Télam | Opinión
En la semana se produjo una coincidencia de tres sucesos fuertemente conectados que potencian su efecto positivo sobre la economía y las finanzas del país.
Uno de ellos es el acuerdo con los tres principales grupos de bonistas para llevar adelante el canje de la deuda bajo legislación extranjera, a partir de un pequeño cambio en las condiciones propuestas por Argentina. La modificación no implica incrementar las tasas de interés o los montos a pagar: sólo un adelantamiento de los pagos en algunos meses para algunos bonos.
El otro acontecimiento ha sido la sanción, por parte del Congreso, de la Ley de canje para los bonos en dólares bajo legislación nacional, con una amplísima mayoría de aprobación, tanto en el Senado como en Diputados. En cuanto al tercero, y no están listados en orden de importancia, Diputados aprobó la ampliación del Presupuesto de este año, solicitada por el Poder Ejecutivo.
Si sumamos ambos canjes de deuda, el Gobierno obtiene un alivio financiero de U$S 42.500 millones entre 2020 y 2024. Los pagos de la deuda serán mínimos en este período. A este resultado se arriba por medio del diferimiento de los pagos, que recién comenzarán a ser de alguna mayor envergadura a partir de 2025. El alivio también se produce por la disminución de los intereses de los bonos, desde tasas que oscilan entre el 7% al 8% anual de la deuda heredada, a tasas en valores cercanos al 3% anual con los nuevos canjes.
Y lo principal de este «combo» es que el gobierno decidió realizar el canje bajo legislación nacional en condiciones equitativas respecto al canje de títulos con legislación extranjera. Algo no usual en la historia financiera de nuestro país. Además, esta decisión de carácter ético y político tiene un efecto muy importante para potenciar el mercado de deuda en pesos en lo concerniente al endeudamiento estatal, pero que repercute positivamente sobre el endeudamiento privado.
También favorece el proceso de desdolarización del financiamiento: una tarea que el gobierno viene realizando desde que asumió. En lo que va de 2020, se han canjeado bonos en dólares por bonos en pesos, por el equivalente a U$S 7.839 millones. En el proyecto de extensión del Presupuesto, el Gobierno ha solicitado al Congreso, entre otras, herramientas para seguir dotando de mayor liquidez y alcance al mercado de deuda en pesos. De esa forma, esta tríada de sucesos, más las decisiones monetarias y crediticias que se están tomando, ayudan a fortalecer al peso argentino.
Estas medidas deben entenderse en el plano más amplio de las políticas que está implementando el Gobierno para enfrentar la pandemia, con importantes transferencias a personas y empresas, así como el impulso que se está diseñando para el rubro de la construcción y para la inversión en general. Y aquí despliega su importancia la ampliación del Presupuesto, que prioriza el gasto de los próximos meses de este año en las prestaciones sociales que acabo de mencionar, en la salud, la educación y la inversión pública, con transferencias a las provincias para enfrentar mejor estos momentos.
En este gobierno que tiene que enfrentar dos pandemias, la crisis heredada y la irrupción del Covid -19, el objetivo está puesto en resolver los problemas actuales, pero también se actúa para tener las mejores herramientas posibles que permitan transitar los próximos años en un sendero de crecimiento con equidad.