Tiempo Argentino | Opinión
La aprobación de la reforma de la constitución de Jujuy (que contiene un fuerte recorte de derechos, entre ellos el de la protesta social) dio rienda suelta a la salvaje represión de una multitud integrada por una parte importante de la población, incluyendo, entre otras agrupaciones, a organizaciones sociales, pueblos originarios y docentes que se oponen al nuevo texto.
Al respecto, desde el Partido Solidario emitimos una declaración que proyecta lo que está pasando en Jujuy, y cuyo título es: «Represión y ajuste: ¿el futuro anticipado?». Allí condenamos enérgicamente la represión que ha ordenado el gobernador de la provincia, Gerardo Morales, contra el pueblo jujeño y demandamos la urgente liberación de los detenidos y detenidas.
La tergiversación de los hechos por parte de ciertos medios de comunicación masivos no alcanzó para ocultar la realidad. A los rechazos del ámbito local se sumaron los de organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que a través de su representante regional envió una carta al gobernador Morales. En ella se afirma: «hemos recibido informaciones sobre hechos que podrían constituir un uso indebido de la fuerza en contra de personas en el contexto de las manifestaciones». Se hace alusión también a detenciones y judicialización de manifestantes, de líderes de comunidades indígenas y se solicita una reunión para conversar sobre el impacto que la nueva constitución puede tener en el ejercicio de los Derechos Humanos. También expresaron su preocupación Amnistía Internacional y Human Rights Watch, que sostuvo que «la reforma constitucional incluye limitaciones excesivas a la protesta que contradicen estándares internacionales de DD HH».
No resulta casual que esta situación se desate en la previa de las PASO, justo cuando los/as precandidatos/as de Juntos por el Cambio (JxC) se pelean para ver quién promete más «mano dura». Es lo que parece requerir la interna de ese espacio, que casi sin fisuras justificó la represión. Queda claro: en los temas de fondo no tienen divergencias y la limitación del derecho a la protesta, combinada con la implementación de planes de ajuste, son dos componentes de la misma estrategia local y nacional que proyectan.
Jujuy anticipa el futuro de la Argentina en caso de que se produjera un retorno de JxC al gobierno de la Nación. Es un laboratorio de prueba de qué harían (todo el tiempo lo están diciendo) y cómo lo harían en todo el país.
Más allá de las distancias geográficas, lo que ocurre en esa provincia es la demostración más concreta de a qué me refiero cuando hablo de los dos modelos antagónicos que están en juego a nivel nacional.
Por eso resulta de gran importancia el anuncio de que Unión por la Patria tendrá lista de unidad. Estará encabezada por Sergio Massa, como candidato a presidente, y por Agustín Rossi, para la vicepresidencia.
Todo este tiempo he venido sosteniendo que lo deseable era que pudiéramos conformar una lista de unidad y avanzar en la definición del programa. Más allá de las normales tensiones que se observaron entre las distintas fuerzas, la resolución alcanzada constituye toda una muestra de fortaleza de nuestro espacio, lo cual permite avizorar –y eso es lo más importante– un futuro alentador para los argentinos y las argentinas.
Carta al FMI
En la semana, seis mandatarios latinoamericanos (Lula da Silva, de Brasil; Andrés Manuel López Obrador, de México; Luis Arce, del Estado Plurinacional de Bolivia; Gabriel Boric, de Chile; Gustavo Petro, de Colombia y Mario Abdo Benítez, de Paraguay) le enviaron al presidente Joseph Biden una carta en la que piden a EE UU que apoye la negociación argentina ante el FMI.
En la misiva sostienen que el gobierno argentino «ha estado trabajando de manera denodada para hacer frente a la excepcional deuda contraída con el FMI (…), el mayor crédito otorgado en la historia del organismo, que contó con el aval de sus principales accionistas (…). Desde la aprobación del nuevo programa con el FMI que oportunamente fuera aprobado por el Congreso Nacional, la Argentina cumplió las metas acordadas y consolidó un proceso de crecimiento, generación de empleo y ordenamiento fiscal».
Los mandatarios sostienen que la sequía «ha originado una pérdida de divisas superior al 20% de las exportaciones del país, con un efecto severo en las reservas internacionales que ha complicado el normal funcionamiento del mercado cambiario, reducido los recursos tributarios y repercutido en la inflación». En este contexto, indican que «circunstancias extraordinarias ameritan respuestas extraordinarias, tan extraordinarias como el sobreendeudamiento provocado por el préstamo del FMI que es una de las principales causas de la situación actual».
La nota constituye, a mi juicio, un dato muy relevante de la política. Da cuenta de la importancia de la integración regional, y de que no es lo mismo que esté en la presidencia Lula que Bolsonaro, Boric que Piñera. Es aún más valorable que el pedido se hizo de manera pública. Seguramente, en la negociación que Argentina está teniendo con el FMI sea una carta que permita alcanzar un arreglo más favorable.
Datos de la economía
Comenzó el proceso de llenado del primer tramo del Gasoducto Néstor Kirchner, que permitirá transportar gas desde la localidad neuquina de Tratayén hasta Salliqueló. Según afirmó la secretaria de Energía, Flavia Royon, esta obra significará «un ahorro de subsidios al obtenerse el gas mucho más barato». A ello se sumará el ahorro por la reducción de importaciones, que será de «aproximadamente U$S 2000 millones este año y U$S 4200 millones el próximo». La Agencia Internacional de Energía (de EE UU) estima que la Argentina podrá más que duplicar su producción de petróleo hacia 2028, teniendo en cuenta el desarrollo de la infraestructura de transporte en marcha y las condiciones de desarrollo de la formación no convencional de Vaca Muerta.
Es un buen ejemplo de las políticas públicas con mirada estratégica que se necesitan para aliviar el cuello de botella que conlleva la escasez de divisas, que está impactando con particular fuerza este año, en el marco de la inédita sequía. Esa mirada debe estar en consonancia con un manejo soberano de los recursos naturales, con el cuidado del ambiente, los derechos territoriales y las poblaciones que habitan las distintas geografías.
En un plano más coyuntural, según el Indec, durante el primer trimestre la economía creció un 1,3% interanual y los datos laborales acompañaron esta dinámica. La tasa de desocupación fue del 6,9% en idéntico período, un valor históricamente bajo, comparado con igual lapso de años anteriores. Este desempeño se combina con la máxima tasa de actividad (48%), lo que indica que la caída que se viene registrando en la desocupación no está asociada a un «efecto desaliento». Está en consonancia con los datos del consumo en supermercados y autoservicios mayoristas, que en abril creció un 4% real interanual, y en el caso de los centros de compras un 15,4%.
Estos números no son fruto de la casualidad sino de un conjunto de políticas activas, que están en las antípodas del modelo de ajuste y del Estado canchero que los sectores más concentrados del país están tratando de reinstalar.