre 2008 y 2011 (primer gobierno de Cristina Kirchner) con la de los últimos cuatro años, desconociendo diferencias esenciales: la profunda crisis financiera internacional que surgió a fines de 2007 y estalló a fines de 2008, con una desconfianza generalizada en los mercados financieros de la gran mayoría de los países. No obstante, el sistema financiero en Argentina no resultó impactado negativamente por tal crisis, dado que las operaciones en dólares eran escasas.
Al ir finalizando su nota en La Nación, Iglesias reflexiona: «Nadie pretende desconocer los fracasos del gobierno de Cambiemos, pero ninguno de ellos consistió en crear un nuevo problema. La inflación, la pobreza, los déficits fiscales, la escasa competitividad y la falta de confianza en la moneda son fallas económicas estructurales argentinas desde hace décadas».
El diputado del PRO hace caso omiso de la magnitud de los «fracasos»: la inflación pasó del 23% al 55%; la pobreza del 32% en 2016 a cerca del 40% a fin de 2019; el déficit fiscal total pasó del 3,8% del PBI en 2015 a un 5% en 2019. Fallas estructurales o condicionantes totalmente ausentes en las promesas electorales de Cambiemos en 2015. Recordemos lo prometido por Macri: «En mi presidencia la inflación no va a ser un tema, no va a ser un desafío»; «este punto de partida es sobre el cual acepto ser evaluado como presidente: por si pudimos reducir la pobreza en este gobierno»; «en mi gobierno los trabajadores no van a pagar impuesto a las Ganancias», «nadie va a perder lo que tiene», entre otras tantas promesas incumplidas.
Fernando Iglesias pretende ocultar la verdadera magnitud del deterioro que produjo el macrismo en estos últimos cuatro años, tanto en las variables económicas como, lo más grave, en la situación social. E intenta hacerlo tratando de asignar las responsabilidades al kirchnerismo, una estrategia que, quedó claro, no funcionó en las elecciones de 2019, porque cayó por su propio peso el velo de la posverdad.