Cuando acepté hace muchos años ser directivo de Boca, en el ámbito de mi actividad en el banco se discutía mucho si eso no iba a dañar mi imagen, habida cuenta de esa sensación que hay corrupción en el fútbol. Varios tenían miedo de que el ambiente me salpicara y me desprestigiara.
Pienso que demostré que se pueden hacer las cosas bien y no contaminarse. El club se encontraba en una situación económica tremenda pudimos salir a adelante con una buena gestión. Si bien fui criticado porque durante nuestra gestión ganamos pocos títulos deportivos, creo que si algo salió fortalecido fue mi imagen de buen administrador, de transparencia.
Creo que me fue bien. Por otro lado, me dio mucha satisfacción traer al club tipos que para mí eran ídolos como Márcico, el mismo Maradona, Caniggia, el Kily González.
Fue una muy buena experiencia.