Perfil | Opinión
El presidente Javier Milei presentó el proyecto de Presupuesto 2025 en el Congreso de la Nación el domingo pasado. A partir de allí, y en base al texto distribuido por el gobierno, comenzaron a circular distintos análisis e interpretaciones.
Desde nuestra perspectiva, se trata de un Presupuesto de ajuste.
En primer lugar, porque el punto de partida es el profundo recorte que se está realizando este año y porque el proyecto mantiene para 2025 los gastos e ingresos en niveles similares, con relación al PIB, que en 2024.
En segundo lugar, porque estima una inflación muy baja para 2025 que seguramente no se podrá cumplir. La consecuencia de ello es que los ingresos y gastos presupuestados para el año que viene irán perdiendo valor en términos reales. Lo cual no sólo profundizará el ajuste, sino también dará discrecionalidad al Gobierno para que, al no poder cumplirse lo presupuestado por mayor inflación, asigne el gasto según sus prioridades.
En tercer lugar, porque en Argentina resulta improbable sostener una inflación tan baja con una economía creciendo –supuestamente- a un 5%. Con esos niveles de crecimiento, seguramente se dispararía la puja distributiva y ello generaría inflación: como siempre sucede, si mejorara el consumo privado, los grandes grupos económicos aumentarían sus precios para incrementar sus ganancias.
En cuarto lugar, porque se pide a las provincias un ajuste enorme, más allá del ya realizado obligatoriamente con los recortes efectuados durante este año por el Tesoro Nacional, a partir de la reducción significativa de las transferencias y de la disminución en términos reales de los recursos coparticipables. Muchos de los números que se barajan no tienen ningún sustento: por ejemplo, se solicita a las provincias un ajuste de U$S 60.000 millones, comunicado por el Presidente, y luego esa cifra es rebajada a U$S 20.000 millones por sus funcionarios y sin que medie ninguna explicación.
No son los únicos interrogantes que genera el proyecto. La inflación del 104,4% estimada para este año significa que de septiembre a diciembre debería haber una inflación promedio del 1,2% por mes. Ello se plantea en un escenario en el que el gobierno no logra bajar la inflación minorista por debajo del 4%.
La inflación del 18,3% para 2025 implica un promedio mensual del 1,4%. ¿Cómo lograr esos niveles de inflación si, por ejemplo, se va a continuar con la reducción de los subsidios a las empresas de servicios públicos, lo que necesariamente generará más aumentos de tarifas?
Otro tema: si se esperan precios a la baja en los principales granos y oleaginosas para 2025, ¿cuál será el incentivo para que el agro exporte? La quita de retenciones seguro que no (los ingresos por impuestos a la exportación se van a duplicar con respecto a los de 2024), y la devaluación tampoco (el tipo de cambio aumentará igual que la inflación, un 18,3% en el año).
La evolución del gasto es otro punto relevante. En 2023, a pesar de una caída del PIB del 1,6%, el gasto privado creció un 1,0%. En 2024 planean que, ante una caída del PIB del 3,8%, el consumo privado caiga casi el doble, 6,3%. Es lo que la sociedad está viviendo, aquí se nota también el fuerte impacto del ajuste en el consumo popular.
Por otro lado, para 2024 hay una proyección de caída fuerte de la inversión (-22%) y un importante aumento en 2025 (9,9% y similar en años venideros). Si recién en 2027 se va a llegar a los niveles de inversión de 2023, ¿cómo se van a sostener entonces todos esos años de crecimiento?
Los integrantes del Bloque de Diputados y Diputadas de Unión por la Patria presentamos una nota en la cual le pedimos al Presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda que se invite, para informar, a los funcionarios de las distintas áreas del Estado, tales como el ministro de Economía, el presidente del Banco Central, el secretario de Finanzas, el secretario de Hacienda, el resto de los ministros y secretarios de Estado, el director de la AFIP y los presidentes de las empresas públicas más significativas, entre otros.
Además de su sesgo ajustador, el proyecto de Presupuesto tiene numerosas inconsistencias. El objetivo de nuestro bloque es que el debate de un instrumento tan trascendente como es “la ley de leyes” tenga la mayor claridad y profundidad posible.