Ámbito Financiero | Opinión
Pocas horas después de haberse aprobado la “ley de Bases” y el “paquete fiscal” en la Cámara de Diputados, el ministro de Economía Luis Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, brindaron una conferencia de prensa. En ella anunciaron la “segunda etapa del plan de estabilización”, que consistiría en cerrar una de las tres “canillas de emisión monetaria”.
La primera, en realidad, ya se habría cerrado con el equilibrio fiscal alcanzado durante los últimos meses, que lleva a que el Banco Central no imprima pesos para financiar al sector público. Un objetivo logrado, como ya se mencionó en otras columnas, a partir de la fuerte reducción del poder de compra de los haberes jubilatorios, del despido de empleados públicos, de la paralización de la obra pública y del recorte de las transferencias a las provincias, entre otros rubros.
La segunda “canilla” a cerrar será la protagonista en esta segunda etapa. El Gobierno espera lograrlo a partir de la eliminación de los pases pasivos. Se trata de deuda que el BCRA tiene con el sistema financiero, que genera emisión a la hora de pagar los intereses de la misma. Estos instrumentos se reemplazarán por una letra emitida por el Tesoro Nacional, denominada “de regulación monetaria”. Esta letra será administrada por el BCRA, estableciendo su tasa de interés, que pasaría a ser la tasa de política monetaria, y que tenderá a ser positiva en términos reales, según informaron los funcionarios.
Estas modificaciones se aplicarán paulatinamente, según explicó Bausili, y se instrumentarán a través de distintas circulares que emitirá el BCRA y que irá coordinando con las entidades financieras. En este sentido, el Banco Central convocó este lunes a los principales directivos de los bancos, con el objetivo de seguir trabajando en forma conjunta para avanzar en la implementación de las distintas medidas del nuevo programa monetario. Un enfoque que indica que esta “segunda etapa” no sería disruptiva para el sistema financiero.
La tercera canilla es la compra neta de dólares por el Banco Central, que, al decir del ministro, es el “único efecto de emisión no dañino, porque de alguna manera está siendo compensado por mayor acumulación de reservas”.
Por fuera de las cuestiones más técnicas hay un aspecto a considerar: el cambio de los pases pasivos por letras del Tesoro implica un traspaso del costo de los intereses que hoy paga el BCRA, hacia el Gobierno nacional. En el marco del eje de política de la gestión de gobierno de Javier Milei (el equilibrio fiscal) esta erogación adicional llevará a la necesidad de un mayor ajuste del gasto público.
En efecto, Bausili expresó que si se quiere “tener un objetivo de un déficit fiscal cero, ahora pasa a ser una medida en la que es importante que (el Tesoro) sea muy responsable porque se tiene que hacer cargo en forma directa de este equilibrio monetario”.
Respecto al tema fiscal, cabe tener en cuenta que se proyecta reducir la recaudación a partir de una disminución de la alícuota del impuesto PAIS. Un impuesto que tuvo una importante participación en el aumento de los ingresos del período enero-mayo de 2024 (representó el 6,4% de la recaudación fiscal acumulada contra un 1,6% en el mismo periodo de 2023). Continuando con los ingresos, no hay que dejar de contemplar la caída que traerá la reducción de alícuotas en el Impuesto a los Bienes Personales aprobada en el “paquete fiscal”. El ingreso por la modificación del Impuesto a las Ganancias, que incorporará a una mayor cantidad de trabajadores dentro del mismo, no llegaría a compensar la baja de la recaudación de Bienes Personales, según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso.
En relación con la “tercera etapa”, que implicaría la eliminación de las restricciones cambiarias, comúnmente llamado “cepo”, los funcionarios dejaron en claro que no hay un plazo estipulado. Luis Caputo, en particular, aclaró: “nos hemos fijado parámetros, que esencialmente implican orden macroeconómico, para que cuando hagamos esto estemos nosotros lo más seguros posible que no va a generar ningún sobresalto en la gente”.
Respecto del dólar “blue”, que ha vuelto a estar en los medios de comunicación, el mismo “constituye un mercado donde se operan escasamente 5 o 10 millones de dólares por día, no es un mercado relevante”. Esta declaración la realizó el ministro Caputo y revalida una postura que he venido sosteniendo todos estos años.
La emisión “cero” que persigue el gobierno para reducir la inflación no es el camino. La suba de precios en nuestro país es multicausal, y se vincula, entre otras cuestiones, con aspectos estructurales relacionados con una fuerte concentración económica y el poder de grandes empresas que fijan los precios y que deben ser reguladas.
Además, si bien el IPC de los últimos meses registró una gran desaceleración tras el pico que se produjo por la devaluación de diciembre, puede considerarse que está más impactado por la recesión y la caída de la demanda, que con la emisión cero o el equilibrio fiscal.