ContraEditorial | Opinión
La crisis del Covid ha desencadenado una mayor toma de conciencia a nivel mundial sobre la intervención de los Estados para atender asuntos de magnitud, imposibles de abarcar desde la iniciativa privada. Hasta ahora los países han incrementado sus gastos de forma considerable. La lista de erogaciones incluye la provisión de las vacunas, ampliación de servicios de salud, y toda la batería de recursos destinados a paliar las consecuencias económicas de la pandemia, como subsidios directos e indirectos a familias y empresas.
Si el 2020 fue el año de la sorpresa y la reacción ante la crisis, el 2021 abrió la discusión sobre cómo pagarla. Los gobiernos empezaron a avanzar sobre la sostenibilidad de dicho esfuerzo.
La vacunación también ha puesto al desnudo las inequidades del orden internacional. Solo 10 países desarrollados concentran el 75 por ciento de las dosis disponibles. La Argentina, por la pronta reacción del Poder Ejecutivo, se encuentra en el exclusivo grupo de 20 países que más vacunas recibieron. La sobreabundancia de vacunas en países desarrollados contrasta con cerca de 130 países que aún no cuentan con ninguna.
El reciente brote en la India ha despertado la alarma en los países centrales. Más allá de la atendible cuestión humanitaria, el interés de las potencias se entiende también por cuestiones económicas: allí reside buena parte de la mano de obra de las multinacionales, además de que, por su tamaño y concentración poblacional, constituye un peligroso caldo de cultivo para cepas con mutaciones más resistentes y agresivas, lo cual podría terminar desatando nuevas rondas de contagio planetario.
Esto es una muestra más de que ciertos problemas solo pueden ser abordados de forma global. En ese sentido, se advierte una mayor predisposición de los países centrales y de organismos internacionales a avanzar en agendas comunes.
La salud del planeta —no ya de la Tierra sino de sus habitantes—, fue puesta a prueba con la pandemia. Muchos organismos llamaron al esfuerzo mancomunado, pero no dejó de ser una sorpresa que una institución como el FMI hiciera pedidos explícitos a los gobiernos para que no escatimara la asistencia a las familias y las empresas, dejando atrás su habitual prédica de austeridad fiscal. Su titular, Kristalina Georgieva, dijo: “Quitar ese salvavidas prematuramente es un peligro en términos de pobreza y desigualdad. Y retirar ahora el apoyo también obstaculizaría la recuperación”.
En el norte, el cambio de gobierno en los Estados Unidos significó algo más que un cambio de administración. El presidente Joe Biden volvió a sorprender con declaraciones que no suelen ser las habituales en los presidentes norteamericanos al decir: “Wall Street no construyó este país, la clase media construyó este país y los sindicatos ayudaron a construir la clase media”; palabras que fueron el eje de su primer discurso en el Capitolio. Pero detrás de ellas hay políticas concretas de un paquete de U$S 6 billones en obras públicas y medidas de asistencia a las familias y a las empresas ante la crisis.
Biden dio un paso más en el plano internacional, produciendo un cambio radical de agenda respecto a su antecesor. Anunció su intención de propiciar la liberación de las patentes de las vacunas que producen los laboratorios privados, medida que cosechó adhesiones en buena parte de los gobiernos del mundo, no así de los grandes laboratorios.
El mandatario rubricó además la política anunciada por la Secretaría del Tesoro Janet Yellen, que propuso un impuesto global a las empresas trasnacionales. “Un estudio reciente revela que 55 de las corporaciones más grandes de Estados Unidos no pagaron impuestos federales el año pasado”, señaló Biden. “Vamos a modificar los impuestos corporativos así pagan lo que les corresponde y ayudan a financiar las inversiones públicas de las cuales ellos también se beneficiarán”, agregó.
Ante los acontecimientos, tenemos que señalar que nuestras ideas de siempre son las que estamos viendo surgir y fortalecerse en el mundo. Ante la primera ola de Covid, desde el Frente de Todos impulsamos el Aporte Solidario y Extraordinario a las grandes fortunas de nuestro país. El mismo fue resistido por el capital concentrado, como si se tratase de una medida perjudicial para el devenir de la economía argentina. Biden piensa gravar al 0,03% de su población más rica, similar al 0,02% de nuestra iniciativa. Ciertamente, son proporciones muy pequeñas de población alcanzadas, pero que concentran gran parte de la riqueza en los distintos países.
También se dijo en Argentina que nadie pagaría el Aporte Solidario. Lo informado por la AFIP fue contundente: alrededor del 80% con patrimonios superiores a $ 200 millones ya pagaron el aporte, generando ingresos por $ 227.000 millones. La titular de la AFIP remarcó al informar estas cifras que es necesario “dar una batalla cultural sobre la importancia de pagar impuestos y sobre todo los contribuyentes con mayor capacidad contributiva”.
