El ministro de Economía sostuvo que “la tarea es construir un nuevo pensamiento económico latinoamericano al servicio de los pueblos”
“La economía es una de las áreas donde el neoliberalismo caló más profundamente. Caló en todas las ciencias, incluso en las naturales, pero si hay que hablar de donde más fuerte impacto tuvo la doctrina neoliberal probablemente ha sido en la economía”, sostuvo anoche el ministro Axel Kicillof, al participar junto al diputado nacional Carlos Heller del panel de cierre del Segundo Congreso de Economía Política organizado por el Centro Cultural de la Cooperación (CCC) Floreal Gorini y la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).
“Estos últimos doce años han sido realmente muy pero muy ricos en actividad heterodoxa en muchos planos, pero hubo una época en la Argentina donde prácticamente no había dónde reunirse ni dónde difundir ideas que no fueran las de la corriente principal y tanto la Universidad de Quilmes como el Centro Cultural de la Cooperación fueron espacios a los que hay que reconocerles esa tarea, una tarea complicada en épocas de resistencia, de retroceso, de auge neoliberal”, comentó Kicillof ante más de 400 personas que se reunieron para escuchar a los panelistas.
Durante su intervención, el ministro de Economía destacó “todos los éxitos que hemos alcanzado, todos los objetivos que se han cumplido, todo lo que se ha logrado” a partir de 2003. “¿Cómo no vamos a hablar de avances si la industria argentina se ha duplicado en términos reales en estos doce años? Si el PBI creció un poquito menos que la industria pero aproximadamente se duplicó. Si pasamos de una deuda externa que representaba el 166% de nuestro PBI a una que representa el 40%, y si computamos la «deuda difícil», la que es con privados y la que es en dólares y en moneda extranjera, ésa es el 8% del PBI. Argentina se ha desendeudado y tenemos una tasa de desempleo del 6,6%, tendríamos que ir más de 20 años atrás para encontrar una tasa de desempleo para esa misma época del año de esos valores”, enumeró Kicillof.
“En Argentina todo eso se alcanzó aplicando medidas de política económica que han sido tremendamente criticadas por la ortodoxia. Pero, ¿por qué han sido criticadas por la ortodoxia, por el Fondo Monetario Internacional, por qué cada informe nuevo del Fondo dice que nos va a ir muy mal y se pasan todo el año corrigiendo esa cifra? Porque la política económica que llevaron adelante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner está en las antípodas de las políticas neoliberales que implementaron en la Argentina durante casi tres décadas con gobiernos militares y también con gobiernos civiles y democráticos”, añadió.
“En Argentina y en la región, en el ámbito del Mercosur, la CELAC, la UNASUR, en el ámbito latinoamericano, se ha aplicado en muchos de nuestros países hermanos una política económica que ha rendido frutos, porque hemos tenido en casi todos los países que aplicaron esas políticas una etapa de crecimiento sostenido, inclusión social y redistribución del ingreso y de la riqueza sin precedentes, una etapa de reindustrialización de las economías inesperada, de desarrollo de los países, de su ciencia, su tecnología, su educación, su salud, su vivienda y su infraestructura básica como no se había dado en décadas de aplicar las otras recetas”, prosiguió el titular de la cartera de Economía.
“Hemos llevado adelante políticas económicas que son heterodoxas, que no son parte del recetario tan simple, tan sencillo y tan dañino como el del liberalismo. Lo hemos hecho y ha rendido frutos. Ahora le falta dar su avance a la teoría económica, a la ciencia económica. Hay una tarea gigantesca que no es ni para una persona y ni siquiera para un país, es necesariamente -como son todos los procesos de creación científica, de discusión, de avance-, un proceso colectivo. Muchos han apreciado que lo que ha ocurrido en América Latina ha sido novedoso, original, distinto, inesperado. No ha sido una primavera, ha sido un largo proceso donde se han tomado medidas, pero se ha hecho esto sin el mapa y sin la brújula, por lo menos en lo que hace a la teoría económica, incluso se ha hecho a contracorriente”, explicó.
Finalmente, Kicillof subrayó que principalmente para los economistas existe una tarea pendiente “que ya se ha iniciado y que está en curso, que es la tarea de construir un nuevo pensamiento económico latinoamericano al servicio de los pueblos”.
