Cantos de sirena neoliberales para 2016

TIEMPO ARGENTINO|OPINION
ESCENARIO ECONÓMICO
Los grupos concentrados siempre quieren ir por más y buscan una oportunidad para allanar el camino al gran capital.

Por Carlos Heller

Cantos de sirena neoliberales para 2016Cada vez resulta más burda la estrategia del establishment, tratando de marcar la agenda del futuro gobierno y de influir en la opinión pública para legitimar la idea de que resulta ineludible retomar la senda del ajuste neoliberal.
En un artículo de Forbes (13/1/2015) se sostiene que, «a juicio de los líderes de negocios consultados, el dinero está listo para ponerse a trabajar una vez que se conozca el resultado de las elecciones generales». Cuando ello ocurra, «la economía argentina comenzará a expandirse, guiada por la inversión corporativa, teniendo en cuenta que la próxima administración implementará políticas económicas más pragmáticas». En la revista se cita la opinión del director de Fitch Ratings para América Latina, Santiago Mosquera, quien señala que la economía argentina probablemente caiga un 2,6% en 2015 si el país «no soluciona el default antes de las elecciones presidenciales de octubre». Paradójicamente, en la nota también se dice que «el país ha crecido continuamente durante la última década y que ha invertido fuertemente en salud y educación, áreas que explican el 8% y 6%, respectivamente», todo un reconocimiento tácito de que la «década ganada» no hubiera sido posible de haberse seguido la lógica del ajuste y la reforma estructural.
A su vez, se conoció el informe completo del Banco Mundial, sobre Perspectivas Económicas Globales, donde se señala que para la segunda mitad de 2015 cabe esperar que en Argentina (al igual que en Venezuela) «lentamente se contenga el crecimiento del gasto del gobierno, se anclen las expectativas de inflación, y por lo tanto se reduzca la inflación. Así retornará gradualmente la confianza del consumidor y del inversor, llevando a un fortalecimiento de la demanda doméstica en el segundo semestre.» La linealidad de este tipo de planteos es asombrosa, más cuando en uno de los párrafos del capítulo dedicado a nuestra región se dice que el endurecimiento de las condiciones financieras en Estados Unidos «podría desatar cambios agudos en los flujos de capital y amplia volatilidad cambiaria y de los precios de los activos». Esta situación relativiza en gran medida los argumentos de todos aquellos que hablan de aceptar las exigencias de los buitres, más allá de los términos y condiciones, ya que ello permitiría verificar de manera indefectible un ingreso de inversiones externas, que bajo cualquier formato sería beneficioso para el desarrollo nacional; una asociación que en términos teóricos y prácticos resulta, por lo menos, un tanto controversial.
En esta opción se inscriben ciertos políticos y analistas locales, que también intentan convencer con la idea de que es inevitable impulsar la lógica «fiscalista» para contener la inflación y generar nuevos flujos de inversión. Bajo el sugerente título «El ajuste de Dilma: ¿en 2016 habrá que hacer acá los deberes?», en El Cronista (9/1/2015) se recogen algunas opiniones de los principales referentes económicos de la oposición. Por caso, Ricardo Delgado, del Frente Renovador, señala que «va a ser una agenda intensa y que va a resultar crítico cómo y con quién hacer las reformas» y que «Argentina tiene mucho para ganar, incluso desde el minuto cero del próximo gobierno». Federico Sturzenegger, del PRO, sostiene que si se libera el potencial productivo del país, «se abre una oportunidad», una frase muy emparentada en su esencia a los principales reclamos de las corporaciones nucleadas en el Foro de Convergencia Empresarial.
En realidad, Brasil es un ejemplo concreto de la interminable batería de presiones con que opera el aparato neoliberal-conservador, que terminó posicionando como ministro de Hacienda a uno de los mejores alumnos de Chicago, Joaquim Levy, quien recientemente ha dicho que «este es un año de ajuste económico y de volver al equilibrio para recuperar el crecimiento», estrategia que una vez asumido el cargo comenzó sin demoras a implementar. No obstante, y a pesar que para el Banco Mundial con el nuevo equipo económico se fortalecen las políticas de aumento de la actividad, «en el mediano plazo se mantienen los impedimentos estructurales para el crecimiento, entre ellos la pobre infraestructura, la engorrosa estructura impositiva, y las regulaciones laborales». Brasil demuestra palpablemente cómo los grupos concentrados siempre quieren ir por más, aunque en nuestro país algunos traten de capitalizar el ejemplo por derecha; una puerta de oportunidad para abrirle el camino de los negocios al gran capital, y para dar por tierra con los avances del actual proyecto político, económico y social. En el fondo, si machacan tanto con lo mismo es porque son ellos los más preocupados con el hecho de que sea la propia idea del «fin de ciclo» la que esté en su fase terminal.

