Economía: las nuevas viejas recetas de la oposición

recetas-economicasEstamos en época electoral, y como siempre sucede bajo estas circunstancias, comienzan a oírse las distintas propuestas económicas, que en realidad es una sola camuflada, ya que lo único que hace la oposición es esconder propuestas del neoliberalismo.

Hay mucho facilismo en esas propuestas, y se pueden escuchar las cosas más ridículas, como por ejemplo los que proponen regularizar el INDEC para resolver el problema de la inflación, como si la inflación se generara por la ineficiencia en la medición del INDEC. Lo que yo siempre dije es que al INDEC hay que regularizarlo pero no para resolver la inflación, sino porque teniendo una medición creíble uno tiene el sustento necesario para discutir a fondo cuáles son las causas de la inflación.

Otros dicen que la inflación no es un problema y que se resuelve fácilmente restringiendo la cantidad de dinero, pero sin enfriar la economía. Una falacia total, porque la ecuación lógica pura: a menor cantidad de dinero, menor actividad económica.

La semana pasada salió en el titular del diario: «Sugieren para el 2012 devaluar y frenar el alza de los precios», como si esto realmente fuera posible. Una devaluación impacta inmediatamente sobre los precios. Salvo que hayan contratado algún mago, la Historia Universal hasta ahora ha demostrado que cada vez que se devaluó los precios aumentaron.

El otro caballito de batalla que suele salir a la luz por estos días es el gasto público. Yo creo que el gasto público es importante, está bien que así sea, y hasta me animo a decir que tendría que seguir aumentando, porque es un estímulo para que la economía siga creciendo. Además, está lejos de ser un problema, porque es absolutamente financiable. En momentos de déficit fiscal uno podía decir que el gasto público generaba déficit fiscal, y el déficit fiscal generaba emisión monetaria, y eso derivaba en inflación, pero a un Estado que tiene equilibrio o superávit fiscal no le afecta, simplemente porque este Estado gasta lo que recauda.

Está más que claro que, quienes proponen reducir el gasto público y la emisión monetaria, en realidad están proponiendo enfriar la economía, aunque no lo dicen explícitamente.

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