Hace unos meses publiqué en Página/12 (y luego reproduje en este blog) una nota llamada “Macri es Macri” en la que analizaba la manera en que Macri se presentaba ante la sociedad: una nueva derecha preocupada por lo social y diferente a la de la ilegalidad de los 90. Esta vez vengo a ratificar aquella nota: Macri es una derecha antigua, que además, está llena de prejuicios.
Martínez de Hoz era quien solía decir que al Estado sólo le correspondía encargarse de la seguridad, de las Relaciones Exteriores, y -sólo con participación asociada a lo privado- de la salud y la educación.
Sucede que Macri, esta nueva política que él dice representar, piensa que los problemas sociales se resuelven con mano dura, porque negociar es síntoma de debilidad. Lo decía él mismo es sus declaraciones cuando le solicitaba al Estado Nacional que envíe la Federal: «el problema es que falta Estado para imponer orden». En este sentido, la Unidad de Control del espacio Público (UCEP) no ha sido más que un órgano de represión, encargada de echar a los golpes a los pobres que estaban tratando de encontrar un techo para vivir.
Lo que Macri no puede ver es el tema de fondo, que son las víctimas. En vez de desalojar el Parque Indoamericano, lo que tendrían que haber resuelto es cómo alojar a toda esa gente, darles una solución. Nadie quiere vivir en ese lugar y en esas condiciones.
Todo el mundo mira desde la perspectiva de la propiedad privada o el espacio público, pero lo que está en juego en realidad, es la desesperación de familias que no tienen donde vivir. Entonces, sería deseable que estas órdenes judiciales en realidad tuvieran otra dirección y que apuntaran a no castigar a las víctimas sino a tratar de buscar una solución para todas esas familias.
Racismo, discriminación e ilegalidad
La palabra más utilizada estos días para describir a Macri fue xenófobo. Sinceramente no creo que Macri tenga xenofobia, si la tuviera tampoco querría a los norteamericanos, a los franceses, a los suizos o a los italianos. La de Macri es una xenofobia muy particular, vinculada a la pobreza: lo de él es discriminación de clases.
Luego de la triste conferencia de prensa que brindó, se podía escuchar por todas partes la frase “Inmigrantes ilegales”. Primero cabría aclarar que los extranjeros de países limítrofes que están en la Argentina no son ilegales, sino que han ingresado al país en el marco de la Ley de Inmigración que rige y que tiene que ver con el concepto de Patria Grande. Y segundo, muchos de los que hablan deberían hacer una mínima autocrítica y tratar de distinguir dónde está la ilegalidad, porque la mayoría de las veces está en otro lado. Preguntémonos sino quiénes son los que explotan a estos sectores y los hacen trabajar en condiciones indignas, sin leyes sociales ni protección y pagándoles una miseria. A fin de cuentas, la mayor ilegalidad que tiene esta gente son las condiciones en que se la trata.