La democracia se nutre de las distintas voces y también se nutre de los conflictos, de los distintos intereses que conviven en una sociedad. Distribuir es sacar de un lado y poner en otro, y eso genera conflictos. La democracia ideal no es la que niega los conflictos, sino la que los resuelve democráticamente. La negación del conflicto es el sostenimiento del statu quo, es el sostenimiento de las cosas como están, y la realidad es que sostener las cosas como están sólo beneficia a los dueños de las cosas. El conflicto es parte de la sociedad democrática y parte, también, del crecimiento de la humanidad. Ahora, distinto es la violencia como método de acción política, eso es inaceptable.
A uno se le congela la sangre cuando vuelven a suceder cosas como las de Mariano Ferreyra porque nos retrotraen a momentos terribles de la Argentina. Es imprescindible que el gobierno, el Estado, actúe en primer lugar con gran firmeza en la investigación, y obviamente en la sanción correspondiente a los responsables materiales e intelectuales, porque generalmente esto no es obra de un loquito asesino, sino que responde a decisiones que en algún lugar se toman, en cuanto a disputa de espacios, o a la intención de sacar del espacio a determinadas expresiones de la política argentina que a alguien le pueden molestar.
En definitiva, aquí, como en otros temas, se debe aplicar lo que dice el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, que habla de la libertad sindical. Cuando en la Argentina efectivamente exista libertad sindical plena, y los trabajadores puedan agruparse según sus convicciones libremente, se empezará a transitar el camino por el cual estas cosas se podrán resolver.
Creo que tampoco podemos dejar de analizar el tema desde el punto de vista de los trabajadores tercerizados. Aún existen este tipo de empleados y la cuestión de fondo es que aún subsiste del concepto de la flexibilidad laboral. La gran batalla para que estas cosas definitivamente sean erradicadas tiene que ver con eliminar la precarización laboral, con borrar todos los vestigios de flexibilización laboral, tiene que ver con desarrollar políticas de pleno empleo. Y no puede ser que existan estos mecanismos por los cuales a la gente se les paga la mitad para hacer lo mismo que cobra un trabajador regular o que está en blanco y en orden.