Uno de los principales logros de la nueva Ley de Medios es que las cooperativas de servicios públicos puedan brindar servicios de radiodifusión, vedados por la legislación anterior.
Ahora Cablevisión, uno de los brazos del monopolio de las comunicaciones, desea volver a esa prohibición argumentando que las cooperativas de servicios públicos tienen ventajas fiscales. Se quedaron en los ’70, porque el vendaval neoliberal le quitó a las cooperativas los legítimos beneficios fiscales que poseían, y muchas de ellas han tenido que sobrevivir, no sin dificultades, con las mismas reglas que las empresas oligopólicas.
No creo que sea un error de Cablevisión alegar que se siente discriminado, qué ironía, por el tratamiento fiscal de las utilidades, una categoría ajena a las entidades no lucrativas.
Este argumento falaz sirve para sostener una tesis aun más perversa: que la radiodifusión es una actividad “estrictamente comercial y lucrativa” y por lo tanto sujeta a la libre competencia, que luego ellos arrasan haciendo uso y abuso de su “posición dominante”.
Y por ello, el monopolio muestra su cínica preocupación porque las cooperativas evidenciarían ventajas competitivas que ellos no poseen.
Sin duda, las cooperativas poseen ventajas competitivas surgidas de la adhesión de miles de usuarios que bregan por obtener un servicio eminentemente social como la radiodifusión, para evitar que los monopolios les pauten los programas que pueden ver.
Esta nota fue publicada en Tiempo Argentino el 20.02.2011