El diputado del Partido Solidario se refirió a los dichos del gobierno sobre bajar los costos laborales para facilitar la llegada de inversiones. Además destacó que, en todo el mundo, la flexibilización laboral solo beneficia a los grandes grupos concentrados de la economía.
“No es verdad que, como dice el gobierno, en el nombre de la competitividad y para que lleguen las inversiones haya que bajar el costo laboral, es decir, precarizar las condiciones de los trabajadores”, afirmó hoy el diputado Carlos Heller (Partido Solidario) en el marco de la Jornada “El Trabajo en Latinoamérica: diagnósticos y perspectivas”, organizado por el Observatorio Parlamentario y Electoral para la Integración Regional (OPEIR) del bloque del Frente para la Victoria-PJ.
Durante el encuentro, que reunió al legislador Carlos Tomada y diputados y sindicalistas, Heller mencionó un informe de la CEPAL que indica que las inversiones extranjeras disminuyeron un 7,9 % en 2016, cifra que representa una caída del 17% respecto del nivel del 2011, el punto más alto de inversión extranjera directa en la región. “Contrariamente a lo que dice el gobierno, en el momento de mayor protección de los trabajadores y desarrollo del mercado interno sobre la base del poder adquisitivo, es cuando viene mayor inversión extranjera directa. Cuando no pasa eso, es cuando hay mayor inversión especulativa y más negocios financieros”, puntualizó el diputado.
“Yo siempre digo que en economía nada se pierde, solo cambia de manos. Las políticas económicas siempre son instrumentos de cómo se acumula y cómo se distribuye. Y si uno mira, por ejemplo, el gráfico de cómo se ha distribuido el crecimiento de la productividad generado por la producción tecnológica desde 1983 hasta aquí, una línea recta muestra el beneficio de los trabajadores y otra ascendente de 45 grados para las corporaciones, es decir, todo el beneficio de la revolución tecnológica, de la productividad, ha ido a aumentar la ganancia de los grandes grupos concentrados de la economía. Contra eso peleamos y eso es lo que encierra la flexibilidad laboral en el mundo entero”, agregó Heller.
El diputado además hizo referencia a diferentes artículos del diario El País a modo de síntesis de lo que sucede en las regiones donde existen leyes laborales flexibles. En el caso de México, donde se está debatiendo el salario mínimo, destacó que “ (el país) forma parte del Tratado de Libre Comercio que tuvo la particularidad de que los bajos costos laborales e impositivos generaron que las empresas se instalen allí y produzcan para Estados Unidos y Canadá”. Y citó “«en las últimas semanas –según el diario El País- el debate sobre el salario mínimo ha tomado una nueva derivada: en la renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC), tanto Estados Unidos como —sobre todo— Canadá han puesto sobre la mesa la necesidad de aumentar salarios y, muy especialmente, de elevar el mínimo. Ambos países consideran que su vecino del sur lleva décadas compitiendo deslealmente con ellos conteniendo artificialmente los sueldos. Y, en buena medida, perjudicando a un segmento importante de su propia población»”. Heller también hizo mención a un artículo que indica que en España la economía crece por quinto año consecutivo, pero no así las condiciones de los trabajadores, ya que solo el 7,5% de los contratos laborales son por tiempo indefinido y una cuarta parte de los contratos son de menos de 7 días.