Proyecto popular o sobredosis neoliberal

Tiempo Argentino | Opinión

26-3

En el próximo balotaje se define mucho más que un gobierno nacional para los próximos cuatro años. Ese día la ciudadanía resolverá a través de su voto si continuaremos avanzando por el camino del desarrollo económico con inclusión social, la consagración de nuevos derechos, la inserción en el mundo con un proyecto soberano, por y para el conjunto de los habitantes de nuestro país; o si volveremos al Estado que gerencia los intereses del privilegio, apuesta al endeudamiento y a la subordinación a los grandes grupos económicos locales e internacionales, defiende las políticas de ajuste y promueve el achicamiento del aparato productivo.
De cara a esta segunda vuelta electoral es indispensable hacer memoria y recordar la crisis que estalló a fines de 2001, luego de más de una década de sobredosis neoliberal.
Mauricio Macri y su equipo no dicen que van a multiplicar la pobreza, pero basta con escuchar a sus asesores económicos para saber cuál es su verdadero pensamiento: «No está bueno que (la ley de Pago Soberano de la Deuda Pública) siga», (Federico Sturzenegger, 09/2014); «los fondos buitre son tipos de buena voluntad», (Carlos Melconian, 08/2013) o «hay 3 millones y medio de jubilados que no han pagado nada», ( Melconian 07/2015); «nosotros nos opusimos a la confiscación de YPF», (Rogelio Frigerio 07/2015). O declaraciones del propio Macri: «jamás» hubiera «confiscado YPF», (10/2014) y «hay que cumplir el fallo judicial» de Griesa (07/2014).
El viernes pasado, Thomas Griesa sumó a los bonistas «me too» a la demanda original por U$S 6150 millones, lo que indica que de haberse pagado apenas salido el fallo, como propuso el líder del PRO, sólo se hubiera conseguido fortalecer los argumentos buitre agravando la situación. Una gran falencia para quien pretende gobernar un país.
Pero además de las palabras están los hechos, todas las leyes que los diputados del PRO votaron en forma negativa. Una pequeña muestra: la recuperación de YPF y Aerolíneas Argentinas, la movilidad jubilatoria, la declaración de gravedad institucional del fallo de Griesa, el proyecto de ARSAT, la anulación de las AFJP y el regreso al sistema solidario de previsión social; no apoyaron la ley de reproducción médica asistida ni el voto a los 16 años.
Como espejo del plan que tienen en mente si llegaran a gobernar la Nación, puede citarse a Alfonso Prat-Gay, uno de los principales referentes económicos de Cambiemos, quien anticipó la decisión de su espacio de ir a la justicia por la venta de contratos de dólar a futuro que viene realizando el Banco Central. Respecto a esta eventual presentación, Alejandro Vanoli, presidente de la autoridad monetaria, comentó que «es lamentable que algunos se empeñen en amenazar con denuncias judiciales inconsistentes sólo para buscar rédito electoral».
No obstante, llaman la atención los dichos de Prat-Gay, quien expresó que el Banco Central «está vendiendo dólares que no tiene», (La Nación, 27.10.15). El ex presidente del BCRA debería saber que los contratos de dólar no implican una entrega física del billete, sino que se realiza una compensación en pesos entre la cotización que efectivamente exista en el futuro y la acordada en el contrato. Por lo tanto, no se afectan las reservas internacionales.
El referente económico de Cambiemos también expresó: «esto tiene una implicancia patrimonial muy grave para el Banco Central porque está vendiendo a 10 lo que podría vender a 15». Lo que llama la atención es que diga que hoy lo podría vender a $ 15. ¿De dónde sale ese valor que refiere Prat-Gay? Es muy cercano al valor de los contratos a futuro en la plaza de New York, operatoria que posee un elevado componente especulativo. Para que el BCRA pueda vender a ese precio, tiene que haber agentes que piensen que en marzo el dólar billete estará por encima de dicho precio. Por la vehemencia con la que critica al BCRA, parece que Prat-Gay está íntimamente convencido de que así será.
Las declaraciones de Daniel Scioli durante la campaña, y las realizadas en esta primera etapa del balotaje, refuerzan su compromiso con la continuidad del proceso político y económico actual, y dan clara idea de la disputa de dos proyectos. Según el candidato del FPV, «mientras Mauricio Macri tiene una visión privatizadora y cree en el mercado», él «apuesta a la intervención del Estado»; Scioli sostuvo que «la elección ahora es mano a mano, el país del poder concentrado contra los intereses del pueblo».
El actual gobernador indicó también que el candidato de Cambiemos representa «el poder concentrado, la apertura indiscriminada del mercado, la exclusión, el sector de la sociedad que más tiene, el ajuste, la devaluación y el pago inmediato a los fondos buitre», mientras que el proyecto que él impulsa se identifica con «el desarrollo nacional, la inclusión, y la articulación con la Patria Grande latinoamericana y los cambios moderados».
Sólo uno de los dos proyectos propone creíblemente ir por más democracia y equidad distributiva, por más ampliación de derechos, por más soberanía económica e integración regional, por más salud, educación y trabajo para todos, por el fomento a las PyMes del campo y la ciudad, para profundizar la industrialización, sustituir importaciones y fortalecer el mercado interno, lo que significa trabajar por una Argentina que crezca y se desarrolle de manera integral y solidaria en beneficio de su pueblo y no de los sectores del privilegio, de la exclusión y de la sumisión a los grandes grupos de poder concentrados tanto locales como trasnacionales.
En resumen, lo que está en juego en el balotaje son dos proyectos políticos, económicos, sociales y culturales antagónicos. Una instancia electoral en la cual el abstencionismo o la «neutralidad» son funcionales al proyecto de la derecha más tradicional.

Mil flores
A cinco años de su desaparición física, resulta indispensable recuperar la figura de Néstor Kirchner, quien ha ofrendado su vida para que Argentina supere las calamidades del neoliberalismo y se reencamine a la Segunda y definitiva Independencia, consumando los ideales libertarios, de justicia e igualdad que iluminaron la senda de las luchas populares desde que este continente fuera sometido como colonia europea.
La desaparición de un luchador deja siempre estelas que transmiten su trascendencia. En este caso la figura de Kirchner quedará asociada a la ruptura de varios mitos que el neoliberalismo sembró y logró inculcar, casi como fenómenos naturalizados, en la conciencia social de una gran porción del pueblo. Uno de ellos, la imposibilidad de la ruptura de las relaciones de vasallaje de la política exterior argentina respecto a los Estados Unidos, conocidas como «relaciones carnales». El giro hacia una política exterior independiente y sólidamente orientada hacia la integración latinoamericana en clave emancipatoria tuvo en Néstor Kirchner un fuerte adalid y un consecuente impulsor. Con su estilo apasionado, de interpelación permanente de los poderes concentrados, cimentó una renovación de la política. En este aspecto, deseo resaltar la frase que Néstor repetía asiduamente «que florezcan mil flores», como una invitación a la diversidad en la construcción de la fuerza política. Significa, según mi interpretación, bregar por la construcción de un colectivo que comparta las líneas políticas esenciales, incluyendo a aquellos integrantes que tienen matices en los enfoques e historias distintas, generando así mayores fortalezas para desarrollar un proceso que está -y seguirá estando- en disputa con los sectores del poder económico concentrado. Vaya entonces mi homenaje a Néstor Kichner, a quien recuerdo con gran cariño y admiración. «

Artículo publicado en el diario Tiempo Argentino el domingo 1 de Noviembre de 2015.

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