Hace unos días, junto el Bloque Nuevo Encuentro, difundimos un documento en el que expresamos nuestra opinión respecto a la iniciativa que la oposición está impulsando para llevar las jubilaciones al 82% móvil.
Fuimos claros al decir que estamos de acuerdo con la medida, pero entendemos que debe asegurarse la financiación. Es por eso que planteamos la restitución de las alícuotas de los aportes patronales a los niveles previos al ’93, con medidas que eviten impactar negativamente en las pequeñas y medianas empresas.
En ese documento también planteamos que es el momento ideal para hablar de una reforma fiscal de fondo, que ataque a la renta a la especulación financiera, a la explotación de los recursos naturales, y a las retenciones sobre los recursos agropecuarios.
Es en estas cuestiones de fondo en las que no coincidimos con quienes impulsan esta ley. No sólo porque ellos pretenden que el dinero salga de la ANSES, sin explicitar bien qué significan los números ni de dónde se generarían los recursos, sino también porque son estas mismas personas las que están impulsando la disminución del impuesto al cheque y la rebaja de las retenciones, medidas que parecieran tener el objetivo de desfinanciar al Estado más que el de resolver los problemas de los jubilados.