¿Cómo impactaría en la Argentina la entrada en default de Estados Unidos?

default-en-eeuuAntes que nada, hay que tener claro que hablar de default en Estados Unidos no es lo mismo que hablar de default en Grecia. No creo que Estados Unidos esté pensando en no pagar sus obligaciones federales, es decir los bonos de la deuda. Cuando Barak Obama habla de default está diciendo que no les va a poder pagar a los contratistas que tienen contrato con el Estado o a los jubilados, por lo que el primer impacto sería hacia adentro de la economía. No obstante, el impacto recesivo en la economía inevitablemente tendría repercusiones globales.

Por ejemplo, si Estados Unidos reduce el nivel de consumo, significa que China le estaría vendiendo menos a Estados Unidos y trataría de colocar sus productos en otros mercados, lo que significaría tener un competidor más agresivo, inclusive queriendo entrar a nuestros territorios (Por este motivo la presidenta Cristina Fernández se reunió la semana pasada con su par brasileña, Dilma Rousseff, para tratar el tema de adoptar en común la suba de aranceles para protegerse de la invasión de productos chinos).

Así, si China se ve obligada por esta misma situación a retraer su crecimiento económico probablemente compre menos y eso afecte a la Argentina. En este mundo globalizado nadie puede decir “a nosotros no nos va a pasar nada”. De cualquier manera Argentina no está entre los países más expuestos, de manera directa, a lo que podría pasar con Estados Unidos, porque su comercio no es fundamental, y porque no somos tenedores de bonos del Tesoro de Estados Unidos.

La clave del problema que enfrenta Estados Unidos es quién paga la deuda. Los republicanos quieren bajar el gasto y los demócratas quieren subir los impuestos. El recorte de gastos de Estados Unidos para los próximos dos años sería de alrededor de 2,5 billones de dólares, mientras que la prórroga por dos años que aceptó Obama en diciembre de 2010, de la reducción de impuestos a los ricos que impuso Bush, le cuesta al tesoro 3,3 billones de dólares. Está claro que lo que se discute es quién paga la crisis o quién se hace cargo del déficit, si los ricos que hoy son mucho más ricos que antes o el conjunto de la población, recortando el gasto social.

El problema que tiene Estados Unidos es serio. Recientemente, la flamante responsable del FMI, Christine Lagarde, pidió al Congreso de los Estados Unidos que resuelva pronto la situación: «Que diga si hay un default o algo más grave», dijo Lagarde, poniendo en evidencia que a ellos les preocupa más que se les rebaje la calificación de los bonos de la deuda que el default (como les ocurrió a los países europeos).

Así, el FMI, preocupado porque «si las calificadoras le llegan a bajar la nota a Estados Unidos vamos a estar en un gran problema», como dijo Lagarde, sugirió que Estados Unidos “haga un plan de ajuste fiscal, pero no tendría que ser muy precipitado». Estados Unidos dice que podría acelerarse el desempleo. No deja de ser llamativo, porque, al contrario, a Grecia y a Portugal le piden ajustes rápidos, contundentes, políticas de shock. Hoy se lo hacen a Grecia, Portugal e Irlanda, y se lo van a hacer a España e Italia.

Pero ojo, lo adelanto ahora: Italia es cinco veces más grande que Grecia y su deuda es cinco veces más grande que la griega. Si Italia colapsa, el impacto en Europa sería mucho más grave que lo que sucede actualmente. Para que tengan una idea, la suma de lo que debe Grecia, Irlanda y Portugal, ronda el 1.8 por ciento del patrimonio del Banco Central de Europa, mientras que la deuda italiana alcanza el 10 por ciento.

Scroll al inicio