En este momento de incertidumbre, derivado de la situación internacional pienso que estamos en el rumbo correcto, basado en un modelo de producción, cuidando el empleo a través de evitar la caída del consumo en el mercado interno, fortaleciendo la potencialidad de las pymes. Esto es lo que yo llamo políticas contracíclicas.
Sabemos que falta mucho, pero también sabemos que se hizo mucho por el crecimiento económico y del empleo, también se avanzó en derechos humanos, y en el inicio del proceso de integración regional sudamericana.
Necesitamos un modelo de desarrollo que sea equilibrado, sustentable y de justa distribución de la riqueza. El modelo social de los 90 fueron las grandes corporaciones y los grandes bancos internacionales. Considero que no se puede mantener un modelo de economía concentrado, de grandes corporaciones y hacerlo compatible con un modelo equitativo.
Necesitamos una economía basada en las Pymes, cuya producción tiene un amplio efecto multiplicador sobre la economía, en la intervención del Estado a través de regulaciones económicas que conducen a un mejoramiento del sistema de producción, que se debe extender a todos los sectores. Es decir, donde los sujetos sociales de esa economía sean otros y eso es lo que va a ir creando las condiciones para una sociedad diferente.