Por su parte, y en esa misma clave latinoamericana, el diputado nacional Carlos Heller (Partido Solidario) señaló que “lo que pasó en Argentina es producto de la voluntad política de Néstor (Kirchner), primero, y de Cristina (Fernández) después, pero también es producto de lo que pasó y pasa en la región: la decisión política de impulsar el proyecto pendiente de Patria Grande a través de la ampliación del Mercosur y de la conformación de UNASUR, CELAC y ALBA; una propuesta de inserción en el mundo y una posición de autonomía y soberanía regional, aliándose a los nuevos bloques como BRICS y ASEAN+China; la voluntad de reformular el Estado y las relaciones con la sociedad civil hacia un orden más justo y democrático, y la configuración de democracias protagónicas y participativas a través de la reparación de buena parte del daño realizado por las políticas previas”.
Ya en el orden local y en referencia a algunos sectores que reclaman la implementación de políticas económicas ortodoxas, Heller citó un informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, según el cual en el 2013 los stocks argentinos de soja eran de 21 millones de toneladas; en el 2014, de 26 millones y serán 32 millones al final de esta campaña. “Esto equivale a unos 11 a 12 mil millones de dólares que no han liquidado aquellos mismos que piden devaluación y que además dicen que el problema del país es que ha quedado con pocas reservas. Para tener una dimensión, 32 millones de toneladas es el 53% de una cosecha entera y para tener otro dato de referencia, Estados Unidos, que tuvo una cosecha sojera excepcional, va a terminar con 7 millones de toneladas de stock, el 7% de lo que produjo. Claramente tenemos un fenómeno que debe ser resuelto”, manifestó el legislador.
“Todos los que están pidiendo devaluación, diciendo que de esa manera Argentina va a mejorar su competitividad exportadora, mienten absolutamente, la soja se vende al precio internacional que tiene, si se devalúa lo único que va a pasar es que los señores que han guardado soja van a recibir mayor cantidad de pesos por la misma cantidad de soja, pero no se va a vender ni un kilo más”, recalcó.
“Seguramente lo que hay que hacer es alguna política que se centre más en las economías regionales, en un proceso en el que no hay que olvidarse que si bien pasaron 12 años, veníamos del infierno y hoy estamos discutiendo algunas cuestiones como la restricción externa o cómo nos movemos para seguir adelante con el proceso de industrialización”, agregó Heller.
El referente nacional del movimiento cooperativo le dedicó unas líneas a los dos modelos que están en disputa en las próximas elecciones presidenciales “Macri dijo el otro día que quería un Estado que sea como el canchero en el fútbol -el que se encarga del césped y de la iluminación- pero que en la cancha tienen que jugar los privados. Nosotros queremos un Estado que sea protagonista, que juegue y que haga goles. Ésas son las dos concepciones que están enfrentadas, eso es lo que está en discusión”. Finalmente, Heller instó a “seguir trabajando para que este proyecto continúe, se consolide y vayamos efectivamente por más, por todo lo que se hizo bien y por todo lo que falta”.
Del cierre de la actividad participaron también el diputado nacional y director del CCC, Juan Carlos Junio; el rector de la UNQ, Mario Lozano; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Carlos Bianco; el Secretario de Comercio Interior, Augusto Costa; y el coordinador del Departamento del Economía del CCC, Martín Burgos.
El Segundo Congreso de Economía Política “Neoliberalismo o proyecto popular y democrático en Argentina y Latinoamérica” tuvo por objetivo principal debatir, de cara a las próximas elecciones presidenciales las políticas económicas que requiere nuestro país para profundizar el camino iniciado en el 2003, desde distintas corrientes del pensamiento económico heterodoxo y las tradiciones latinoamericanistas.
El Congreso se planteó como una caja de resonancia de los debates que se dan en el campo popular sobre la cuestión económica. En ese sentido, los ejes se diseñaron en función de los temas sensibles de la agenda: los aspectos macroeconómicos nacionales y las alternativas frente a la restricción externa; economía social y cooperativismo; desarrollo, crecimiento y distribución de la riqueza; recursos naturales en América Latina y América Latina en la geopolítica mundial. En ese marco, en esta segunda edición del Congreso más de 700 participantes debatieron más de 100 ponencias de investigadores tanto de la Argentina como del exterior.