Discutir la sintonía fina, pero sosteniendo el rumbo

obra-publicaEl pasado miércoles se realizó en Santa Cruz la esperada reunión entre los principales funcionarios del Gobierno Nacional, los representantes de los trabajadores y las cámaras empresarias más importantes, convocada en Tecnópolis por la presidenta Cristina Fernández. El debate, que se repetirá periódicamente, abarcó todos los temas y en general se resaltaron las fortalezas del actual rumbo económico. Entre otros aspectos tratados estuvieron las demoras para el ingreso de algunos productos importados y la cuestión del mínimo no imponible de la cuarta categoría. Desde las centrales sindicales se reivindicó el tema de Ganancias, aunque también se dejó en claro la necesidad de preservar el empleo y combatir el trabajo en negro, un enfoque a todas luces acertado.

Tampoco se esquivó el tema de la inflación y allí Cristina hizo referencia a que «el termómetro puede medir bien o mal, pero lo que no hace es subir los precios. Eso sucede porque los empresarios los suben», una postura que se vincula a lo que nosotros siempre señalamos, respecto de que el componente clave que rodea a la cuestión inflacionaria es la puja distributiva.
Como era de esperar, las declaraciones altisonantes tampoco escasearon en la previa, aunque luego todos destacaron el buen clima y la apertura al diálogo. La reunión fue sumamente productiva y en las casi cuatro horas de duración se pudieron tratar todos los temas, pero Cristina dejó en claro que hay ejes del esquema económico que no se modificarán y que no hay que esperar un mayor endeudamiento o una devaluación abrupta del tipo de cambio. Sostuvo que «puedo hacer correcciones (…), pero otra política necesitará de otro gobierno que la haga». En cuanto a lo específico del Impuesto a las Ganancias, se dijo que se buscarán modificaciones pero sin erosionar los ingresos del sector público, y se les pidió a las partes que acerquen propuestas de financiamiento. Se evaluará, entre algunas de las opciones, la posibilidad de eliminar algunas exenciones sobre la renta financiera, sin recaer sobre los plazos fijos. Independientemente del mecanismo que termine prevaleciendo, constituye un gran avance respecto de los comentarios que suelen realizar ciertos miembros del «partido de la oposición», que más allá del mérito de sus reivindicaciones, no se detienen a pensar en las consecuencias negativas de sus planteos, en particular sobre las arcas públicas, con las consiguientes dificultades para seguir implementando muchas de las  políticas activas que se destacaron en los últimos años.  En parte por esta razón, en la práctica el encuentro significó un paso adelante ya que permite discutir los aspectos medulares de las políticas económicas a la vez que pone en perspectiva los límites que existen para convalidar ciertos pedidos de tipo sectorial o corporativo que tienden a chocar con la búsqueda del interés general. Algo de ello había señalado Cristina en la antesala del encuentro, cuando sostuvo que «todos tenemos que sentarnos a ver cómo funciona esto».
EL PAPEL DE LA OBRA PÚBLICA. La dimensión del encuentro comentado opacó otro hecho importante de la semana, como fue el anuncio de Cristina, quien antes de la reunión oficializó la adjudicación de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, ambas ubicadas junto al Río Santa Cruz, a la Unión de Empresas Electroingeniería, Gezhouba e Hidrocuyo S.A. La única licenciataria extranjera, la china Gezhouba, es una empresa de propiedad estatal y es a partir de ella que se obtuvo el 100% del financiamiento que se canalizará a través de dos bancos: el China Development Bank (85%) y el Bank of Communications (15%). Se trata de créditos a 15 años, con cinco de gracia, a una tasa de interés Libor más un 3,8% adicional, que financiarán una inversión total de 22.948 millones de pesos. El proyecto constituye, de acuerdo a las palabras de la presidenta, «el emprendimiento nacional más grande» en la materia. Las mismas aportarán en conjunto 1740 megavatios de potencia eléctrica, equivalente al 6% del total nacional, y de acuerdo a las estimaciones oficiales se estarían finalizando ambas en cinco años y medio. Las obras permitirán generar 5 mil puestos de trabajo directo y más de 15 mil indirectos.
Es un avance importante en la producción de energía hidroeléctrica, que se complementa con las inversiones necesarias en materia de interconexiones del sistema eléctrico argentino, y se trata de un proyecto que descansa en el uso de energía renovable, que ambientalmente no impacta en el calentamiento global, y que permitirá reducir las importaciones de energía en algo más de 1000 millones de dólares por año.
Durante su discurso, Cristina mencionó que la obra se hace completamente con financiamiento externo, «para hacer una obra de infraestructura, (y) de paso nos sirve para aclarar estas diferencias de endeudamiento que nosotros consideramos virtuoso y endeudamiento que no consideramos tan virtuoso (…), para gastos corrientes, porque es económicamente nocivo» al igual que lo es «el endeudamiento para pagar deuda anterior», al que vinculó con la bicicleta financiera. Esta diferencia de concepción en lo que hace a la inserción del país en los mercados de capitales, es sin dudas la que le ha permitido al Estado Nacional sortear el malhumor de los mercados financieros internacionales.
Por lo demás, el anuncio de la adjudicación tiene una enorme trascendencia en un país que como consecuencia del crecimiento explosivo de la actividad económica y del consumo energético, en paralelo con una situación de insuficiencia de inversión privada para satisfacer esa mayor demanda, ha generado un desbalance energético importante, que está presionando sobre las reservas del Banco Central, las que según Cristina deberían ser de 52 mil millones de dólares si YPF no hubiera sufrido un proceso de desinversión sistemático, cuando era administrada por la española Repsol. Al respecto, en el Consejo de las Américas, Miguel Galuccio, Presidente de YPF, sostuvo que se logró “detener la baja de la producción, que venía cayendo un 5% anual (en petróleo) y 10% en gas» y se ha podido incrementar la producción de petróleo en un 3%, y la de gas en un 4,2%; un repunte que este año se completará con una inversión de 5500 millones de dólares, cuando en 2011 se habían destinado poco más de 2000 millones. Son manifestaciones de los constantes desafíos que plantea la sintonía fina, en un entorno complejo desde el punto de vista global, que viene afectando a las economías en desarrollo.
En este marco, no hay que perder de vista los recientes datos del mercado de trabajo, que muestran que en el segundo trimestre la tasa de desempleo se redujo al 7,2%, el mismo nivel que tenía un año atrás. Esto se vincula con la continuidad de ciertas políticas promotoras del mercado interno y de defensa de los puestos de trabajo.
Al respecto, son valiosos los datos que entregó el jueves la ministra de Industria, Débora Giorgi, acerca de que a partir de 2003 se crearon 229 mil pymes, de las cuales 23 mil fueron del segmento manufacturero. También mostró que las importaciones, que en 2008 representaban el 17,6% del PIB, en 2012 fueron el 14,4% , mientras que la sustitución de importaciones alcanzó 15 mil millones de dólares en los últimos cinco años.
Más allá de las correcciones, que siempre serán necesarias, sobresale la necesidad de seguir sosteniendo y profundizando el actual rumbo, discutiendo los distintos puntos de vista, pero, por sobre todas las cosas, sin ceder en la defensa de los intereses del conjunto de la población.
Artículo publicado en el diario Tiempo Argentino el domingo 25 de agosto de 2013.
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