Página/12 | Opinión
La conferencia de prensa del FMI posterior a la presentación de la actualización de las perspectivas económicas regionales dejó aspectos importantes para rescatar de cara a las negociaciones que está llevando adelante nuestro país.
Ante la consulta de una periodista argentina acerca de si se podían flexibilizar las normas para alcanzar un acuerdo de facilidades extendidas a mayores plazos que los entre 7 y 10 años habituales, el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, señaló: “es un tema que le corresponde a nuestro Consejo Directivo, no a nosotros en el staff”. Significa que, al igual que ocurriera al momento del otorgamiento del préstamo, la definición queda del lado de la política, aunque hoy hay distintos actores en los dos lados de la mesa de negociaciones y el contexto global es otro.
Argentina apunta a renegociar una deuda por más de 45.000 millones de dólares que debería comenzar a amortizarse en septiembre de 2021 (40.900 millones de capital y 3065 millones de intereses vencen hasta 2023). Por eso se busca que el Fondo Monetario Internacional “flexibilice los plazos” de un eventual acuerdo de facilidades extendidas. Además se intentaría empezar a hacer pagos recién a partir de 2025. La idea es que se pueda ir cancelando la deuda gradualmente sin ahogar la economía y atendiendo, a su vez, al resto de los compromisos externos en moneda extranjera.
Respecto de otro de los grandes desafíos que tiene toda negociación con el FMI -las condicionalidades- en la conferencia de prensa un periodista de Colombia consultó si el FMI considera que la región debe implementar reformas estructurales para garantizar la recuperación económica. Werner respondió que es preciso “que se lleguen a acuerdos importantes para fortalecer la actividad del Estado en aquellas zonas que esta pandemia nos dejó muy claro que necesitan una acción pública mucho más poderosa, como es la salud pública (…) y como puede ser también la educación”. Son respuestas que antes no se escuchaban desde el organismo acerca del necesario rol del Estado.
Ante una pregunta sobre la inflación en Argentina, el funcionario del FMI afirmó: “estamos tratando de entender las causas de este incremento inflacionario que en el corto plazo puede tener diferentes fuentes (…). Hoy por hoy vemos muchos factores que han influido sobre este fenómeno”. También comentó que se necesita un “programa integral de políticas públicas” que logre balancear “las variables fiscales, financieras, y de precios y, por otro lado, seguir apoyando la incipiente recuperación que estamos viendo en la economía argentina después de los efectos tan devastadores de la pandemia”. Declaraciones que parecen estar lejos de la visión monetarista tradicional.
El presidente Alberto Fernández comentó en agosto pasado, a poco de iniciar las negociaciones: “No podemos aceptar condicionalidades que nos exigen ajustes. Le vamos a pedir que confíe en nosotros porque no podemos ajustar y porque sabemos que vamos a cumplir nuestras obligaciones”. En ese contexto, Alberto Fernández recientemente se reunió con el presidente de Francia y comentó: “He tenido muy buenas conversaciones. Con Macron hablamos largamente sobre la posibilidad de que el FMI flexibilice los plazos de un posible acuerdo de facilidades extendidas, de forma tal de postergar el pago de vencimientos”.
Las negociaciones con el FMI serán muy complejas. Hay involucrados montos muy elevados (es el crédito más grande que haya concedido hasta ahora el FMI) y más allá de las declaraciones, hay toda una serie de premisas que los funcionarios del organismo deben cumplir. Como así también existe la firme convicción del gobierno argentino de no aceptar ajustes que dañen los planes de crecimiento inclusivo que está llevando a cabo.
Tal como ocurrió el año pasado con los bonistas del exterior, hay espacio para avanzar con firmeza hacia un acuerdo sostenible desde lo financiero, lejos del ajuste y de las condicionalidades de otros tiempos. Y queda claro que las definiciones principales sobre el acuerdo se tomarán desde lo político, tanto en Washington como en nuestro país.