Más allá del ruido de unos pocos, el sistema tributario argentino se desempeña con fortaleza: la recaudación de abril arrojó la octava suba interanual positiva, prueba además de la recuperación económica. No obstante, la base de comparación resulta ser excepcionalmente baja, en abril de 2020 se encontraba en plena vigencia el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO). Es por ello que resulta aún más interesante señalar, tal como lo comenta el Ministerio de Economía, que al compararla con abril 2019, la recaudación del mes pasado fue un 7% superior en términos reales. Además, si se homogeneiza la base imponible, es decir, se excluye del cálculo a aquellos tributos creados o modificados con posterioridad a abril 2019 (impuesto PAIS, Bienes Personales y Derechos de Exportación) la recaudación real se sitúa en niveles similares a abril del año 2019, nivel pre pandemia sanitaria. Continúa el Mecon: “de esta forma, es posible observar que en el crecimiento de los recursos tributarios ha incidido principalmente la recuperación de la actividad, pero también la política tributaria adoptada a lo largo de los últimos años”.
Gira presidencial
En el marco de las negociaciones que se están llevando a cabo entre las autoridades argentinas y el FMI por un lado, y con los miembros del Club de París por otro, el presidente Alberto Fernández obtuvo un importante apoyo por parte de los jefes de Estado de los países visitados.
En Portugal, su primera escala, el Primer Ministro Antonio Costa mostró gran empatía y apoyo hacia la Argentina: “nosotros también enfrentamos un problema muy difícil con el FMI (…) Cuando llegué al poder me encontré con el mismo problema, estábamos pagando una sobretasa de interés”, expresó y agregó que en un contexto de pandemia el Fondo Monetario Internacional “debe quitar la sobretasa para ayudar a los países”.
En el encuentro que Alberto Fernández tuvo con su par, el Presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, los temas tratados trascendieron la cuestión de la deuda. Además del apoyo formulado para eliminar el pago de sobretasas, el mandatario español se comprometió a visitar nuestro país a principios de junio con una delegación de empresarios en aras de mejorar el intercambio comercial bilateral.
En la visita a Francia, el presidente Emmanuel Macron le expresó a su par argentino: “Deseamos que Argentina llegue a un acuerdo con el FMI con un programa para restablecer su estabilidad macroeconómica. Sé cuáles son los esfuerzos que desempeña, señor Presidente. Francia está a su lado”. Por su parte, Alberto Fernández le respondió: “Quiero agradecerle a Macron porque en todo este tiempo, tanto en la negociación con los acreedores privados como con el Club de París y el FMI, siempre Francia nos acompañó”.
Macron defendió la posición que postula la Argentina para declarar a la vacuna contra el Covid-19 como un bien universal: “queremos que haya un tratamiento solidario de la pandemia”, dijo el presidente francés.
También hubo una reunión con el papa Francisco, sobre la cual el presidente argentino comentó: “Fue un muy lindo encuentro. Hablamos de los problemas que aquejan al mundo y también a la Argentina. Le comenté cómo estamos avanzando en las negociaciones con los organismos de crédito y él, como siempre hace, me expresó su idea de apoyarnos en todo lo que puede”.
Los apoyos se sumaron en Italia, en sus entrevistas con su par italiano, Sergio Mattarella, y con el Presidente del Consejo de Ministros, Mario Draghi, y estuvieron presentes los mismos temas que en las bilaterales con los mandatarios de Portugal, España y Francia.
El presidente Alberto Fernández tuvo además una reunión con Kristalina Georgieva. La titular del FMI expresó: “También nos comprometimos a continuar trabajando juntos en un programa respaldado por el FMI que puede ayudar a Argentina y a su gente a superar estos desafíos, fortaleciendo la estabilidad económica, protegiendo a los más vulnerables y sentando las bases para un crecimiento más sostenible e inclusivo. También tomé nota de la solicitud del presidente Fernández de reformar la política de sobrecargos del FMI y consultaré con nuestros miembros sobre este tema”. Avance en el acuerdo por la deuda con el organismo y decisión de consultar por los sobrecargos, un resultado más que positivo para la reunión.
Adicionalmente, el Presidente de la Cámara de Diputados de Argentina recibió el respaldo de su par de China para las negociaciones con el FMI. No es un apoyo menor: China es el tercer país por cantidad de votos en el FMI, con un 6,08% del total.
Esta gira muestra un Presidente activo, muy conectado con importantes líderes del mundo, con el objetivo político de reunir apoyos en la tarea de renegociación de una pesada deuda heredada (la del FMI) y la histórica deuda mantenida con el Club de París, conjunto de naciones acreedoras de nuestro país. Cabe señalar que Argentina viene acumulando respaldos a sus políticas internacionales, como la cuestión de una distribución de Derechos Especiales de Giro (DEGs) orientada a los países pobres y de ingreso medio, y una resolución más solidaria de los problemas ocasionados por la pandemia, en especial en la distribución de las vacunas. La gira también, directa o indirectamente, ha dado un espaldarazo a estas propuestas. Todo indica un importante nivel de logros obtenidos.