Por Mariana Verón
Si el Gobierno comenzó a hablar de la inflación, también lo hacen sus aliados. El diputado Carlos Heller admitió que el problema existe, pero advirtió que la suba de precios es un síntoma de otro mal mayor, que para él es la puja distributiva. De nuevo en el ruedo político con la idea de renovar este año su mandato en la Cámara baja, el legislador de Nuevo Encuentro, la fuerza que lidera Martín Sabbatella, cree que Cristina Kirchner debe mantener el proyecto más allá de su persona y propone, aunque siempre alineado con la Casa Rosada, una fuerte reforma impositiva en un tema candente: Ganancias.
-¿Cómo ve el tema inflacionario?
-La discusión principal es por qué hay inflación. La inflación es a la economía lo que la fiebre a las personas. Yo no conozco a nadie que esté enfermo de fiebre, si no que tiene fiebre, y a partir de ahí se busca qué genera la fiebre. Para mí es puja distributiva. No puede ser que 20 empresas produzcan el 80 por ciento de todos los alimentos y artículos de mayor consumo. Ésos son los verdaderos formadores de precios.
-¿El acuerdo de precios que decidió el Gobierno sería entonces un simple analgésico?
-Sí, pero ningún médico dejaría de dar un analgésico para bajar la fiebre mientras ataca la causa verdadera. El analgésico no es cuestionable. Si todo queda en el analgésico, el problema no se resuelve. Uno de los grandes cambios es el rol del Estado como reasignador de recursos. Hay vía aumento de precios una reapropiación por parte de las empresas de ese proceso de distribución.
-¿Y qué hizo hasta ahora el Gobierno con esas 20 empresas?
-No lo sé. Yo actuaría por vía impositiva, con una mayor progresividad en la aplicación del impuesto a las ganancias, que hay que ponerlo en cabeza de los empresarios y no en la empresa. Habría que modificar las escalas. Yo creo que se debe incluso superar el 35 por ciento entre los que más ganan.
-La modificación de las escalas es un reclamo de la CGT de Hugo Moyano, hoy enfrentada al Gobierno, y de sus aliados.
-El Gobierno defiende la caja y lo hace pensando que el mínimo no imponible afecta a una franja relativamente chica del conjunto de los trabajadores y que el menor ingreso recorta la redistribución. De todas maneras, me resulta difícil creer que ése sea el mayor problema del sindicalismo. El mayor problema son los trabajadores en negro.
-¿El Gobierno no es benevolente con esos 20 empresarios que usted cuestiona? Moyano impulsó la participación en las ganancias de las empresas y el Gobierno no avanzó.
-Yo sigo estando de acuerdo con la participación en las ganancias. Yo lo haría. Yo no tengo todas las cartas para entender las políticas de alianzas del Gobierno y saber cuándo es el momento. Lula decía que ganó las elecciones en una alianza que lo limitaba en las cosas que quería hacer. Lo que hay que hacer viene en la continuidad de este proyecto.
-¿Para usted sería con la re-reelección o con la elección de un sucesor?
-Apoyo este proyecto, creo en la continuidad, creo en los liderazgos. Si hay una dificultad constitucional insalvable, eso no puede ser un obstáculo. Los liderazgos se pueden ejercer desde la Presidencia y también desde el liderazgo de la fuerza política. Tampoco me rasga las vestiduras un tercer mandato.
-¿Es Daniel Scioli una posible continuidad?
-Forma parte de este proyecto, pero yo no lo vería como alguien que me daría la tranquilidad de que es la garantía de mantener el rumbo. Hace falta alguien con mayores convicciones de lo que intuyo que tiene Scioli.
-Usted fue candidato en 2009 contra el macrismo. ¿Cómo evalúa la gestión porteña?
-Cada día lo quiero más a León Gieco [por las duras críticas del cantanta a Mauricio Macri]. Su gestión está basada más en el marketing que en solucionar los problemas.
-Se termina su mandato este año. ¿Quiere renovar?
-Si depende de mí, quiero ser candidato de vuelta. No hay nada más lindo que una campaña electoral.
Entrevista publicada en el diario La Nación el miércoles 13 de Febrero de 2013