15 años del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini
Ante una sala colmada, el diputado nacional destacó la vigencia de las palabras que Floreal Gorini pronunció durante la inauguración del Centro Cultural y comparó los momentos difíciles que atravesaba el país en el 2002 con la situación actual.
“Un día Floreal Gorini nos vino a ver a Juan Carlos (Junio) y a mí, sacó un papelito del bolsillo y dijo: «tengo una idea», y hasta mencionó que había visto un terreno en la calle Corrientes frente al Centro Cultural San Martín”, recordó el diputado nacional Carlos Heller en el acto por los festejos de los 15 años del Centro Cultural de la Cooperación (CCC) Floreal Gorini que se realizó el miércoles 22 de noviembre. Durante su intervención, el legislador rememoró además la situación por la que atravesaba el país cuando se inauguró el CCC en el 2002. “Era un tiempo parecido a éste, también había crisis, las pymes tenían problemas, culturalmente avanzaban las ideas neoliberales y entonces ahí llegamos a la convicción de que lo nuestro no tenía sentido si no éramos capaces de asumir un reto como el que nos estaba planteando Floreal de, en el medio de los malos momentos, asumir un desafío creativo y audaz”. Volviendo hacia nuestros días, Heller destacó: “Floreal nos habló de que la batalla cultural es la madre de todas las batallas. Y lo sigue siendo porque nuestro rol hoy es que la ciudadanía entienda que cuando le dicen «sinceramiento» la están ajustando y cuando le dicen que van a «ahorrar» en el sistema previsional le están metiendo la mano en el bolsillo a los jubilados. Tenemos que ayudar a traducir el mensaje neoliberal para que la ciudadanía finalmente deje de actuar en contra de sus intereses, de eso se trata la batalla cultural”, concluyó.
Juan Carlos Junio, director del Centro Cultural de la Cooperación, fue el encargado de las palabras inaugurales de la convocatoria que además contó con la participación del periodista Eduardo Aliverti, Juano Villafañe (director artístico del CCC), el sociólogo Atilio Boron, Gisela Cardozo (presidenta de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos), el director teatral Hugo Urquijo, Alejandro Vaccaro (presidente de la Sociedad Argentina de Escritores) y las actrices Luisa Kuliok y Ana Yovino.
Ante una sala Solidaridad colmada, Junio se refirió a aquel 22 de noviembre de 2002. “En esos tiempos brumosos cargados de escepticismo y de desazón, desde el movimiento cooperativo decidimos crear un centro de cultura en el centro de nuestra Ciudad con el fin de aportar desde las letras, las artes y las ciencias sociales un nuevo paradigma superador de la decadencia de la época emergente”. Y prosiguió: “nos propusimos aportar a la construcción de una contracultura que confronte con el canon cultural del núcleo dominante, enajenante y anti-nacional que privilegia los valores del exitismo y el individualismo negando todo lo solidario, colectivo y humanístico”. Haciendo un paralelismo entre el 2002 y la actualidad, Junio agregó: “éramos y somos conscientes que los núcleos de poder necesitan en todos los tiempos el dominio de la cultura y sus valores para perpetuarse, con la aceptación de la sociedad inficionada por ideas y discursos que los llevan a actuar contra sí misma”. “Advertía Freud en El malestar de la cultura: «el primer requisito cultural es el de la justicia», de allí que hay que pensar la cultura desde la fuerza capaz de ponerle límite a los poderosos”. Para finalizar, Junio destacó: “seguimos con la convicción de que tenemos que mantenernos más firmes que nunca en la defensa y transmisión de nuestros valores: la fraternidad, la solidaridad, la auténtica democracia, la paz y la dignidad humana. Asumimos el compromiso de recoger el legado de Floreal de ser consecuentes y abnegados en la lucha cotidiana para aplicarlo con creatividad y determinación. Asumimos con nuestro optimismo natural el reto de los tiempos por venir”.
Villafañe, en tanto, se refirió a los desafíos que planteó la fundación del Centro Cultural de la Cooperación, un espacio para la formación de intelectuales con sentido crítico. Además valoró que sea gestionado por los propios artistas e intelectuales, y destacó su función política cultural “particularmente en este momento, en un mundo dominado por grandes simulacros, la posverdad. Este proyecto crece con la historia de los acontecimientos y Floreal Gorini sigue hoy en total vigencia”, concluyó.
“Estos 15 años remiten a una época en que el país estaba estallado como producto de las mismas políticas que está aplicando este gobierno”, afirmó Aliverti. “Como dijo Gorini, hay muchas batallas, pero la primera es la cultural y ahora nos vienen a contar que se termina el propio concepto de cultura y el fin de los medios tal cual los conocemos con un único destino multiplataforma, lo que cambia son los soportes, no el concepto de comunicación ni la batalla cultural”. Y citando a Susana Torrado afirmó: “dejemos el pesimismo para tiempos mejores porque si es por lo horrible de los tiempos hubieran quebrado a Gorini y la gente del movimiento cooperativo y hoy ni siquiera estaríamos acá”.
Boron rescató la importantísima misión del Centro Cultural en la Argentina de hoy “ser uno de los pocos espacios que tiene la capacidad de hacer una amplia convocatoria para construir una alternativa. Tenemos una gran misión por delante, no está todo perdido, hemos salido de peores y vamos a salir de esta también”.
“Hoy ocurre algo que no pasaba en el 2001”, afirmó Vaccaro, “hay un intento por acallar las voces sin precedentes en democracia, pero soy optimista, porque lugares como el CCC son verdaderos bastiones de resistencia”.
Cardoso, en tanto, puntualizó en el rol del CCC en estos tiempos “si hay algo que tenemos que hacer es luchar para que en nuestro sentido común esté la empatía con el sufrimiento de cada uno y de cada una, el respeto a los derechos humanos, la solidaridad y la Memoria, la Verdad y la Justicia”.
“Este neoliberalismo que estamos viviendo va por el alma de las personas. No solo intenta dominar la economía, sino una producción de subjetividad y allí está la batalla cultural, que los sujetos queden colonizados por la cultura del sálvese quien pueda, el individualismo. En estos años sentí que aquí, en este centro cultural se cultiva belleza, bondad, y justicia”, destacó Urquillo.
Kuliok, quien este año presentó por primera vez una obra en el CCC afirmó: “los espacios tienen el espíritu de las personas que los conducen, para mí el ensayo y la obra fue mi pequeño paraíso”. Por su parte, Yovino rescató la importancia del CCC en momentos en que el gobierno no genera propuestas culturales y teatros como el Alvear permanecen cerrados.
Durante el acto por los 15 años del CCC hubo música en vivo a cargo de Débora Infante y Virginia Innocenti. La celebración finalizó con un gran brindis del que participaron personalidades representativas de las ciencias sociales, las artes y las letras convocadas para este gran encuentro.