Por Carlos Heller
Soy un hijo de la escuela pública, laica y gratuita.
Mis padres se conocieron en la Biblioteca Popular del pueblo donde nací, en Villa Domínguez, Entre Ríos. En esa misma localidad vestí orgullosamente el guardapolvo blanco en la escuela primaria y más tarde, cuando con toda mi familia nos mudamos a Buenos Aires, transité las aulas de la Escuela 9 José Manuel Estrada de Florida y en la secundaria las de la entonces Escuela Industrial de San Martín.
Mis tres hijos pasaron por las aulas de la escuela pública, y valoro esos años como una etapa fundamental para su formación ciudadana.
Siento una enorme gratitud por todo lo que nos brindó la escuela pública, y festejo ahora que mis nietos estudien en la Universidad pública.
La batalla cultural nos convoca a la lucha todos los días. Hoy nos toca defender la escuela pública, frente a una nueva embestida del Presidente Macri, que de modo cotidiano intenta avanzar en el vaciamiento del Estado y plantea caminos “privatizadores”. Y mañana, por supuesto, estaremos junto a nuestrxs maestrxs acompañándolos en la Marcha Federal.