INTENSA GESTIÓN PÚBLICA. El gobierno continúa gestionando la economía para enfrentar los efectos de la difícil situación externa e influir en las expectativas montadas en frentes variados, como la inflación, el tipo de cambio o las reservas. En la última semana se activó el cuarto tramo del swap con China, por medio del cual el BCRA recibió yuanes por un monto equivalente a U$S 400 millones de dólares, que pasaron a engrosar directamente las reservas internacionales, que el jueves cerraron en U$S 31.304 millones, muy por encima de las predicciones del mercado para este momento del año (según algunos analistas iban a estar por debajo de los U$S 20 mil millones). De esta forma se utilizaron U$S 2720 millones de los U$S 11 mil inicialmente acordados, por lo que aún hay resto para recurrir al mecanismo, mientras se espera la liquidación de los dólares de la cosecha gruesa (segundo trimestre).
Este evidente fortalecimiento de las reservas, que influye positivamente en las expectativas, según parece también ha tendido a despertar ciertos comportamientos de tipo corporativo que, en el mejor de los casos, intentarían sacar provecho de la ocasión para hacerse de recursos estratégicos para el conjunto de la sociedad. Es el caso puntual del presidente de la Cámara de Importadores de Argentina, Miguel Ponce, que aseguró que entre el 20 de diciembre de 2014 y el 5 de enero pasado hubo «restricción total de divisas» para las empresas que traen productos desde el exterior. La acusación fue desmentida enfáticamente por Alejandro Vanoli, quien mostró datos fehacientes con los montos autorizados durante dicho lapso. Pero el presidente del BCRA fue más allá y sostuvo: «Desconozco las intenciones con las que se difunden estas afirmaciones falaces, pero lo que está claro es que son funcionales a una campaña de la que se nutren distintos medios que tratan de desmerecer que el Banco Central haya acumulado reservas y esté atendiendo los pagos de importaciones con normalidad, en un contexto global complejo y volátil.»
En materia de precios, se anunció la extensión de la quinta etapa de Precios Cuidados, con la incorporación de 52 nuevos artículos a la canasta, que pasa a contar así con 451 productos. Los resultados del programa son evidentes y muestran, además, que se trata de una potente herramienta para abordar el tema de la inflación, ya que apunta al corazón de una problemática íntimamente emparentada a lo que sucede con la estructura de costos y con los márgenes empresarios a lo largo de toda la cadena de producción, comercialización y distribución. En paralelo, se acaba de reglamentar la creación del Observatorio de Precios, que permitirá «monitorear, relevar y sistematizar los precios y la disponibilidad de insumos, bienes y servicios que son producidos, comercializados y prestados en el país», lo cual constituye «un elemento de carácter esencial para la elaboración de políticas públicas y económicas por parte del Poder Ejecutivo».
Por otro lado, se lanzó la segunda fase de la construcción del Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA), por un monto de $ 11.348 millones. La obra consta de tres etapas, que demandarán en total unos $ 25 mil millones, y redundarán en la posibilidad de abastecer con gas de red a 168 localidades del interior, generando además unos 25 mil puestos de trabajo. Según el ministro de Planificación, Julio De Vido, aún hay que «invertir mucho para poder resolver la cuestión energética en términos de un plan y de un proyecto, de un modelo que apunta al crecimiento industrial y del consumo de los hogares residenciales».
Siguiendo con la cuestión energética, YPF acaba de comunicar los números de producción de 2014, mostrando un incremento del 8,7% en petróleo y 12,5% en gas, en relación con 2013, lo cual da muestras de que se comienza a revertir, no sin importantes esfuerzos, otro de los aspectos nefastos que dejó el período de los noventa. No parece ser momento para quedarse escuchando los cantos de sirena neoliberales que, por experiencia sabemos, siempre anteceden a la quiebra económico-social. –

Artículo publicado en el diario Tiempo Argentino el domingo 18 de enero de 2015.

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