El amplio informe que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, brindó en la Cámara de Diputados, tanto en forma oral como escrita, contiene elementos importantes de la gestión del gobierno y de su concepción sobre los principales temas económicos.
Ante una pregunta en la cual se indagaba qué herramientas piensa implementar el gobierno nacional para contrarrestar el resultado de las paritarias en junio 2014, Capitanich respondió que «la negociación salarial mediante paritarias libres es un mecanismo impulsado por el gobierno durante la última década que va en la dirección de mantener y mejorar el salario real de los trabajadores, y por lo tanto no son sus resultados los que se deban ‘contrarrestar’. Más bien, lo que se intenta desde 2003 es proteger ese ingreso que los trabajadores lograron ganar mediante el sistema de paritarias, evitando que los empresarios aumenten el costo de vida de forma desmedida y por ende reduzcan el poder adquisitivo de los trabajadores, mediante subas injustificadas en los precios.»
Resulta interesante el análisis de la dinámica de la inflación y cómo se la piensa enfrentar. Capitanich expresó que «el gobierno nacional está lejos de utilizar los salarios como ancla nominal», una importante definición.
Si bien comentó que durante los últimos diez años los salarios reales experimentaron subas sostenidas, «esto no significa ignorar las posibles consecuencias dinámicas que genera la puja distributiva y sus potenciales impactos sobre la tasa de inflación, que terminan impactando a su vez en el ingreso asalariado. El objetivo del gobierno ha sido contribuir a moderar esta puja comenzando por los precios y no por los salarios», enfoque que hemos utilizado repetidamente en esta columna.
El jefe de Gabinete comentó que si bien se está evaluando la marcha de las diferentes variables macroeconómicas y el impacto de la reciente política fiscal, monetaria y cambiaria, no es correcto pensar que la evolución de los precios de enero y febrero será la tendencia de 2014, debido a factores estacionales y a las diferentes acciones que se realizan en el ámbito de la Secretaría de Comercio, orientadas a evitar aumentos desmedidos en los precios de los bienes y servicios.
También comentó que «las políticas fiscales y monetarias son utilizadas por el gobierno con el fin de mejorar los ingresos de la población y asegurar la inclusión social, y no con objetivos puramente antiinflacionarios», toda una definición de política económica.
En este tema, muchas de las preguntas se orientaron a interrogar sobre los Precios Cuidados. Según Capitanich, el objetivo de dicho programa es hacer posible el acceso a productos básicos del consumo de los argentinos a precios razonables, que respeten los costos y márgenes razonables de rentabilidad en los diferentes eslabones de la cadena productiva. En contraposición, los productos sustitutos o similares, que tienen valores de venta al público marcadamente superiores a los Precios Cuidados, generan ganancias extraordinarias. También reconoció que el programa tiene una influencia directa en la evolución de los precios, al funcionar como un ancla para el resto de los artículos de la canasta básica y de esa forma desalentar los aumentos. Esta es una importante función de los Precios Cuidados que no ha sido suficientemente divulgada.
Un tema ampliamente difundido por los medios, y generado también a partir de una gran cantidad de preguntas y de proyectos ingresados en el Congreso, fue el Impuesto a las Ganancias. El jefe de Gabinete expresó que el Poder Ejecutivo está dispuesto a «analizar todas las propuestas que tengan que ver con la reforma del Impuesto a las Ganancias», pero advirtió que «hay que evaluar cada iniciativa y la estructura de ingresos» que conlleva cualquier cambio en el impuesto.
Con respecto a la política cambiaria, se expresó que se desarrolla en un marco de flotación administrada, en el que el valor de la divisa es determinado por un conjunto amplio de variables, domésticas e internacionales, como los costos de producción, los precios internacionales y la política cambiaria de nuestros socios comerciales. En el caso de la política monetaria, Capitanich informó que el Banco Central hará uso de toda la batería de regulación monetaria con que cuenta, con el objetivo de compatibilizar las metas monetarias con la dinámica de la economía real.
DEUDA EXTERNA. También fueron importantes las definiciones sobre el financiamiento externo, otro de los temas muy solicitado por los diputados, sobre el cual Capitanich comentó que «no está bajo análisis en este momento la posibilidad de recurrir a financiamiento externo, más allá de las fuentes habituales, como son los organismos multilaterales, créditos bilaterales, entre otros», para desarrollar las obras estratégicas necesarias para avanzar en los objetivos de crecimiento, industrialización y desarrollo.
El informe expresó que la propuesta presentada al Club de París por parte del gobierno argentino busca regularizar la deuda que el país mantiene con las naciones acreedoras, sin poner en riesgo la sostenibilidad de la deuda pública ni el proceso de crecimiento con inclusión social en curso.
Para Capitanich, «esto implica no someter la política económica de nuestro país a ningún tipo de condicionamiento».
Según los datos oficiales, al 30 de septiembre de 2013 la deuda con el Club de París ascendía a U$S 6089,6 millones, de los cuales U$S 5068,6 millones corresponden a servicios de capital y U$S 1021,0 millones a servicios de intereses, montos que no incluyen intereses compensatorios ni punitorios.
En cuanto a la deuda externa del gobierno nacional, y ante las preguntas de los diputados, el informe del jefe de Gabinete aclara que la deuda neta, que es aquella que el Estado nacional mantiene con acreedores privados, alcanzaba a septiembre de 2013 el 12,2% del PIB, mientras que a la misma fecha, los pasivos con privados denominados en moneda extranjera representaban apenas el 9,4% del PIB. La deuda bruta, que incluye tanto aquella contraída con agentes privados, como aquella con organismos multilaterales y con entidades del sector público, se ubicaba en aproximadamente el 45% del PIB en idéntico período. Puede pensarse que con los nuevos datos del PIB probablemente estos guarismos cambien, aunque difícilmente de manera significativa, lo cual indica efectivamente un proceso de fuerte desendeudamiento en los últimos años.
MALVINAS. No es extraño encontrar el tema Malvinas en una columna de economía, dado que resulta usual referirse a la importancia del tema de los recursos naturales en el Atlántico Sur. Sin embargo, conviene detallar la valoración que dio Cristina Fernández a esta cuestión en el acto del 2 de Abril, y que comparto plenamente.
La presidenta comentó que «el Reino Unido toma a los recursos como una cosa más, pero no la más importante en Malvinas. Los recursos naturales, la renta que da la pesca, sirven apenas para sostener a la población civil.» Para luego sostener enfáticamente que «la verdad sobre Malvinas es que constituye la base militar nuclear de la OTAN en el Atlántico Sur» con poderosos misiles crucero capaces de alcanzar gran parte del Cono Sur.
Y de allí el interés de las naciones integrantes de la Celac, a quienes la presidenta agradeció la solidaridad en la causa Malvinas. Cristina también rindió un tributo especial «a la gestión del comandante Hugo Chávez Frías, presidente eterno de la República Bolivariana de Venezuela que, a fuerza de solidaridad, de generosidad, logró que la causa Malvinas fuera una causa de todos los americanos».
Creo que no puede concebirse este interesante nuevo estilo de integración regional que se ha logrado a través de la Unasur y la Celac sin tener en cuenta este enfoque sobre el tema Malvinas, por la amenaza evidente que conlleva sobre nuestros países.
Artículo publicado en el diario Tiempo Argentino el domingo 6 de abril de 2014.