Los espacios de centroizquierda e izquierda perdimos la gran oportunidad de unir posiciones y condicionar el quórum. Sabíamos que una vez establecida la sesión, el aumento del 82% iba a aprobarse tal como se aprobó: sin definir mecanismos de financiamiento. Teníamos la certeza de que, de no llegar al quórum, el proyecto volvería a comisión y allí sí podríamos profundizar el debate y buscar un acuerdo sobre las fuentes de financiamiento. Hoy podríamos estar discutiendo la restitución de los aportes patronales o la eliminación de exenciones de Ganancias. Lamentablemente los compañeros de Proyecto Sur no lo entendieron así y le dieron la derecha a la oposición.
De la manera en que se aprobó el aumento no le resolverá los problemas a los jubilados, al contrario, estamos generando un problema político. Creemos que los Diputados de Proyecto Sur, en este sentido, equivocaron el camino. Seamos sinceros, ¿es posible pensar que los que habitualmente están en contra de los intereses populares de pronto se vuelvan progresistas y quieran mejorar la situación de los jubilados? ¿Es con el Peronismo Federal o el PRO que vamos a construir las mayorías que hagan posible los cambios que la Argentina necesita?
Las respuestas a estas preguntas las encontramos en los mismos discursos de algunos diputados que votaron a favor del 82% cuando, paradójicamente, se preguntaban si en vez de haber incluido 2.400 millones de jubilados sin aportes, no hubiera sido mejor utilizar ese dinero para darle el aumento a los jubilados que ya estaban en el sistema.
Con gente que niega el concepto básico de Solidaridad Previsional no se puede hacer alianzas porque está claro que su intención, aunque demagógicamente planteada, no es otra que condicionar al gobierno por dos vías: o afectando los recursos del conjunto de los programas sociales, o llevándolo a la necesidad de producir un veto.