Ámbito Financiero | Opinión
También en el marco del Día de la Industria, pero en Chaco, el presidente Alberto Fernández afirmó que “la Argentina con la que uno sueña es aquella que produce, con empresarios que arriesgan y que se asocian a los que trabajan (…). Allí empieza un proceso virtuoso que produce, da renta, genera más trabajo y más expansión”. Se precisa de un mercado interno vigoroso, y por eso es esencial recuperar el poder adquisitivo del salario. Hacia allí están encaminadas las actuales políticas.
La industria en los primeros seis meses de este año está operando un 4,6% por encima del mismo período de 2019 y el repunte del empleo también se está empezando a sentir. Se registran 12 meses consecutivos de suba de los puestos de trabajo en el sector y hay 23.000 empleos industriales más que en 2019. Ya se recuperó lo perdido durante la pandemia sanitaria y de a poco se empieza a hacer lo propio con lo que Juntos por el Cambio destruyó antes. Más personas ocupadas implican un aumento de los ingresos y del consumo, parte central de la tarea para que la rueda virtuosa empiece a girar con más fuerza. Hay que lograr que este repunte se extienda a todos los sectores de la economía, y para ello hay que darle continuidad al rumbo actual.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, bastión de JxC, durante la pandemia las políticas de promoción a la producción y el trabajo impulsadas por el Gobierno nacional a través del Ministerio de Desarrollo Productivo significaron 500 veces más recursos que el presupuesto total del Gobierno porteño destinado a políticas productivas. Según un informe de dicho ministerio, durante 2020, la CABA recibió el 27% del esfuerzo movilizado a través del programa ATP. Unos $249.390 millones destinados a sostener el empleo y fomentar la producción. Fue la jurisdicción que más recursos nacionales recibió para el pago de salarios y la reducción de contribuciones patronales, en el marco del ATP (37,5% y 41% del total, respectivamente).
La Ciudad es el distrito más rico del país, el que cuenta con el segundo mayor Presupuesto, pero privilegia los gastos en publicidad y propaganda, en desmedro de la provisión de recursos para garantizar y promover la producción, como así también para atender las necesidades básicas de la población. Prioridades que dejan al desnudo el verdadero modelo de país que representa la principal fuerza de la oposición y que hay que tener bien presentes de cara a las próximas elecciones.