Ayer participé del acto en el que la presidenta anunció el envío al Congreso del proyecto de ley de soberanía que establece la expropiación del 51% del capital social de las acciones de YPF.
Creo que la de ayer es una fecha para conmemorar, porque indica la recuperación para la Nación del manejo soberano de los recursos energéticos. Este proyecto es un claro y valiente avance hacia la profundización y mejoramiento del modelo iniciado en 2003, que derivará en mejores condiciones para el funcionamiento de la economía, recuperando soberanía de los recursos y liquidando las estructuras de la dependencia que se construyeron desde el Golpe de Estado de 1976 y que se consolidaron en los noventa.
La decisión más importante de este proyecto está expresada en su artículo 1º, por el cual se declara de interés público nacional y como objetivo prioritario de la República Argentina el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos, así como la explotación, industrialización, transporte, y comercialización de hidrocarburos. Esta definición apunta a desandar el camino de la privatización de los recursos hidrocarburíferos, poniéndolos bajo el paraguas de interés público.
Creo, además, que el proyecto de ley del Ejecutivo resulta una fuerte barrera a futuras privatizaciones, ya que la expropiación se realiza por causa de utilidad pública, prohibiendo la transferencia de tales acciones salvo la aprobación de las dos terceras partes de los miembros del Parlamento, lo que le da una fuerte impronta de continuidad y seguridad jurídica.
La Argentina tiene desde hace tiempo un desfasaje entre el crecimiento significativo de la economía sin que el balance energético haya acompañado. Es que evidentemente para los responsables de Repsol el objetivo no era invertir sino llevarse los beneficios fuera del país. Por eso celebro con entusiasmo este proyecto orientado a que el Estado tome el control efectivo sobre la empresa emblemática del petróleo fundada por Mosconi, para que sea la vanguardia de la política de hidrocarburos en general y del autoabastecimiento en particular.
Muchas veces he dicho ya que los argentinos hemos sido los mejores alumnos del recetario neoliberal, llegando a prescindir de algo tan clave como el manejo de los recursos energéticos y dejándolo en manos de una empresa privada. Es algo que no han hecho otros países de la región; no lo hicieron Brasil, Colombia, México, Venezuela, Chile, ni Uruguay. Por eso a mí me parece una excelente noticia que Argentina recupere, como Nación soberana, sus recursos energéticos.