La semana pasada Moody´s lanzó un comunicado en el que decía que los bancos están muy bien, que han ganado muchísimo dinero, que todos sus ratios de solvencia son muy buenos, que crecen los depósitos, que crecen los créditos, pero que el problema son las amenazas políticas. Es decir que bajó la calificación del sistema financiero argentino por «un nuevo escenario de vulnerabilidad», algo que yo creo es una decisión de enfoque completamente ortodoxo, de intromisión y condicionamiento a las políticas del gobierno mediante amenazas.
Las calificadoras de riesgo son obligatorias. Nuestro banco, por ejemplo, no podría tener líneas de crédito del exterior, ni recibir depósitos de compañías de seguros, si no tuviera calificaciones de esas calificadoras de riesgo. Se trata de un mecanismo que el Consenso de Washington creó para consolidar el modelo del capitalismo financiero que ha homogeneizado al mundo y que lo ha llevado a esta situación en la que se encuentra.
Por ejemplo, cuando Moody´s dice que lo más peligroso es un largo y sostenido deterioro en los precios de los commodities y la imposibilidad de realizar ajustes fiscales exitosos, que podrían traducirse en una seria erosión de la confianza en el mercado, la liquidez y las finanzas públicas, se está refiriendo a los “exitosos” ajustes fiscales de Grecia y Portugal, porque para Moody´s esos sí generan confianza en el mercado.
Creo que llegó el momento de que, de una vez por todas, se lleve a los foros internacionales propuestas para que deje de existir el requisito de obligatoriedad de las calificadoras.