Fecha de ingreso: 02.12.2010
Estado: en comisión de “Derechos Humanos y Garantías”
Firmantes: Basteiro, Sergio Ariel – Nuevo Encuentro Popular y Solidario Buenos Aires
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La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
1.- Repudiar los dichos del señor gobernador de la provincia de La Rioja por ser lesivos a la honra y dignidad de los hermanos bolivianos.
2.- Expresar su preocupación ante las presiones que miembros del Poder Ejecutivo riojano habrían realizado ante diferentes medios de prensa provinciales tendientes a que los mismos no difundiesen las repercusiones que tuvieron los dichos del señor gobernador.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El pasado miércoles 24 de noviembre, el gobernador de la Provincia de La Rioja, D. Luis Beder Herrera, reunió en un denominado desayuno de trabajo a una treintena de periodistas de medios locales, antes quienes relató asuntos atinentes a su reciente visita a las repúblicas de China y Corea del Sur.
Uno de los temas abordados durante la reunión fue el de las inversiones que realizará en la provincia la minera china Shandong Gold con el propósito de explotar la mina «El Oro», ubicada en el cerro Famatina, a unos 30 kilómetros de la localidad de Chilecito en el norte provincial.
El tema era de por sí delicado dada la resistencia hacia la minería a cielo abierto que desde hace tiempo manifiestan los pobladores de la zona de Chilecito; razón por la cual, lo que el gobernador dijera durante la reunión era de indiscutible interés público.
Debido a esta particularidad, algunos periodistas encendieron sus teléfonos celulares y a través de ellos, los dichos del gobernador salieron al aire por distintas radios locales y luego recogidos por la prensa gráfica.
Entre lo que los oyentes lograron escuchar hubo un elogio de Beder Herrera hacia la capacidad laboral de los chinos; aspecto que el gobernante intentó resaltar con una frase que resultaría de lo más desafortunada. Dijo en la ocasión: ‘Tenemos que acostumbrarnos porque ya tenemos acá en Argentina a los bolivianos que no son ni más ni menos que chinos truchos'».
El modo en el que el gobernador aludió a los hermanos bolivianos atentaba claramente contra su identidad. Ello provocó el reclamo de la embajada del país vecino en Buenos Aires. Asimismo, hizo que la delegación riojana del Instituto contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) intimara a la Gobernación para que en el plazo de 48 horas aclarara el sentido de la expresión «chinos truchos» que había utilizado.
A pesar de esa intimación, el gobernador no dio respuesta al organismo requirente. Sin embargo, desde su Subsecretaría de Prensa y Difusión se apresuraron a señalar que la frase cuestionada había sido «sacada de contexto». Otros funcionarios, en cambio, arriesgaron que se había tratado de una «broma». No faltó tampoco un vocero gubernamental que saliese a explicar que Beder Herrera «se estaba refiriendo a la comunidad boliviana que era muy trabajadora».
Ante este tipo de justificaciones corresponde apelar a la frase popular que sugiere «no aclarar porque oscurece».
Ello es así porque los dichos de Beder Herrera se encuadran perfectamente en un contexto histórico teñido de racismo hacia la comunidad boliviana residente en nuestro país; algo que el gobernador debe tener presente con sólo recordar a Fermín Cruz, un ciudadano de esa nacionalidad que -por su condición de tal- recibió en agosto de 2008 una salvaje paliza en la capital riojana, permaneció internado en terapia intensiva durante ocho días y padece, desde entonces, de dificultades motrices y trastornos de memoria.
Por otra parte, aceptar como «broma» a la cuestionada expresión del gobernador, implicaría reconocer que desde la más alta autoridad provincial se estaría legitimando la discriminación y la estigmatización que lamentablemente sufren en nuestro país los integrantes de varias colectividades latinoamericanas que aquí se han radicado.
Finalmente, si la intención del gobernador hubiese sido destacar -como pretende el anónimo vocero- la laboriosidad de los hermanos bolivianos, no debería haber omitido que tal virtud es aprovechada por muchos inescrupulosos para sobreexplotarlos en las tareas que realizan a lo largo y ancho del país.
A pesar de las lesivas palabras del gobernador, las voces de repudio desaparecieron con asombrosa velocidad de los medios locales. Gran despliegue informativo tuvo, en cambio, la concurrencia a la residencia oficial de cuatro integrantes de la Asociación Riojana de Colectividades que, invitados por el propio Beder Herrera, sostuvieron que las expresiones del gobernador fueron «mal interpretadas».
Al respecto, entre los trabajadores de prensa de la provincia circulan versiones sobre supuestas presiones gubernamentales que habrían sufrido las empresas periodísticas para que dejasen de ocuparse de las reacciones negativas que generaron las palabras del titular del Ejecutivo provincial. Se asegura, también, que una periodista televisiva fue sacada del aire por haberse ocupado del tema.
Los rumores instalados en los corrillos periodísticos se tornan verosímiles a la luz de lo declarado el domingo último por Javier Tineo -ministro provincial de Infraestructura-, quien dijo que «es cuanto menos canalla sacar de contexto esas palabras de Beder Herrera». Para la publicación electrónica RiojaVirtual el comentario del ministro es «un dardo dirigido a distintos medios de prensa y al titular del INADI en La Rioja, Marcelo Lucero».
Estamos, en consecuencia, ante una expresión que contextualizada o no resulta agraviante o ante una «broma» inadecuada -en especial, si sale de la boca de un gobernador- o ante un pseudo elogio que oculta las condiciones de trabajo que soportan muchos bolivianos en Argentina. Asistimos, también, a una falta de respuesta por parte del mismo gobernante a un requerimiento del organismo nacional ocupado de velar por la no discriminación. Nos alerta, finalmente, la posibilidad de que los periodistas riojanos se vean limitados en el ejercicio de su profesión. Todas estas cuestiones nos impulsan a poner la presente iniciativa a consideración de nuestros colegas y a pedirles su aprobación.