No diseñar una política adecuada respecto del tema de precios impide avanzar en la distribución del ingreso, y para diseñar una política adecuada en materia de precios primero hay que determinar cuales son las causas por las que los precios aumentan.
Ya he dicho muchas veces que la inflación es a la economía lo que la fiebre a las personas; la gente no se enferma de fiebre sino que tiene fiebre; y los países no se enferman de inflación sino que tienen inflación porque hay problemas en la economía. Esto es lo que no hay que eludir: discutir cuáles son los problemas de la economía.
En este sentido, fue muy importante el discurso de la presidenta el día 9 de febrero en el Chaco, porque la presidenta dijo lo que nosotros venimos sosteniendo desde hace mucho tiempo y que, a decir verdad, no aparecía tan claramente en el discurso oficial. Es un cambio que hay que señalar con beneplácito.
Me gustaría desarrollar un poco lo que se dijo en el discurso, sobretodo esta idea de que “el gobierno no aumenta los precios, sino que los aumentan los mismos que después hablan de la inflación como un problema”. Incluso la Presidenta habló de los dos niveles de formadores de precios: los que producen los productos y las cadenas de distribución que tienen enormes márgenes de comercialización.
A modo de ejemplo quisiera transcribir algunos textuales del discurso que me parece que son esclarecedores:
“[…] se debería terminar con la costumbre consuetudinaria de algunos sectores de querer mantener o apropiarse de rentabilidad vía precios, y no vía aumento de la oferta, vía aumento de la inversión”.
“La intervención en políticas activas por parte del Estado es indispensable para, precisamente, resguardar estas cosas”.
“Estamos ante la época de la puja distributiva, donde realmente se pone en juego qué modelo de sociedad queremos y cómo vamos a seguir creciendo, si lo hacemos en serio, vía aumento de la oferta, con inversión, con mayor producción, con mayor valor agregado, con innovación tecnológica […], o volvemos a la vieja receta de los argentinos donde terminamos matando a la gallina de los huevos de oro”. Está claro que al decir “volvemos a la vieja receta” está hablando de la época del ajuste.
Estoy completamente seguro que para los que venimos hablando insistentemente de que no sólo hay que apoyar este modelo sino además profundizarlo, este discurso fue sumamente alentador.