El voto de los argentinos en las elecciones primarias expresó un claro apoyo al gobierno nacional, a la gestión que éste viene realizando y a todo lo que ya se hizo. Más del 50 por ciento de los votantes que participaron en las últimas elecciones aprobó el rumbo que lleva el país. Y no solo por lo que el gobierno viene haciendo, sino por lo todo lo que queda por hacer, es decir, se respaldó la profundización de este modelo.
Se dijo por ahí, para intentar disminuir la victoria de la presidenta Cristina Fernández, que la gente votó en términos del bolsillo, y yo creo que, en todo caso, lo que expresa el bolsillo es un positivo reflejo del modelo.
Hoy, el modelo son los 5 millones de nuevos puestos de trabajo creados; son los 2,5 millones de nuevos jubilados que este año verán sus haberes mejorados un 30 por ciento; es la inversión en obra pública; es la gente que no tenía vivienda y que hoy la tiene. Pero no solo las personas con necesidades urgentes votaron apoyaron este modelo. También lo hicieron los pequeños y medianos empresarios, que perciben un mercado interno fuerte, y los trabajadores del campo, que vieron incrementarse el valor de sus tierras unas diez veces más que hace unos años y que hoy están atravesando un momento excepcional.
No obstante, hay muchas cosas por hacer todavía. Hay muchas personas que tienen problemas de distinta índole y que necesitan apoyo y soluciones. Hay un desempleo de 7,2 por ciento; un tercio de la población realiza trabajos informales; hay un sector de la sociedad -si bien se redujo notablemente- que vive por debajo de la línea de la pobreza. Este panorama aún se puede cambiar positivamente si se toman las medidas necesarias para mejorar la distribución del ingreso.
Sabemos que el país viene creciendo y que su producto (lo que se debe repartir) es cada vez mayor. Solo hay que asegurar los mecanismos para que esta distribución sea posible. En este sentido, entiendo que hacen falta una reforma impositiva y cambios legislativos en materia financiera y de funcionamiento del Banco Central; también, hace falta debatir cuál es la mejor manera que tiene la Argentina para aprovechar sus recursos naturales (aún permanecen en manos privadas luego del proceso de privatizaciones de la década del ’90) y ver cómo puede el país mejorar sus beneficios con respecto a la explotación minera y petrolera.
Entonces, en este contexto ¿qué significa profundizar el modelo? Por un lado, significa avanzar en la idea de un Estado presente que trabaje para lograr la plena inclusión; para terminar con la pobreza; para mejorar la salud y la educación y, en definitiva, significa mejorar la calidad de vida de todos los argentinos. Por otro lado, significa fortalecer el proceso de integración regional y el proceso de sustitución de importaciones, para desprimarizar la economía y seguir agregando valor a nuestros recursos naturales.